Capitulo 5
Muerte de Simón Bolívar
Muerte de Simón Bolívar, por Antonio Herrera Toro.
Boceto de Bolívar a la edad de 47 años hecho en vida por José
María Espinosa en 1830.
Luego de su renuncia y de recibir la noticia del asesinato de
Sucre, solo y desengañado, Bolívar había decidido dirigirse a Europa. Llegó a
Santa Marta en estado de postración el 1 de diciembre de 1830, tras una penosa
travesía por el río Magdalena desde Bogotá en la goleta Manuel, escoltada en la
última parte del viaje por el buque USS Grampus de la Armada de los Estados
Unidos, quedándose inicialmente en la Casa de Aduanas.
Allí fue atendido por el médico francés Alejandro Próspero
Révérend, en consulta con Mac Night, médico militar del USS Grampus.
A pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud
empeoró a los pocos días, razón por la cual aceptó la invitación del español
Joaquín de Mier y Benítez y fue trasladado a la Quinta de San Pedro
Alejandrino, al suroccidente de Santa Marta, donde llegó el 6 de diciembre.
Momentos de lucidez le permitieron dictar su testamento y su Última proclama,
donde un Bolívar gravemente enfermo aseguró: «Si mi muerte contribuye para que
cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».
Finalmente, Simón Bolívar falleció de tuberculosis el 17 de
diciembre de 1830, a los 47 años de edad. «A la una y tres minutos de la tarde
murió el sol de Colombia», según decía el comunicado oficial. Antes de morir,
se le atribuye la frase: «Hemos arado en el mar», pero la investigación
histórica actual señala que no se conserva un documento que lo atestigüe y que,
en la forma: «Todo el que sirve a una revolución, ara en el mar», pertenece a
una carta del Libertador.
El 24 de diciembre, el secretario general de la Comandancia
de Santa Marta escribió un relato de los hechos sucedidos luego de la muerte de
Bolívar, informando que su cadáver fue trasladado al edificio de la Aduana.
Allí Révérend practicó la autopsia, extrajo sus órganos para guardarlos en
recipientes y el cuerpo de Bolívar fue embalsamado. Révérend estableció sin
lugar a dudas que la causa de muerte fue una «tisis tuberculosa», derivada de
un catarro pulmonar mal curado, que se convirtió en crónico. Luego se realizó
en el mismo lugar el velorio del cuerpo, vestido con insignias militares,
durante dos días, con la presencia masiva de la población, siendo enterrado el
día 20.
El entierro se realizó con un desfile militar hasta la
Catedral de Santa Marta, donde fue enterrado sin la presencia del obispo.
Capilla de la Santísima Trinidad. Panteón Familia Bolívar.
Alegoría del alma de Bolívar abrazando a su esposa y a sus padres.
Los datos sobre los últimos días de Bolívar fueron tomados
del libro que sobre su muerte publicó Révérend en 1866, en París, titulado La
última enfermedad, los últimos momentos y los funerales de Simón Bolívar,
Libertador de Colombia y del Perú, donde detalla la evolución de la salud de
Bolívar en sus últimos días, su muerte, autopsia y entierro. A esta versión se
atuvieron los textos históricos publicados posteriormente.
Dudas y exhumación del cuerpo
La historia oficial sobre la muerte de Bolívar generó dudas
en algunos historiadores.[¿cuál?] En particular la actuación del médico
Alejandro Próspero Révérend y la tuberculosis a la que se atribuyó la causa de
su muerte. También generó dudas la ausencia de otros médicos, la razón de la
presencia del buque de guerra estadounidense USS Grampus y el papel jugado por
el médico militar del buque.
En 2007 el historiador venezolano Jorge Mier Hoffman, descendiente de Joaquín de Mier y Benítez, el español en cuya casa Bolívar murió, publicó un libro titulado La carta que cambiará la historia, en donde formula dudas en torno a la versión oficial de la causa y las circunstancias de la muerte de Simón Bolívar.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, informó
públicamente que había leído el libro y que consideraba necesario exhumar los
restos de Bolívar para establecer si se trataban realmente de sus restos y si
era cierto que había muerto de tuberculosis.
