Segundo Capitulo
Francisco de Miranda
Dos Capítulos sobre la historia de Francisco Miranda
Primeras campañas
Miranda participó directamente en la Revolución francesa, por
lo cual le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución y mariscal de
Francia.
Es el único americano que tiene su nombre grabado en el Arco
de Triunfo en París
Después de serle concedida la patente, el ahora Capitán
Francisco de Miranda fue asignado al Regimiento de Infantería de la Princesa,
al mando del mariscal de campo Juan Manuel de Cajigal y Monserrat, iniciando
así su carrera militar.
Desde 1773 hasta 1780, Miranda estuvo asignado en las plazas
militares de Madrid, Granada, Melilla y Cádiz de forma intermitente y tuvo una
vida social intensa en la que aparecen sus dos primeras amantes.
Tuvo que compaginar a la vez la vida social con su actividad
militar, que ya no fue de estudio, sino de combate. Enfrentó problemas
disciplinarios dentro del Ejército real y su carácter fue evolucionando de
forma que siguió cultivándose intelectualmente con libros que inevitablemente
hicieron que la Inquisición comenzara a vigilar sus actividades.
En esta época tuvo lugar su primera hazaña militar durante el
sitio de Melilla, llevado a cabo desde el 9 de diciembre de 1774 hasta el 19 de
marzo de 1775, en el que las fuerzas españolas lograron rechazar a las del
sultán de Marruecos Sidi Muhammed ben Abdallah.
En dicha acción, Miranda presentó al comandante español Juan
Sherlock un plan para inutilizar la artillería enemiga mediante una especie de
operación tipo comando que él mismo estaba dispuesto a dirigir.
Después, en julio de 1775, Miranda fue enviado con las tropas
españolas destinadas a conquistar Argel en una acción militar que fracasó y de
la que logró escapar milagrosamente a pesar de estar herido en las piernas y de
que su mosquete había sido destrozado por una bala enemiga.
A pesar de las acciones realizadas y del peligro enfrentado,
Miranda no obtuvo condecoración o ascenso alguno y fue destinado a la
guarnición de Cádiz.
Allí el conde O'Reilly le impone un arresto por fallas en el
uso del uniforme y poco después su situación se complicó aún más en Madrid.
Tras la intervención del inspector general y de su antiguo comandante Cajigal,
el mismo rey dispuso que fuera trasladado al Batallón de Aragón en Cádiz como
Ayudante de campo bajo las órdenes de Cajigal.
Misiones en Norteamérica y las Antillas
España se involucró en la Guerra de Independencia de Estados
Unidos con el objetivo de ampliar sus territorios en Luisiana, recuperar
Florida y obligar a Gran Bretaña a mantener varios frentes bélicos
simultáneamente y procurar, de paso, recuperar Gibraltar. El capitán general de
la Luisiana española, Bernardo de Gálvez, atacó en 1779 a los británicos en
Baton Rouge y Natchez, consiguiendo liberar la cuenca baja del río Misisipi de
fuerzas hostiles que pudieran amenazar su capital, Nueva Orleans.
Para reforzar el contingente español se organizó en Cádiz una
flota expedicionaria a principios de 1780 al mando del almirante José Solano y
Bote, en la que Miranda participó como miembro de las tropas de infantería de
Cajigal. La flota partió de Cádiz el 28 de abril de 1780 y llegó a La Habana el
4 de agosto del mismo año.
En 1781 se preparó un ataque contra Pensacola en la Florida
en una acción conjunta en la que debían participar las fuerzas españolas de
Luisiana y la flota expedicionaria.
Batalla de Pensacola
Miranda viajó con las fuerzas de Cajigal que salieron de La
Habana el 9 de abril de 1781 para participar en la batalla de Pensacola, acción
militar que culminó el 8 de mayo de 1781 con victoria de las fuerzas españolas.
Miranda fue ascendido a teniente coronel por su labor en la planificación y
estudio del terreno.
Miranda permaneció destacado un tiempo en Pensacola, continuó
adquiriendo libros para aumentar su biblioteca personal y compró cuatro
esclavos negros para proveerse de servicio doméstico. Poco después, Cajigal le
encargó que descubriera secretamente la situación militar británica en Jamaica
bajo el pretexto formal de ser un comisionado español encargado de negociar un
convenio de intercambio de prisioneros.
