martes, 2 de julio de 2024




Capitulo 5

 

Muerte de Simón Bolívar

 

Muerte de Simón Bolívar, por Antonio Herrera Toro.

 


 

Boceto de Bolívar a la edad de 47 años hecho en vida por José María Espinosa en 1830.

 

Luego de su renuncia y de recibir la noticia del asesinato de Sucre, solo y desengañado, Bolívar había decidido dirigirse a Europa. Llegó a Santa Marta en estado de postración el 1 de diciembre de 1830, tras una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá en la goleta Manuel, escoltada en la última parte del viaje por el buque USS Grampus de la Armada de los Estados Unidos, quedándose inicialmente en la Casa de Aduanas.


Allí fue atendido por el médico francés Alejandro Próspero Révérend, en consulta con Mac Night, médico militar del USS Grampus.

 

A pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud empeoró a los pocos días, razón por la cual aceptó la invitación del español Joaquín de Mier y Benítez y fue trasladado a la Quinta de San Pedro Alejandrino, al suroccidente de Santa Marta, donde llegó el 6 de diciembre. Momentos de lucidez le permitieron dictar su testamento y su Última proclama, donde un Bolívar gravemente enfermo aseguró: «Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».

 

Finalmente, Simón Bolívar falleció de tuberculosis el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años de edad. «A la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia», según decía el comunicado oficial. Antes de morir, se le atribuye la frase: «Hemos arado en el mar», pero la investigación histórica actual señala que no se conserva un documento que lo atestigüe y que, en la forma: «Todo el que sirve a una revolución, ara en el mar», pertenece a una carta del Libertador.

 

El 24 de diciembre, el secretario general de la Comandancia de Santa Marta escribió un relato de los hechos sucedidos luego de la muerte de Bolívar, informando que su cadáver fue trasladado al edificio de la Aduana. Allí Révérend practicó la autopsia, extrajo sus órganos para guardarlos en recipientes y el cuerpo de Bolívar fue embalsamado. Révérend estableció sin lugar a dudas que la causa de muerte fue una «tisis tuberculosa», derivada de un catarro pulmonar mal curado, que se convirtió en crónico. Luego se realizó en el mismo lugar el velorio del cuerpo, vestido con insignias militares, durante dos días, con la presencia masiva de la población, siendo enterrado el día 20.

 

El entierro se realizó con un desfile militar hasta la Catedral de Santa Marta, donde fue enterrado sin la presencia del obispo.

  


Capilla de la Santísima Trinidad. Panteón Familia Bolívar. Alegoría del alma de Bolívar abrazando a su esposa y a sus padres.

 

Los datos sobre los últimos días de Bolívar fueron tomados del libro que sobre su muerte publicó Révérend en 1866, en París, titulado La última enfermedad, los últimos momentos y los funerales de Simón Bolívar, Libertador de Colombia y del Perú, donde detalla la evolución de la salud de Bolívar en sus últimos días, su muerte, autopsia y entierro. A esta versión se atuvieron los textos históricos publicados posteriormente.

 

Dudas y exhumación del cuerpo

 

La historia oficial sobre la muerte de Bolívar generó dudas en algunos historiadores.[¿cuál?] En particular la actuación del médico Alejandro Próspero Révérend y la tuberculosis a la que se atribuyó la causa de su muerte. También generó dudas la ausencia de otros médicos, la razón de la presencia del buque de guerra estadounidense USS Grampus y el papel jugado por el médico militar del buque.

 

En 2007 el historiador venezolano Jorge Mier Hoffman, descendiente de Joaquín de Mier y Benítez, el español en cuya casa Bolívar murió, publicó un libro titulado La carta que cambiará la historia, en donde formula dudas en torno a la versión oficial de la causa y las circunstancias de la muerte de Simón Bolívar. 


El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, informó públicamente que había leído el libro y que consideraba necesario exhumar los restos de Bolívar para establecer si se trataban realmente de sus restos y si era cierto que había muerto de tuberculosis.

 

El 28 de enero de 2008 el presidente Chávez dictó el Decreto N.º 5834, creando una comisión científica, presidida por el genetista español José Antonio Lorente, con la misión central de exhumar los restos de Bolívar, establecer la identidad de los mismos y verificar si la tuberculosis fue efectivamente la causa de su muerte, y en caso negativo buscar indicios de la causa efectiva de su muerte, especialmente trazas de presencia de arsénico, que pudieran indicar un posible envenenamiento. 