El 28 de enero de 2008 el presidente Chávez dictó el Decreto N.º 5834, creando una comisión científica, presidida por el genetista español José Antonio Lorente, con la misión central de exhumar los restos de Bolívar, establecer la identidad de los mismos y verificar si la tuberculosis fue efectivamente la causa de su muerte, y en caso negativo buscar indicios de la causa efectiva de su muerte, especialmente trazas de presencia de arsénico, que pudieran indicar un posible envenenamiento.
Dos años después, el 16 de julio de
2010, fueron exhumados los restos atribuidos a Simón Bolívar que se encontraban
en el Panteón Nacional de Venezuela ubicado en Caracas.
El 25 de julio de 2011 el vicepresidente de Venezuela, Elías
Jaua leyó por cadena nacional los resultados del informe preliminar de la
Comisión Presidencial y varios de sus miembros expusieron públicamente tanto
los resultados, como los métodos científicos y técnicos utilizados. De acuerdo
a las declaraciones de los investigadores, los restos estudiados pertenecían a
Bolívar, quien no padeció tuberculosis, por lo tanto esa no fue la causa de su
muerte.
Según estos estudios, Bolívar murió por envenenamiento crónico
por arsénico, es decir por una exposición continuada a este veneno, o bien por
histoplasmosis, una infección micótica cuyos síntomas son parecidos a los de la
tuberculosis.
Disolución de la Gran Colombia
En 1831, un año después de la muerte de Bolívar, la Gran Colombia que estaba en disgregación debido a las disputas políticas internas que fragmentaron el orden constitucional fue legalmente disuelta.
Se
establecieron así las tres repúblicas de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador,
que quedarían bajo el liderazgo e influencia del neogranadino Francisco de
Paula Santander (regresado del exilio), del venezolano José Antonio Páez, y de
Juan José Flores en Ecuador, respectivamente.
Historia de sus restos mortales
El traslado de los restos de Bolívar de Santa Marta a
Caracas.
Los despojos mortales de Bolívar recibieron cristiana
sepultura en el altar mayor de la suntuosa catedral Basílica de Santa Marta y
allí permanecieron hasta el 22 de noviembre de 1842, cuando fueron exhumados
para trasladarlos a su país de origen, Venezuela, cumpliéndose así el mandato
de su testamento.
Sus restos llegaron a Caracas el 16 de diciembre de 1842 en
medio de una gran conmemoración oficial y fueron inhumados en la cripta de la
Santísima Trinidad de la catedral de Caracas, santuario de mucha advocación de
la familia Bolívar, que guarda las cenizas de sus padres, de su esposa María
Teresa Rodríguez del Toro y de sus dos hermanas.
Allí permanecieron en medio de plural satisfacción, hasta el
definitivo traslado al Panteón Nacional, el 28 de octubre de 1876, durante el
gobierno de Antonio Guzmán Blanco.
En 1947 el constituyentista Andrés Eloy Blanco pidió ante el
Congreso que los restos de Bolívar no debían estar en un sarcófago en un
material tan innoble como el plomo. En 1972 fue abierto el sarcófago (no la
urna que contiene sus restos) y esta se cubrió con una bandera de Venezuela
elaborada en Gran Bretaña.
El 16 de julio de 2010, los restos mortales de Bolívar fueron exhumados por orden del gobierno de Hugo Chávez para su análisis y tratar de comprobar si en realidad murió por causas naturales o fue asesinado. También se realizaron pruebas de ADN. Asimismo, fue cambiada la urna de plomo por otra hecha de metacrilato sellada al vacío con detalles en oro y esta será colocada dentro de otra urna hecha de madera de cedrillo llanero, árbol maderero oriundo de Venezuela, con un escudo de oro.
A partir del día 24 de julio de 2010, una
nueva bandera de Venezuela, bordada por mujeres en siete zonas diferentes del
país, cubre los restos mortales de Simón Bolívar.
El 15 de julio de 2011, la unidad criminalística del
Ministerio Público de Venezuela que exhumó los restos de Bolívar informó que la
causa de muerte no fue tuberculosis como lo diagnosticó el médico que lo
atendió en 1830 sino un trastorno hidroelectrolítico. Otras fuentes oficiales
indicaban que la causa de la muerte no pudo determinarse. El vicepresidente
Jaua declaró que en los huesos no se encontraron rastros de tuberculosis
crónica, aunque no descarta una «tuberculosis sistémica mucho más virulenta»
que no habría llegado a penetrar los huesos.