Tras recibir el despacho oficial encomendándole la misión,
Miranda se embarcó con rumbo a Jamaica, vía Batabanó, y llegó a Kingston el 20
de septiembre de 1781.
Al principio su presencia provocó una natural desconfianza en
los ingleses, pero a pesar de ello logró realizar con éxito su misión de
reconocimiento y, además, negoció un convenio, fechado el 18 de noviembre de
1781, que regulaba el canje de prisioneros españoles e ingleses del mismo rango.
Con la información obtenida, Miranda volvió a Cuba y, tras
tocar tierra en Batabanó, envió un informe al capitán general de Cuba con
detalles muy precisos sobre las operaciones y capacidad de las tropas
británicas en el sector.
Sin embargo, lo que debía culminar como una acción destacada
en la carrera militar de Miranda, terminó siendo empañada como consecuencia de
una Sumaria de 155 hojas que la Inquisición había remitido contra él en Sevilla
el 11 de noviembre de 1778 por delitos de proposiciones, tenencia de libros
prohibidos y pinturas obscenas.
La orden de enviar a Miranda de regreso a España, en
cumplimiento de la sentencia del 5 de febrero de 1782 del Supremo Consejo
Inquisitorial, no llegó a cumplirse debido a diversos fallos de fondo y forma
en el proceso administrativo que hacían que la orden se cuestionase, y también
en parte por el apoyo incondicional del comandante Cajigal.
Mientras se conseguía que el rey revisara el caso, Cajigal
encomendó a Miranda la misión de acompañarle en el ataque a las islas Bahamas,
en el que se logró la capitulación inglesa el 8 de mayo de 1782 a favor de
España en unas negociaciones dirigidas por Miranda y en las que consiguió,
además, la cesión de todas las islas.
La eficiencia demostrada por Miranda en las Bahamas le valió
entonces la recomendación de Cajigal para que fuera ascendido a coronel y pasó
a estar bajo las órdenes del comandante general de las fuerzas españolas en
Cuba, Bernardo de Gálvez, como ayudante de campo en la población de Guárico,
del Saint Domingue francés, en la isla de La Española.
En aquel momento los españoles estaban preparando una acción
conjunta con los franceses para invadir Jamaica (último reducto inglés en el
Golfo de México) y la población de Guárico era el lugar idóneo para planificar
estas operaciones por estar cercano a la isla y por su posición de fácil acceso
para poder reunir tropas. Los mandos consideraban a Miranda la persona idónea
para planificar las operaciones por tener un conocimiento de primera mano de la
situación de los ingleses en la zona.
No obstante, un ataque preventivo de los ingleses y las
dificultades de la flota francesa, que forzaron la paz entre Inglaterra y
Francia, hicieron que la invasión no se concretara, y por lo tanto Miranda
permaneció así un tiempo en Guárico, en el que la Inquisición sería su
principal problema.
En Estados Unidos
Al no concretarse la invasión de Jamaica, las prioridades
para las autoridades españolas cambiaron y por consiguiente el proceso de la
Inquisición contra Miranda tomó un nuevo impulso. Con el tiempo los problemas
de Miranda con la Inquisición se complicaron y las autoridades enviaron a
Miranda a La Habana para ser arrestado y enviado a España, pero cuando en
febrero de 1783, el ministro de Indias José de Gálvez envió al Capitán General
de La Habana Don Luis de Unzaga y Amézaga 'le Conciliateur' para arrestar a
Miranda, esta información le llegó a Miranda, quien supo que en España no iba a
tener un juicio justo, de esta manera pudo, por diversas circunstancias, frustrar
estos planes para su arresto y lo logra, con la ayuda de Cajigal y el
estadounidense James Seagrove, que organizaron su viaje en un barco que partió
el 1 de junio de 1783 con destino a Estados Unidos donde el 10 de julio de 1783
en New Bern.
Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Miranda
realizó un estudio crítico sobre sus defensas militares en el que demostró un
conocimiento amplio sobre el desarrollo de conflicto norteamericano y sus
circunstancias.