Dos años después, el 16 de julio de 2010, fueron exhumados los restos atribuidos a Simón Bolívar que se encontraban en el Panteón Nacional de Venezuela ubicado en Caracas.

 

El 25 de julio de 2011 el vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua leyó por cadena nacional los resultados del informe preliminar de la Comisión Presidencial y varios de sus miembros expusieron públicamente tanto los resultados, como los métodos científicos y técnicos utilizados. De acuerdo a las declaraciones de los investigadores, los restos estudiados pertenecían a Bolívar, quien no padeció tuberculosis, por lo tanto esa no fue la causa de su muerte.

 

Según estos estudios, Bolívar murió por envenenamiento crónico por arsénico, es decir por una exposición continuada a este veneno, o bien por histoplasmosis, una infección micótica cuyos síntomas son parecidos a los de la tuberculosis.

 

Disolución de la Gran Colombia

 

En 1831, un año después de la muerte de Bolívar, la Gran Colombia que estaba en disgregación debido a las disputas políticas internas que fragmentaron el orden constitucional fue legalmente disuelta. 


Se establecieron así las tres repúblicas de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, que quedarían bajo el liderazgo e influencia del neogranadino Francisco de Paula Santander (regresado del exilio), del venezolano José Antonio Páez, y de Juan José Flores en Ecuador, respectivamente.

 

Historia de sus restos mortales

 

 

El traslado de los restos de Bolívar de Santa Marta a Caracas.

 

Los despojos mortales de Bolívar recibieron cristiana sepultura en el altar mayor de la suntuosa catedral Basílica de Santa Marta y allí permanecieron hasta el 22 de noviembre de 1842, cuando fueron exhumados para trasladarlos a su país de origen, Venezuela, cumpliéndose así el mandato de su testamento.

 

Sus restos llegaron a Caracas el 16 de diciembre de 1842 en medio de una gran conmemoración oficial y fueron inhumados en la cripta de la Santísima Trinidad de la catedral de Caracas, santuario de mucha advocación de la familia Bolívar, que guarda las cenizas de sus padres, de su esposa María Teresa Rodríguez del Toro y de sus dos hermanas.

 

Allí permanecieron en medio de plural satisfacción, hasta el definitivo traslado al Panteón Nacional, el 28 de octubre de 1876, durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco.

 

En 1947 el constituyentista Andrés Eloy Blanco pidió ante el Congreso que los restos de Bolívar no debían estar en un sarcófago en un material tan innoble como el plomo. En 1972 fue abierto el sarcófago (no la urna que contiene sus restos) y esta se cubrió con una bandera de Venezuela elaborada en Gran Bretaña.




Monumento a Bolívar en Sevilla   

El 16 de julio de 2010, los restos mortales de Bolívar fueron exhumados por orden del gobierno de Hugo Chávez para su análisis y tratar de comprobar si en realidad murió por causas naturales o fue asesinado. También se realizaron pruebas de ADN. Asimismo, fue cambiada la urna de plomo por otra hecha de metacrilato sellada al vacío con detalles en oro y esta será colocada dentro de otra urna hecha de madera de cedrillo llanero, árbol maderero oriundo de Venezuela, con un escudo de oro.


A partir del día 24 de julio de 2010, una nueva bandera de Venezuela, bordada por mujeres en siete zonas diferentes del país, cubre los restos mortales de Simón Bolívar.

 

El 15 de julio de 2011, la unidad criminalística del Ministerio Público de Venezuela que exhumó los restos de Bolívar informó que la causa de muerte no fue tuberculosis como lo diagnosticó el médico que lo atendió en 1830 sino un trastorno hidroelectrolítico. Otras fuentes oficiales indicaban que la causa de la muerte no pudo determinarse. El vicepresidente Jaua declaró que en los huesos no se encontraron rastros de tuberculosis crónica, aunque no descarta una «tuberculosis sistémica mucho más virulenta» que no habría llegado a penetrar los huesos.