El 24 de julio de 2012, el presidente de Venezuela Hugo
Chávez presentó, en una transmisión conjunta de televisión, una imagen del
rostro de Bolívar reconstruida digitalmente a partir del estudio antropomórfico
de su cráneo que se realizó tras la exhumación de sus restos en 2010, el cual
se puede ver en la página oficial del Gobierno Bolivariano de Venezuela102
junto con un informe preliminar que no es concluyente acerca de la enfermedad
que le llevó a la muerte.
Controversias
Filiación masónica
Hay mucha polémica al respecto de la relación de Bolívar con
la Masonería, sobre todo la influencia de las filosofías de las logias
masónicas en su pensamiento político y que tanta participación tuvieron durante
su gesta emancipadora y en su gobierno.
Si bien múltiples historiadores, como Daniel Ligou, William
R. Denslow, Buenaventura Briceño Belisario, Jules Mancini o Américo Carnicelli,
han afirmado que Simón Bolívar habría ingresado a la masonería a través de la
Logia Lautaro o Caballeros Racionales en Cádiz, durante 1803 o 1804 (por medio
de la influencia de Simón Rodríguez y Francisco de Miranda), y de los cuales se
habría reunido con José de San Martín, Bernardo O’Higgins, Bernardo de Monteagudo,
Juan Martínez de Rosas, José Miguel Carrera, Gregorio Argomedo, José Matías
Zapiola, Juan Antonio Rojas, Carlos María de Alvear, Mariano Moreno y otros
tantos próceres de la Independencia hispanoamericana, para así conspirar contra
la Monarquía Española, con apoyo inglés y de las sociedades secretas
patrióticas. Sin embargo, está tradición del ingreso de Bolívar a la masonería
a través de las logias de Cádiz (un gran centro de participación masónica desde
1748) tendría muchas inexactitudes históricas, los cuales son las siguientes:
Que Bolívar aún no habría llegado a Cádiz hasta finales de
1803 (en diciembre), siendo imposible que haya sido aceptado en un lazo muy
corto de tiempo entre 1803 a principios de 1804 (incluso si hubiera solicitad
su ingreso a los masones de Caracas antes de su viaje).
La edad de Bolívar (nacido el 24 de julio de 1783) le impedía
ser ingresado en las logias masónicas, antes de cumplir la mayoría de edad de
los 21 años, que sería luego del 24 de julio de 1804.
El hecho de que la primera logia en Cádiz aparecería todavía
en 1807 (fecha en la que Bolívar ya había retornado a América), antes de ello,
no había una masonería organizada.
Las controversias de si la Logia Lautaro fue realmente
masónica (pero irregular), o si en realidad era una logia autónoma, fuera de la
comunión con la Francmasonería (aunque eso no le negaría nexos reales entre
dichas sociedades secretas a través de miembros con membresía en ambas, donde
algunos historiadores la calificarían en tal caso como una "logia
para-masónica")
El hecho de que la logia Lautaro no sería fundada todavía
hasta 1811, por obra de Carlos de Alvear, no de Miranda (sin embargo, la
confusión podría deberse a que está era una rama de la Logia Gran Reunión
Americana, que sí fundó Miranda en Londres en 1798).
Debido a ello, historiadores como Frederick Seal-Coon creen
que tales visitas en Cádiz a dichas logias fueron en calidad de no masón, por
curiosidad a sus ideas y proyectos políticos, no por convicción. Sin embargo,
la tradición masónica sigue convencida de que su iniciación fue en Cádiz
durante sus viajes europeos entre 1804-1806. Pese a ello, hay múltiples
registros del acta de iniciación de Bolívar, bien registrados por la paleógrafa
Dolores de Sotillo.
“Juro por Dios y por San Juan, por la Escuadra y el Compás,
someterme al juicio de todos, trabajar al servicio de mi Maestro en la
honorable Logia, del lunes por la mañana al sábado, y guardar las llaves, bajo
la pena de que me sea arrancada la lengua a través del mentón, y de ser enterrado
bajo las olas, allá donde ningún hombre lo sabrá”
Juramento de Bolívar, del 7 de Enero de 1806, ante los iniciadores de la masonería entonces, Bolívar habría ingresado a la masonería, no a través de la masonería templaria o las logias americanas, si no que a través de la Logia Masónica de San Alejandro de Escocia, del bulevar Poissonnière, en París. No hay documentación empírica que atestigüe dónde fue su iniciación, por lo que este aspecto aún queda en el ámbito de lo especulativo y la inducción lógica. Pese a ello, si hay documentación inobjetable sobre donde recibió el segundo grado, el de Compañero Masón, en París durante noviembre de 1805 a enero de 1806 (luego de 7 meses de estudios, meditación y ejercicios iniciáticos), bajo la Gran Maestría de José Bonaparte, evidenciando una intensa vida masónica, la cual le permitiría ser promovido al último de los tres grados simbólicos de la Masonería, el de Maestro Masón, a mediados de 1806, como se en el Cuadro General de Miembros que componen la Respetable Logia Escocesa de San Alejandro de Escocia, al Oriente de París, otro documento inobjetable.