Allí Miranda preparó y fijó la técnica de correspondencia que
usó durante el resto de su viaje, en el que conoce a las personas mediante el
obsequio y préstamo de libros, y examina la cultura y las costumbres de los
sitios por los que pasa de una forma metódica. Pasa por Charleston, Filadelfia
y Boston, y va tratando con diversos personajes de la sociedad estadounidense
en veladas y paseos, en los que llegó a tener algunas aventuras amorosas que
Miranda mismo calificó de intrascendentes hasta llegar a Nueva York.
En esta ciudad conoció a la importante familia Livingston,
cuyos miembros ocupaban destacadas posiciones políticas y tenían vínculos con
otras familias relevantes de la ciudad. Al parecer Miranda mantuvo una relación
romántica con Susan Livingston, hija del canciller Livingston, que se vislumbra
cuando Miranda realiza un viaje a Boston y en el que la joven parece estar
enamorada de él según las cartas que le escribía.
Parece, sin embargo, como si Miranda no deseara pasar más
allá de una simple amistad, lo que explicaría su más bien precipitada salida de
Nueva York. Aunque Miranda mantuvo el contacto epistolar con Susan durante
años, nunca volvió a verla, por lo que posiblemente llegara a pensar que una
relación que le llevara al matrimonio no era compatible con sus planes y forma
de vida. Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Miranda conoció a
George Washington en Filadelfia cuando este venía de recibir el control militar
de Nueva York tras el fin de la guerra. También conoció a otros personajes como
el general Henry Knox o Samuel Adams.
Además, tuvo conocimiento de ciertas instituciones de la
nueva nación que lo impresionaron favorablemente, como la biblioteca de New
Port, el Princeton College, Rhode Island College o el Cambridge College.
La permanencia de Miranda en los Estados Unidos solo se vio
afectada por el conflicto de intereses entre Francia y España en este país
después de la guerra, ya que los franceses no estaban interesados en que se
divulgaran demasiado los aspectos negativos de su intervención en el conflicto,
y el fracaso de la invasión de Jamaica era uno de ellos. Al parecer se habían
enviado informes desde La Habana al gobierno estadounidense que acusaban a
Miranda como un traidor y desertor, informes que fueron divulgados por los
franceses para perjudicarle, puesto que él era la única persona que podía
desmentir la acusación del fracaso de la invasión de Jamaica como
responsabilidad de España. La difusión de estos informes hizo que la situación
de Miranda fuera comprometida, dado que no podía defenderse sin divulgar los
detalles de su misión de espionaje en Jamaica que eran secreto de Estado, y por
lo tanto, ante esta situación, decide marcharse a Inglaterra.
En Europa
De Inglaterra a Rusia
La casa de Miranda en el 58 de Grafton Way, donde vivió entre
1802 y 1810, cuando viajó a Venezuela para unirse al movimiento patriótico de
Independencia
El 15 de diciembre de 1784, Miranda salió del puerto de
Boston en la fragata mercante Neptuno a las cinco de la tarde rumbo a Londres,
y después de un viaje que duró unos 56 días, llegó a Inglaterra el 10 de
febrero de 1785.
En Londres, Miranda fue vigilado discretamente por los
españoles ante las sospechas de traición que recaían sobre él. Los informes que
redactaron resaltan tanto los tratos que mantuvo Miranda con personas
sospechosas de conspirar contra España como con personajes considerados
eminentes sabios de su tiempo.[cita requerida]
Por esa misma época llegó a la corte de Inglaterra, como
secretario de la primera embajada de Estados Unidos, el coronel William Stephens
Smith, a quien Miranda conocía de su estancia en Nueva York. Smith contraería matrimonio al año siguiente,
el 12 de junio de 1786, con Abigail Nabby Adams, hija de Abigail Smith y del
embajador John Adams, quien más tarde sería el segundo presidente de Estados
Unidos.
Miranda y el coronel Smith decidieron viajar a Prusia para
presenciar las maniobras militares preparadas por el rey Federico II el Grande.
Bernardo del Campo, embajador de España en la capital británica desde 1783,
proporcionó a Miranda una carta de presentación para el ministro de España en
Berlín, mientras que James Penman, hombre de negocios inglés con quien Miranda
había trabado amistad en Charleston, se encargó de guardarle sus papeles
mientras estuviera de viaje.