 

El 24 de julio de 2012, el presidente de Venezuela Hugo Chávez presentó, en una transmisión conjunta de televisión, una imagen del rostro de Bolívar reconstruida digitalmente a partir del estudio antropomórfico de su cráneo que se realizó tras la exhumación de sus restos en 2010, el cual se puede ver en la página oficial del Gobierno Bolivariano de Venezuela102 junto con un informe preliminar que no es concluyente acerca de la enfermedad que le llevó a la muerte.

 

Controversias


Filiación masónica

 

Hay mucha polémica al respecto de la relación de Bolívar con la Masonería, sobre todo la influencia de las filosofías de las logias masónicas en su pensamiento político y que tanta participación tuvieron durante su gesta emancipadora y en su gobierno.

 

Si bien múltiples historiadores, como Daniel Ligou, William R. Denslow, Buenaventura Briceño Belisario, Jules Mancini o Américo Carnicelli, han afirmado que Simón Bolívar habría ingresado a la masonería a través de la Logia Lautaro o Caballeros Racionales en Cádiz, durante 1803 o 1804 (por medio de la influencia de Simón Rodríguez y Francisco de Miranda), y de los cuales se habría reunido con José de San Martín, Bernardo O’Higgins, Bernardo de Monteagudo, Juan Martínez de Rosas, José Miguel Carrera, Gregorio Argomedo, José Matías Zapiola, Juan Antonio Rojas, Carlos María de Alvear, Mariano Moreno y otros tantos próceres de la Independencia hispanoamericana, para así conspirar contra la Monarquía Española, con apoyo inglés y de las sociedades secretas patrióticas. Sin embargo, está tradición del ingreso de Bolívar a la masonería a través de las logias de Cádiz (un gran centro de participación masónica desde 1748) tendría muchas inexactitudes históricas, los cuales son las siguientes:

 

Que Bolívar aún no habría llegado a Cádiz hasta finales de 1803 (en diciembre), siendo imposible que haya sido aceptado en un lazo muy corto de tiempo entre 1803 a principios de 1804 (incluso si hubiera solicitad su ingreso a los masones de Caracas antes de su viaje).


La edad de Bolívar (nacido el 24 de julio de 1783) le impedía ser ingresado en las logias masónicas, antes de cumplir la mayoría de edad de los 21 años, que sería luego del 24 de julio de 1804.


El hecho de que la primera logia en Cádiz aparecería todavía en 1807 (fecha en la que Bolívar ya había retornado a América), antes de ello, no había una masonería organizada.


Las controversias de si la Logia Lautaro fue realmente masónica (pero irregular), o si en realidad era una logia autónoma, fuera de la comunión con la Francmasonería (aunque eso no le negaría nexos reales entre dichas sociedades secretas a través de miembros con membresía en ambas, donde algunos historiadores la calificarían en tal caso como una "logia para-masónica")


El hecho de que la logia Lautaro no sería fundada todavía hasta 1811, por obra de Carlos de Alvear, no de Miranda (sin embargo, la confusión podría deberse a que está era una rama de la Logia Gran Reunión Americana, que sí fundó Miranda en Londres en 1798).


Debido a ello, historiadores como Frederick Seal-Coon creen que tales visitas en Cádiz a dichas logias fueron en calidad de no masón, por curiosidad a sus ideas y proyectos políticos, no por convicción. Sin embargo, la tradición masónica sigue convencida de que su iniciación fue en Cádiz durante sus viajes europeos entre 1804-1806. Pese a ello, hay múltiples registros del acta de iniciación de Bolívar, bien registrados por la paleógrafa Dolores de Sotillo.


“Juro por Dios y por San Juan, por la Escuadra y el Compás, someterme al juicio de todos, trabajar al servicio de mi Maestro en la honorable Logia, del lunes por la mañana al sábado, y guardar las llaves, bajo la pena de que me sea arrancada la lengua a través del mentón, y de ser enterrado bajo las olas, allá donde ningún hombre lo sabrá”

 

Juramento de Bolívar, del 7 de Enero de 1806, ante los iniciadores de la masonería entonces, Bolívar habría ingresado a la masonería, no a través de la masonería templaria o las logias americanas, si no que a través de la Logia Masónica de San Alejandro de Escocia, del bulevar Poissonnière, en París. No hay documentación empírica que atestigüe dónde fue su iniciación, por lo que este aspecto aún queda en el ámbito de lo especulativo y la inducción lógica. Pese a ello, si hay documentación inobjetable sobre donde recibió el segundo grado, el de Compañero Masón, en París durante noviembre de 1805 a enero de 1806 (luego de 7 meses de estudios, meditación y ejercicios iniciáticos), bajo la Gran Maestría de José Bonaparte, evidenciando una intensa vida masónica, la cual le permitiría ser promovido al último de los tres grados simbólicos de la Masonería, el de Maestro Masón, a mediados de 1806, como se en el Cuadro General de Miembros que componen la Respetable Logia Escocesa de San Alejandro de Escocia, al Oriente de París, otro documento inobjetable.