Los documentos de estas firmas están recopilados en el
archivo del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Venezuela (por
donación de Ramón Díaz Sánchez), así como en la lista de Maestros Masones del
Taller de diciembre de 1805 Biblioteca Nacional de París, habiendo sido
descubiertas, de manera independiente entre 955, y 1956 por la historiadora
venezolana Miriam Blanco Fombona de Hood, y por el político venezolano Ramón
Díaz Sánchez (este último tras solicitarlo a M. Sorlet, su amigo y editor de la
revista “Nouvelles Editions Latines”).
A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.
El día 11 del 11º mes del año de la Gran Luz 580544 los trabajos de Compañero han sido abiertos al Este por el R. hº de la Tour d’Auvergne, siendo iluminados el Oeste y Sur por los RR. hh. Thory y Potu. Hecha y sancionada la lectura de la última plancha trazada, el Venerable ha propuesto elevar al grado de Compañero al hº Bolívar recientemente iniciado, a causa de un próximo viaje que está en vísperas de emprender. Habiendo sido unánime la opinión de los hermanos para su admisión y el escrutinio favorable, el hº Bolívar ha sido introducido en el templo, y tras las formalidades de rigor ha prestado al pie del trono la obligación acostumbrada, situado entre los dos Vigilantes, y ha sido proclamado caballero Compañero masón de la R. Logia Madre Escocesa de San Alejandro de Escocia.
Este trabajo ha sido coronado
con una triple aclamación (hurra), y el hº habiendo dado las gracias ha tomado
lugar a la cabeza de la Columna del Mediodía. Los trabajos han sido cerrados de
la manera acostumbrada.
ACTA, con firma autógrafa de Bolívar, donde consta su ascenso
a “compañero de la orden en segundo ”. Logia Saint Alexandre D ’ Escosse, de
París.
Aun así, la actividad masónica de Bolívar fue breve, pero supo dejarle huellas profundas e indelebles en su personalidad, que lo harían abandonar su antiguo carácter de oligarca indiferente y despreocupado. Por ejemplo, su lucha de Bolívar estaría fuertemente inspirado por la defensa de la libertad, la justicia, la independencia, la unidad y la integración, influenciados en gran medida por los principios de la masonería con el lema de Libertad-igualdad-fraternidad. El mismo Bolívar diría que "En el seno de la masonería vi a muchos hombre de mérito", y mostraría una gran admiración por pensadores masónicos, o muy leídos en las logias, como Jean-Jacques Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Denis Diderot, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Johann Herder, Alcalá Galiano, Wolfgang Amadeus Mozart, Benjamin Franklin, George Washington, etc.
Todo esto influiría en gran medida su carácter de Revolucionario liberal y rebeldía intelectual, por el cual tuvo una nueva concepción de la historia y la religión. También se relata que a través de las logias habría entrado en contacto (o incluso entablar amistad) con personajes muy famosos de la época, como: el científico Louis Joseph Gay Lussac, el astrónomo Pierre-Simon Laplace, el naturalista Georges Cuvier, el químico Louis Nicolas Vauquelin, el geógrafo Alexander von Humboldt, el botánico Aimé Bonpland, el vizconde José Luis Joaquín, el noble Emmanuel Campos, el general Eugène de Beauharnais, el general José de San Martín, el general Bernardo O'Higgins,entre otras figuras donde habría realizado un intercambio filosófico sobre política, ciencia y religión, con un escepticismo a la autoridad de la Iglesia católica en la consciencia de las sociedades, y un profundo rechazo a las Monarquías Tradicionales y los monarcas Absolutistas del Antiguo Régimen, en sintonía con el espíritu ilustrado de las Guerras revolucionarias francesas y napoleónicas.