Sin embargo, la amabilidad del embajador español encubre su
intriga para lograr que Miranda viaje a Calais y allí pueda ser apresado y
entregado a España. La farsa, que asignaba también un papel a la esposa y a la
hija del vicecónsul español en Londres con el pretexto de salir de Inglaterra
para ingresar a la joven en un monasterio, se desbarató porque el venezolano y
su amigo se dirigieron el 10 de agosto de 1785 a un puerto neerlandés
(Hellevoetsluis) y no a la ciudad del norte de Francia.
Pasó por regiones de las actuales Bélgica, Alemania, Austria,
Hungría y Polonia; se trasladó a tierras griegas e italianas, donde permaneció
durante más de un año, y visitó la corte de Catalina II de Rusia en Kiev.
En Hungría estuvo en el palacio del príncipe húngaro Nicolás
Esterházy (1765-1833), quien simpatizaba
con sus ideas y, aparte de acogerlo amablemente, lo envió en uno de sus
carruajes con una carta de recomendación a encontrarse con el conocido músico
Joseph Haydn, que vivía y trabajaba en la corte del aristócrata húngaro.
Catalina II de Rusia
Después de pasar por Constantinopla, capital turca, con la
que los españoles mantenían relaciones diplomáticas desde 1783, fue obligado a
pasar una cuarentena sanitaria en Jersón, y el príncipe Potemkin le presentó a
Catalina II en Kiev el 13 de febrero de 1787. Catalina mostró bastante interés
por los asuntos de América y sus sistemas de gobierno.
Miranda en la Revolución francesa
En 1792, Miranda participó en la Batalla de Valmy, uno de los
episodios bélicos más importantes de las Guerras Revolucionarias Francesas
En 1791, Miranda tomó parte activa en la Revolución francesa.
En París, hizo amistad con los girondinos Jacques Pierre Brissot y Jérôme
Pétion de Villeneuve. Sirvió brevemente como general en una sección del
Ejército revolucionario francés (llamado entonces «La Convención») que luchó en
la campaña de 1792 para detener el avance del ejército prusiano, dirigido por
el duque de Brunswick-Luneburgo, cuyo objetivo era invadir Francia desde los
Países Bajos. Miranda alcanzó el grado de mariscal de Francia bajo el mando de
Charles François Dumouriez. Durante la campaña participó en las batallas de
Argonne, Wargemoulin, Amberes, Lieja, Tongres, Paliemberg y Valmy, donde llegó
a ser segundo jefe del ejército del norte, del cual se separaría por grandes
diferencias con Dumouriez tras haber replegado sus tropas en Maastricht.
Durante el reinado del terror instituido por Bertrand Barère
de Vieuzac, 1617 Miranda fue arrestado varias veces por los jacobinos, incluso
en La Conciergerie de París, cuyos reclusos eran guillotinados en su mayoría.
Sometido a juicio en el Tribunal Revolucionario (instituido
por Danton, 1718) por supuesta negligencia en la defensa de Maastricht, fue
defendido por Claude Chaveau-Lagarde insigne abogado que defenderá, a riesgo
propio y sin el mismo éxito, a la reina María Antonieta de Austria―, siendo
amenazado con ser deportado después de una medida del Directorio de la
Monarquía y los Girondinos. Sin embargo, fue absuelto de los cargos en 1795 y
se trasladó a Inglaterra en 1798.
América del Sur (1806-1812)
Recibimiento de Miranda en La Guaira, Mauricio Rugendas,
siglo XIX.
Miranda en el Salón de Oficiales de la corbeta "Leander"
Figura de cera del generalísimo Francisco de Miranda, realizada por el artista Israel Linares.
Su contribución más grande está, probablemente, en las
guerras de independencia hispanoamericanas.
Miranda tuvo la visión de un gran imperio independiente que
agrupara a todos los territorios que estaban en poder de españoles y portugueses
desde la margen derecha del río Misisipi en el norte hasta la Tierra del Fuego
en el extremo sur del continente. El imperio estaría bajo dirección de un
emperador hereditario llamado Inca para apaciguar a las etnias indígenas y
tendría una legislatura bicameral.
Concibió el nombre Colombia para este imperio, inspirándose
en Cristóbal Colón.