 

Los documentos de estas firmas están recopilados en el archivo del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Venezuela (por donación de Ramón Díaz Sánchez), así como en la lista de Maestros Masones del Taller de diciembre de 1805 Biblioteca Nacional de París, habiendo sido descubiertas, de manera independiente entre 955, y 1956 por la historiadora venezolana Miriam Blanco Fombona de Hood, y por el político venezolano Ramón Díaz Sánchez (este último tras solicitarlo a M. Sorlet, su amigo y editor de la revista “Nouvelles Editions Latines”).


A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.


El día 11 del 11º mes del año de la Gran Luz 580544 los trabajos de Compañero han sido abiertos al Este por el R. hº de la Tour d’Auvergne, siendo iluminados el Oeste y Sur por los RR. hh. Thory y Potu. Hecha y sancionada la lectura de la última plancha trazada, el Venerable ha propuesto elevar al grado de Compañero al hº Bolívar recientemente iniciado, a causa de un próximo viaje que está en vísperas de emprender. Habiendo sido unánime la opinión de los hermanos para su admisión y el escrutinio favorable, el hº Bolívar ha sido introducido en el templo, y tras las formalidades de rigor ha prestado al pie del trono la obligación acostumbrada, situado entre los dos Vigilantes, y ha sido proclamado caballero Compañero masón de la R. Logia Madre Escocesa de San Alejandro de Escocia.


Este trabajo ha sido coronado con una triple aclamación (hurra), y el hº habiendo dado las gracias ha tomado lugar a la cabeza de la Columna del Mediodía. Los trabajos han sido cerrados de la manera acostumbrada.


ACTA, con firma autógrafa de Bolívar, donde consta su ascenso a “compañero de la orden en segundo ”. Logia Saint Alexandre D ’ Escosse, de París.


Aun así, la actividad masónica de Bolívar fue breve, pero supo dejarle huellas profundas e indel­ebles en su personalidad, que lo harían abandonar su antiguo carácter de oligarca indiferente y despreocupado. Por ejemplo, su lucha de Bolívar estaría fuertemente inspirado por la defensa de la libertad, la justicia, la independencia, la unidad y la integración, influenciados en gran medida por los principios de la masonería con el lema de Libertad-igualdad-fraternidad. El mismo Bolívar diría que "En el seno de la masonería vi a muchos hombre de mérito", y mostraría una gran admiración por pensadores masónicos, o muy leídos en las logias, como Jean-Jacques Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Denis Diderot, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Johann Herder, Alcalá Galiano, Wolfgang Amadeus Mozart, Benjamin Franklin, George Washington, etc. 


Todo esto influiría en gran medida su carácter de Revolucionario liberal y rebeldía intelectual, por el cual tuvo una nueva concepción de la historia y la religión. También se relata que a través de las logias habría entrado en contacto (o incluso entablar amistad) con personajes muy famosos de la época, como: el científico Louis Joseph Gay Lussac, el astrónomo Pierre-Simon Laplace, el naturalista Georges Cuvier, el químico Louis Nicolas Vauquelin, el geógrafo Alexander von Humboldt, el botánico Aimé Bonpland, el vizconde José Luis Joaquín, el noble Emmanuel Campos, el general Eugène de Beauharnais, el general José de San Martín, el general Bernardo O'Higgins,entre otras figuras donde habría realizado un intercambio filosófico sobre política, ciencia y religión, con un escepticismo a la autoridad de la Iglesia católica en la consciencia de las sociedades, y un profundo rechazo a las Monarquías Tradicionales y los monarcas Absolutistas del Antiguo Régimen, en sintonía con el espíritu ilustrado de las Guerras revolucionarias francesas y napoleónicas.