La influencia de la doctrina
masónica quedaría bien presente en la Carta de Jamaica, el Manifiesto de
Cartagena o el Discurso de Angostura.
Simón Bolívar no pudo haber sido ateo porque fue masón... y el requisito sine qua non para optar a la iniciación masónica es creer en Dios o en un ser superior que los masones denominan Gran Arquitecto del Universo... no pudo ser iconoclasta porque jamás se dedicó a destruir imágenes.
Además de
que por su misma condición de masón. Vale decir: de mente universal y
tradicionalista, mal podría irrespetar los valores de ninguna iglesia, ni de
idea alguna concebida por los hombres. Fue católico en el verdadero sentido
etimológico de la palabra: Universal, o sea que no permitía que nada ni nadie
limitase su razón a simples creencias sin bases denominadas comúnmente dogmas,
y no pudo haber abandonado enseguida a la masonería porque en la Academia de la
Historia reposa un documento oficial que hace constar que Bolívar recibe su
Segundo grado, para lo cual necesita haber permanecido algún tiempo dentro de
la Orden, además de que extraoficialmente se dice que en Nueva York hay
constancia de haber recibido grados superiores.
Pio Gil Nº19 Enero-Febrero 1995 Q.•. H.•. Federico Landaeta
M.•. M.•. Resp.•. Log.•. Libertad Española Nº101.
Pese a ello, algunas corrientes de Revisionismo histórico,
sobre todo referentes del Escepticismo Posmoderno (como Eloy Reveron García o
José Antonio Ferrer Benimeli) y del nacionalismo conservador en los Países
bolivarianos, mayormente Venezuela (como Germán Borregales), el Nacionalismo
católico en los países del Cono Sur, mayormente Argentina (como Javier Olivera
Rabassi, y el Nacionalcatolicismo en España (como Miguel de Unamuno, Francisco
Franco o Ernesto Giménez Caballero) sugieren que Bolívar habría tenido una
aversión a la Gran Logia debido a su fe católica, del que era un profundo
devoto, y que lo que paso entre 1804-1806 habría sido una etapa de inmadurez
del personaje (pero que habría sido aprovechado por la "historiografía
liberal oficialista", y sus detractores Hispanistas y nacionalistas
peruanos de Bolívar, para desacreditar su fe y obras, o para apropiarse la
masonería de su figura e ideario), y que tal influencia masónica habría sido
deshecha con el pasar de los años de Bolívar, hasta llegar a la condena de la
masonería en su etapa más antiliberal de sus últimos años de vida, apelándose
firmemente al Decreto de Prohibición de Sociedades Secretas de 1828 como prueba
definitiva de dicho desprecio final de Bolívar a la masonería, así como
algunas cartas escritas a Francisco de Paula Santander en , o extraídas por
Luis Perú de Lacroix en el Diario de Bucaramanga.
Esto quiere decir que si nos descuidamos los cuervos nos
comerán y si no vea Vd. lo del Dr. Pérez. Pero Vd. tiene la culpa, porque no
los ha sabido tratar por las majaderías de masones, y por los ataques a sus principios
por parte de algunos de los amigos de Vd. mismo. Conmigo siempre están bien,
porque los lisonjeo, y los sujeto en los límites que me parecen justos. Maldito
sean los masones y los tales filósofos charlatanes. Estos han de reunir los dos
bellos partidos de cuervos blancos, con cuervos negros: al primero por quererlo
humillar, y al segundo por quererlo ensalzar. Por los filósofos, masones y
cuervos, no he de ir a Colombia. Por acá no hay nada de esto, y los que haya
serán tratados como es justo.
Estatua de Simón Bolívar, Viena (Austria)
Carta de Bolívar a Santander. Potosí, 21 de octubre de 1825.