A la derecha, límites de la nación de "Colombia"
según el Proyecto Constitucional de Francisco de Miranda en 1798.
El 9 de noviembre de 1804, Miranda desembarca en Nueva York
procedente del Reino Unido. Allí, permaneció algo más de un año y mantuvo
contactos con destacadas personalidades públicas, como el presidente Jefferson
y el secretario de Estado Madison, y privadas, como Jacob Lewis, comerciante de
Puerto Príncipe, y el coronel William Stephens Smith, a la sazón inspector del
puerto de Nueva York y a quien conocía desde 1783.
Fue Smith quien le puso en contacto con el armador y
contrabandista estadounidense Samuel G. Ogden, propietario de una corbeta que
Miranda contrató y que rebautizó en inglés con el nombre de su hijo Leandro.
El Marqués Casa de Irujo, Embajador de España en Washington,
denunció el apoyo prestado al general Miranda para invadir a Venezuela violando
la Ley de Neutralidad de 1794.[cita requerida]
El 2 de febrero de 1806, con el beneplácito político y el
apoyo económico de estadounidenses y británicos, Miranda partió en la Leander
hacia Haití, donde se le sumarían dos goletas y el buque Emperador.
Su intención era desembarcar posteriormente en Venezuela,
obtener el apoyo de la población y comenzar la lucha definitiva por la
independencia.
Tras ser interceptada por la fragata británica Cleopatra, al
mando del capitán Wright, la corbeta prosiguió su travesía hasta tomar tierra
en Jacmel, en la isla de La Española, el 20 de febrero. Allí permaneció la
expedición seis semanas y consiguió fletar las goletas Bacchus y Bee, con las
que también se dirigió a tierra firme.
Después de fracasar en el desembarco de Ocumare de la Costa
el 27 abril, donde entabló combate con las fuerzas navales realistas al mando
de Antonio Tiscar, se refugió en Trinidad, adonde llegó con un solo navío, la
corbeta Leander. La flota realista escoltó a las dos goletas hasta Puerto
Cabello junto a 58 prisioneros que fueron encerrados en el castillo de San
Felipe. En represalia, 10 prisioneros, en su mayoría estadounidenses acusados
de piratería, fueron ahorcados y descuartizados en la plaza mayor de Puerto
Cabello el 21 de julio de 1806.
Los demás sufrirían prisión por más de diez años. Uno de los
ahorcados y descuartizados fue el impresor Miles L. Hall, quien por tal motivo
ha sido considerado como el primer mártir de la imprenta en Venezuela.
El gobernador británico de Trinidad, sir Thomas Hislop le
facilitó a Miranda buques y pertrechos. Con una expedición aumentada ahora a 11
buques y 300 hombres de desembarco, llega a las costas de Coro (Venezuela) el
1.º de agosto de 1806. En la madrugada del día 3, mientras los buques
descargaban su artillería, Miranda y sus hombres se precipitan a tierra.
Ese mismo día, en lo alto del Fortín de La Vela, la bandera
venezolana tricolor fue izada por primera vez. No obstante, al no encontrar
apoyo popular, se reembarcó diez días después con rumbo a Aruba y luego de
algún tiempo en Trinidad como huésped del gobernador Hyslop se dirige a
Inglaterra.
Firma del Acta de la Independencia en 1811
El 19 de abril de 1810, Venezuela inició su proceso
independentista, por lo que Simón Bolívar y Andrés Bello persuadieron a
Miranda, en misión diplomática en Londres, para que volviera a su tierra natal.
Cuando lo hizo, Miranda fue recibido con honores en el Puerto de La Guaira.
En Caracas se le confiere el grado de general del ejército y
funda la Sociedad Patriótica, que se convertirá en la principal promotora del
rompimiento con España. Posteriormente es elegido diputado por El Baúl, en la
provincia de Caracas, al congreso constituyente de 1811.
El 5 de julio de 1811, tuvo el honor de firmar el Acta de la
Declaración de Independencia de Venezuela. Más tarde, ante el avance de las
tropas españolas al mando de Domingo Monteverde en 1812, asumió la presidencia
con poderes discrecionales, tras ser nombrado el 23 de abril dictador por el
Triunvirato ejecutivo con el rango de generalísimo.