La influencia de la doctrina masónica quedaría bien presente en la Carta de Jamaica, el Manifiesto de Cartagena o el Discurso de Angostura.

 

Simón Bolívar no pudo haber sido ateo porque fue masón... y el requisito sine qua non para optar a la iniciación masónica es creer en Dios o en un ser superior que los masones denominan Gran Arquitecto del Universo... no pudo ser iconoclasta porque jamás se dedicó a destruir imágenes.


Además de que por su misma condición de masón. Vale decir: de mente universal y tradicionalista, mal podría irrespetar los valores de ninguna iglesia, ni de idea alguna concebida por los hombres. Fue católico en el verdadero sentido etimológico de la palabra: Universal, o sea que no permitía que nada ni nadie limitase su razón a simples creencias sin bases denominadas comúnmente dogmas, y no pudo haber abandonado enseguida a la masonería porque en la Academia de la Historia reposa un documento oficial que hace constar que Bolívar recibe su Segundo grado, para lo cual necesita haber permanecido algún tiempo dentro de la Orden, además de que extraoficialmente se dice que en Nueva York hay constancia de haber recibido grados superiores.

Pio Gil Nº19 Enero-Febrero 1995 Q.•. H.•. Federico Landaeta M.•. M.•. Resp.•. Log.•. Libertad Española Nº101.

Pese a ello, algunas corrientes de Revisionismo histórico, sobre todo referentes del Escepticismo Posmoderno (como Eloy Reveron García o José Antonio Ferrer Benimeli) y del nacionalismo conservador en los Países bolivarianos, mayormente Venezuela (como Germán Borregales), el Nacionalismo católico en los países del Cono Sur, mayormente Argentina (como Javier Olivera Rabassi, y el Nacionalcatolicismo en España (como Miguel de Unamuno, Francisco Franco o Ernesto Giménez Caballero) sugieren que Bolívar habría tenido una aversión a la Gran Logia debido a su fe católica, del que era un profundo devoto, y que lo que paso entre 1804-1806 habría sido una etapa de inmadurez del personaje (pero que habría sido aprovechado por la "historiografía liberal oficialista", y sus detractores Hispanistas y nacionalistas peruanos de Bolívar, para desacreditar su fe y obras, o para apropiarse la masonería de su figura e ideario), y que tal influencia masónica habría sido deshecha con el pasar de los años de Bolívar, hasta llegar a la condena de la masonería en su etapa más antiliberal de sus últimos años de vida, apelándose firmemente al Decreto de Prohibición de Sociedades Secretas de 1828 como prueba definitiva de dicho desprecio final de Bolívar a la masonería, así como algunas cartas escritas a Francisco de Paula Santander en , o extraídas por Luis Perú de Lacroix en el Diario de Bucaramanga.

 

Esto quiere decir que si nos descuidamos los cuervos nos comerán y si no vea Vd. lo del Dr. Pérez. Pero Vd. tiene la culpa, porque no los ha sabido tratar por las majaderías de masones, y por los ataques a sus principios por parte de algunos de los amigos de Vd. mismo. Conmigo siempre están bien, porque los lisonjeo, y los sujeto en los límites que me parecen justos. Maldito sean los masones y los tales filósofos charlatanes. Estos han de reunir los dos bellos partidos de cuervos blancos, con cuervos negros: al primero por quererlo humillar, y al segundo por quererlo ensalzar. Por los filósofos, masones y cuervos, no he de ir a Colombia. Por acá no hay nada de esto, y los que haya serán tratados como es justo.



Estatua de Simón Bolívar, Viena (Austria)


Carta de Bolívar a Santander. Potosí, 21 de octubre de 1825.

 