Pocas ganas tenía el Libertador de irse a dormir y siguió
conversando. Habló sobre la masonería, diciendo que también había tenido él la
curiosidad de hacerse iniciar para ver de cerca lo que eran aquellos misterios,
y que en París había sido recibido de Maestro, pero que aquel Grado le había
bastado para juzgar lo ridículo de la tal antigua asociación: que en las Logias
había hallado algunos hombres de mérito, bastante fanáticos, muchos embusteros
y muchos más tontos burlados: que todos los masones parecen unos niños grandes,
jugando con señas, morisquetas, palabras hebraicas, cintas y cordones: que sin
embargo la política y los intrigantes pueden sacar algún partido de esa
sociedad secreta, pero que en el estado de civilización de Colombia, de
fanatismo y de preocupaciones religiosas en que están sus pueblos, no era
político valerse de la masonería, porque para hacerse algunos partidarios en
las logias se hubiera atraído el odio y la censura de toda la nación, movida
entonces contra él por el clero y los frailes, que se hubieran valido de aquel
pretexto: que por lo mismo poco podía hacerle ganar la masonería y mucho
hacerle perder en la opinión. (...) "¿Es verdad que su excelencia fue
masón?” Bolívar respondió: “Es verdad yo me inscribí en la masonería pensando
que podía servirme para mis ideas por la independencia, pero pronto me salí de
ahí porque encontré unos pocos ilusos, bastantes ignorantes y muchísimos necios
que juegan con intereses que no conocen”.
Luís Perú de Lacroix. Diario de Bucaramanga, día 11 de mayo
de 1828 (Edición de Monseñor Nicolás E. Navarro, 1935)
Habiendo acreditado la experiencia tanto en Colombia como en
otras naciones, que las sociedades secretas sirven para preparar los trastornos
políticos, turbando la tranquilidad pública, y el orden establecido; que
ocultando tras ellas todas sus operaciones con el velo del misterio, haciendo
presumir fundamentalmente que no son buenas ni útiles a la sociedad, y por lo
mismo excitan sospechas y alarmas a todos aquellos que ignoran los objetos de
que se ocupan, oído el dictamen del Consejo de Ministros, DECRETA:
Artículo 1.º Se prohíben en Colombia todas las asociaciones o confraternidades secretas, sea cual fuere la denominación de cada una.
Artículo 2.º Los gobernadores de las provincias, por sí y por medio de los jefes de la Policía de los Cantones, disolverán e impedirán las reuniones de las sociedades secretas, averiguando cuidadosamente si existen algunas en sus respectivas provincias.
Artículo 3.º Cualquiera que diera o arrendare su casa o local para
una Sociedad Secreta incurrirá en la multa de 200 pesos, y cada uno de los que
concurran, en la de 100 pesos por la primera vez y segunda vez; por la tercera
y demás será doble la multa; los que no pudieren satisfacer la multa sufrirán
por la primera y segunda vez dos meses de prisión; y por la tercera y demás,
doble pena. Parágrafo 1.º Las multas se destinan para gastos de policía, bajo
la dirección de los gobernadores de provincia.
El Ministro Secretario de Estado del Despacho del Interior
[José Manuel Restrepo] queda encargado de la ejecución de este Decreto dado en
Bogotá a 8 de noviembre de 1828.
Simón Bolívar, Libertador Presidente de la República de
Colombia. Decreto de prohibición contra las todas las Sociedades o
Confraternidades secretas, sea cual fuere la denominación de cada una
Si bien es cierto que tras la la Convención de Ocaña, Bolívar
se ganó el rechazo de gran parte de la masonería liberal, sobre todo las logias
mirandistas, que se volvieron partidarios de Santander (otro masón) por su
oposición a la visión de Bolívar de que era peligroso imponer constituciones
avanzadas a pueblos pobres e ignorantes (espantados de sus planes para
desarrollar gobierno paternalista de transición con presidente vitalicio, en
favor de imitar la constitución estadounidense, sin la experiencia política
previa al lado de 3 siglos de monarquía), y que tras la Conspiración
Septembrina (donde hubo una participación particular de 13 miembros de las
logias, puesto que la institución en ese momento pasaba una crisis por
múltiples divisiones como para haber tenido participación directa) Bolívar
entró con serias fricciones contra múltiples miembros de la Masonería (que
hacían parte de la oligarquía política de la Gran Colombia), lo cual conllevo a
la larga la prohibición de las sociedades secretas y una decadencia de la
masonería colombiana.
Este evento del decreto de prohibición no sugeriría que
Bolívar haya hecho algún tipo de cruzada antimasónica con el fin de garantizar
la estabilidad del gobierno (aquello sería una interpretación muy simplista),
sino que, más bien, habría hecho una política de represión a grupos políticos.
https://es.wikipedia.org/wiki/Sim%C3%B3n_Bol%C3%ADvar
Para el próximo Lunes 21 de julio de 2024 publicaré la segunda parte de la historia de Francisco Miranda un venezolano destacado.
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