Epitafio de Francisco de Miranda en el Panteón Nacional,
Caracas, Venezuela.
Las fuerzas realistas contraatacaron, pero Miranda era
incapaz de pasar a la ofensiva por las constantes deserciones que se daban en
sus tropas, situación agravada por el Terremoto de Venezuela de 1812 (26 de
marzo) que afectó en su mayoría a centros poblados bajo control de los
patriotas, además de la impopularidad de la causa de la independencia en la
sociedad venezolana. Miranda intentó resistir el ataque realista pero la caída
de la plaza de Puerto Cabello (bajo el comando de Simón Bolívar), la rebelión
de los esclavos de Barlovento, así como el creciente número de los ejércitos
españoles que le atacaban (Monteverde desde Valencia y Yáñez desde Calabozo),
le hicieron imposible resistir.
Temiendo una derrota brutal y desesperado, en correspondencia
con las facultades otorgadas por el Triunvirato ejecutivo, que en el Decreto
del 23 de abril de 1812, le había otorgado el cargo de dictador
plenipotenciario y jefe supremo, con rango de generalísimo, Miranda firma la
capitulación del ejército patriota, el 25 de julio de 1812, en la ciudad de San
Mateo.
Encarcelamiento y enfrentamiento con Bolívar
La firma de la capitulación generaría confusión y se
interpretaría como una traición, por lo que antes de embarcarse en el puerto de
La Guaira y salir rumbo al exterior para proseguir la lucha, un grupo de
oficiales dirigidos por Bolívar apresaron a Miranda, y el coronel José Mires lo
encerró en el fuerte San Carlos el día 31 de julio.
Al parecer, la intención de Bolívar habría sido fusilarlo por
considerar que el pacto de San Mateo era un acto de traición, pero finalmente,
atendiendo diversos consejos, Miranda fue encarcelado bajo el coronel Manuel
María de las Casas, comandante militar del puerto, quien en secreto se pasó al
bando español, entregando a Miranda a Domingo de Monteverde, junto con los
demás refugiados que no habían conseguido zarpar (Simón Bolívar desconocía la
traición de Manuel María de las Casas, y se dirigió entonces a Caracas, ya en
manos de los realistas, donde gracias a la intercesión de algunas amistades en
el bando enemigo, obtuvo un pasaporte de Domingo de Monteverde, de quien se
dice que expresó textualmente "Debe satisfacerse el pedido del coronel
Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega
de Miranda", tiempo después de salir de Venezuela, Bolívar regresaría a
reiniciar la guerra).
Prisión y muerte
Miranda en La Carraca, Arturo Michelena; Últimos días de
Miranda en prisión en San Fernando, cuadro historicista de 1896: Óleo sobre
tela – 196.6 x 245.5 cm. Galería de Arte Nacional, Caracas, Venezuela.
Desde el puerto de La Guaira, Miranda fue trasladado al
cuartel San Carlos de Caracas y de allí al castillo San Felipe de Puerto
Cabello, donde a principios de 1813 escribe desde su celda un memorial a la
Real Audiencia de Caracas exigiendo el cumplimiento de la capitulación de San
Mateo.
El 4 de junio de 1813 es trasladado al Castillo San Felipe
del Morro, ubicado en Puerto Rico, y de allí a España, donde es encerrado en
una celda alta y espaciosa en el penal de las Cuatro Torres del arsenal de la
Carraca, en San Fernando. Aquí sólo recibió pocas noticias y ayuda de algunos
amigos. Miranda planea escapar hacia Gibraltar, pero un ataque cerebrovascular
frustra sus planes y muere, a los 66 años de edad, el 14 de julio de 1816.
Una pintura al óleo del artista venezolano Arturo Michelena,
de título Miranda en la Carraca (1896) que retrata al héroe en la cárcel
española en donde murió, se ha convertido en un símbolo gráfico de la historia
venezolana y ha inmortalizado la imagen de Miranda para las sucesivas
generaciones de venezolanos. Como nota adicional, es importante decir que
Miranda también es considerado uno de los padres fundadores de la Masonería en
Hispanoamérica.
En Venezuela se honra con el nombre de Miranda a distintas
avenidas, calles, plazas, autopistas y parques. Asimismo, lleva su nombre la
tercera entidad más poblada del país, después de Zulia y Caracas, el estado Miranda.