Pocas ganas tenía el Libertador de irse a dormir y siguió conversando. Habló sobre la masonería, diciendo que también había tenido él la curiosidad de hacerse iniciar para ver de cerca lo que eran aquellos misterios, y que en París había sido recibido de Maestro, pero que aquel Grado le había bastado para juzgar lo ridículo de la tal antigua asociación: que en las Logias había hallado algunos hombres de mérito, bastante fanáticos, muchos embusteros y muchos más tontos burlados: que todos los masones parecen unos niños grandes, jugando con señas, morisquetas, palabras hebraicas, cintas y cordones: que sin embargo la política y los intrigantes pueden sacar algún partido de esa sociedad secreta, pero que en el estado de civilización de Colombia, de fanatismo y de preocupaciones religiosas en que están sus pueblos, no era político valerse de la masonería, porque para hacerse algunos partidarios en las logias se hubiera atraído el odio y la censura de toda la nación, movida entonces contra él por el clero y los frailes, que se hubieran valido de aquel pretexto: que por lo mismo poco podía hacerle ganar la masonería y mucho hacerle perder en la opinión. (...) "¿Es verdad que su excelencia fue masón?” Bolívar respondió: “Es verdad yo me inscribí en la masonería pensando que podía servirme para mis ideas por la independencia, pero pronto me salí de ahí porque encontré unos pocos ilusos, bastantes ignorantes y muchísimos necios que juegan con intereses que no conocen”.

 

Luís Perú de Lacroix. Diario de Bucaramanga, día 11 de mayo de 1828 (Edición de Monseñor Nicolás E. Navarro, 1935)

 

Habiendo acreditado la experiencia tanto en Colombia como en otras naciones, que las sociedades secretas sirven para preparar los trastornos políticos, turbando la tranquilidad pública, y el orden establecido; que ocultando tras ellas todas sus operaciones con el velo del misterio, haciendo presumir fundamentalmente que no son buenas ni útiles a la sociedad, y por lo mismo excitan sospechas y alarmas a todos aquellos que ignoran los objetos de que se ocupan, oído el dictamen del Consejo de Ministros, DECRETA:

 

Artículo 1.º Se prohíben en Colombia todas las asociaciones o confraternidades secretas, sea cual fuere la denominación de cada una. 


Artículo 2.º Los gobernadores de las provincias, por sí y por medio de los jefes de la Policía de los Cantones, disolverán e impedirán las reuniones de las sociedades secretas, averiguando cuidadosamente si existen algunas en sus respectivas provincias. 


Artículo 3.º Cualquiera que diera o arrendare su casa o local para una Sociedad Secreta incurrirá en la multa de 200 pesos, y cada uno de los que concurran, en la de 100 pesos por la primera vez y segunda vez; por la tercera y demás será doble la multa; los que no pudieren satisfacer la multa sufrirán por la primera y segunda vez dos meses de prisión; y por la tercera y demás, doble pena. Parágrafo 1.º Las multas se destinan para gastos de policía, bajo la dirección de los gobernadores de provincia.

 

El Ministro Secretario de Estado del Despacho del Interior [José Manuel Restrepo] queda encargado de la ejecución de este Decreto dado en Bogotá a 8 de noviembre de 1828.

 

Simón Bolívar, Libertador Presidente de la República de Colombia. Decreto de prohibición contra las todas las Sociedades o Confraternidades secretas, sea cual fuere la denominación de cada una


Si bien es cierto que tras la la Convención de Ocaña, Bolívar se ganó el rechazo de gran parte de la masonería liberal, sobre todo las logias mirandistas, que se volvieron partidarios de Santander (otro masón) por su oposición a la visión de Bolívar de que era peligroso imponer constituciones avanzadas a pueblos pobres e ignorantes (espantados de sus planes para desarrollar gobierno paternalista de transición con presidente vitalicio, en favor de imitar la constitución estadounidense, sin la experiencia política previa al lado de 3 siglos de monarquía), y que tras la Conspiración Septembrina (donde hubo una participación particular de 13 miembros de las logias, puesto que la institución en ese momento pasaba una crisis por múltiples divisiones como para haber tenido participación directa) Bolívar entró con serias fricciones contra múltiples miembros de la Masonería (que hacían parte de la oligarquía política de la Gran Colombia), lo cual conllevo a la larga la prohibición de las sociedades secretas y una decadencia de la masonería colombiana.

 

Este evento del decreto de prohibición no sugeriría que Bolívar haya hecho algún tipo de cruzada antimasónica con el fin de garantizar la estabilidad del gobierno (aquello sería una interpretación muy simplista), sino que, más bien, habría hecho una política de represión a grupos políticos.


https://es.wikipedia.org/wiki/Sim%C3%B3n_Bol%C3%ADvar



Para el próximo Lunes 21 de julio de 2024 publicaré la segunda parte de la historia de Francisco Miranda un venezolano destacado. 


julio 02, 2024   Posted by Los Mina Digital with No comments

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