En el marco de su dedicación a la independencia del
continente, Miranda empleó muchas energías a preparar, publicar y difundir
documentos de distinta índole: cartas, proclamas, planes, proyectos, artículos,
ensayos, etc. Gran parte de este material implicó una transferencia cultural,
ideológica y política a través de la traducción. Además de traducir del latín y
del griego, Miranda manejaba varias lenguas modernas (alemán, español, francés,
inglés e italiano), conocía el latín y el griego e incluso escribía utilizando
varios idiomas.
Su actividad intelectual abarcaba los más diversos temas
aparte de los políticos, filosóficos y militares. Fue el primer
hispanoamericano en pedir el 26 de octubre de 1792 la concesión de los derechos
políticos a la mujer a los pocos meses de que se publicase la Déclaration des
droits de la femme et de la citoyenne ('Declaración de los Derechos de la Mujer
y de la Ciudadana', 1791) de Olympe de Gouges.
Su hijo Leandro de Miranda fue director del primer banco en
Venezuela, aunque de capital extranjero, denominado Banco Colonial Británico
que operó de 1839 a 1848.
Cenotafio
Monumento al generalísimo Francisco de Miranda en el Panteón
Nacional, Caracas, Venezuela.
Hasta el día de hoy ha sido imposible el reconocimiento de
sus restos, ya que al morir fue enterrado en una fosa común en el cementerio
del arsenal de la Carraca. Mientras tanto, le fue dedicado un cenotafio en el
Panteón Nacional de Venezuela, donde también están los de Antonio José de Sucre
y Andrés Bello. El monumento, diseñado por el escultor italiano Julio Roversi,
está coronado por una escultura del general sobre un pequeño pedestal donde hay
una placa con las fechas y lugares de su nacimiento y muerte.
El pedestal se asienta sobre un mausoleo simbólico decorado
con motivos funerarios y con las puertas abiertas. Delante hay un sarcófago que
está siendo abierto por un águila, símbolo de poder, la cual está custodiada, a
su vez, por una alegoría de la libertad. A sus pies, una placa contiene el
siguiente epitafio:
Venezuela llora por el dolor de no haber podido hallar los
restos del general Miranda, que han quedado perdidos en la huesa común de la
prisión en que expiró este gran mártir de la libertad americana. La República
los guardaría con todo el honor que les es debido en este sitio que les ha sido
destinado por Decreto del Presidente de ella General Joaquín Crespo, fechado el
22 de enero de 1895.
Las puertas y la tumba parcialmente abierta simbolizan la
esperanza de Venezuela de encontrar los restos del prócer, aguardando su
llegada.
Miranda participó directamente en la Revolución francesa, por
lo cual le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución y mariscal de
Francia. Es el único americano que tiene su nombre grabado en el Arco de
Triunfo en París.
Ascenso post mortem
Busto de Francisco de Miranda en Bogotá.
El 14 de julio de 2016 en conmemoración del Bicentenario de
su fallecimiento en San Fernando (España), se le rindieron honores militares y
civiles y el presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro
en su investidura como comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB) asciende al grado de almirante en jefe post mortem a
Francisco de Miranda siendo este el grado más alto de la Armada Bolivariana (AB)
en un oficial en ejercicio.
Francisco de Miranda
Fue un militar, político e ideólogo hispano-venezolano y
precursor del movimiento de emancipación de Hispanoamérica. Es reconocido por
haber participado en los tres grandes movimientos históricos y políticos de su
tiempo: Guerra de Independencia de los Estados Unidos, Revolución francesa y
Guerras de Independencia Hispanoamericana.
Viajó por toda Europa: Rusia, Alemania, Bélgica, Austria,
Hungría, Polonia, Grecia, Italia siempre rodeado de las personalidades más
importantes relacionadas con la política y la cultura.
Francisco de Miranda es el único americano cuyo nombre está
grabado en el Arco del Triunfo de París, su retrato forma parte de la Galería
de los Personajes en el palacio de Versalles y su estatua se encuentra frente a
la del general Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Miranda#Cenotafio
Para el próximo Lunes 20 de julio de 2024 publicaré la historia de otro venezolano destacado.
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