Capitulo 3
Bolívar y la Gran Colombia
Mapa de la Gran Colombia.
Gran Colombia
Después del fracaso de la Segunda República de Venezuela y su
corta permanencia en Nueva Granada como comandante militar, Bolívar se vio
obligado a reflexionar sobre la causa de los fracasos previos, la situación
internacional y la forma de lograr la independencia de forma duradera.
Sus reflexiones le llevaron a la conclusión de que para
alcanzar la independencia definitiva se debía derrotar totalmente a los
españoles para impedir que realizaran acciones de reconquista pero esto no
sería suficiente, los esfuerzos descoordinados y dispersos de los caudillos
regionales a lo largo de América debían ser unificados bajo un mandato único y
como garantía de una independencia permanente se debía crear una república
grande y fuerte para poder desafiar las pretensiones de cualquier potencia
imperial.
La idea de crear una nación semejante hizo que Bolívar
tuviera un objetivo político mucho más amplio y esto en definitiva le movió a
actuar de una manera diferente a las anteriores.
Colombia como proyecto político
Ya en la isla de Jamaica, Bolívar había expuesto la idea de
conformar a Colombia como un país que debía hacerse realidad. Concluyó que para
convertir la idea de Colombia en una nación viable y creíble hacía falta crear
un gobierno centralizado capaz de coordinar las acciones necesarias para
resguardar las fronteras y aglutinar a los distintos pueblos de la América
Hispana como garantía de la independencia.
Aunque el proyecto de Colombia como nación lo idealizó en
realidad Francisco de Miranda durante sus acciones precursoras, fue Bolívar
quien tuvo el mérito de rescatar este proyecto del baúl de los recuerdos de sus
primeros contactos con Miranda en Londres y de llevarlo a cabo contra viento y
marea hasta su muerte.
Para garantizar la libertad de la Nueva Granada, Bolívar
consideraba vital conseguir cuanto antes el control sobre Venezuela para
impedir que los españoles la utilizaran como puesto de avanzada en tierra firme
para sus campañas de reconquista por lo que decidió emprender esta tarea como
algo prioritario.
Así desembarcó en la isla de Margarita a mediados de 1816
decidido a lograr desde el principio el reconocimiento de su liderazgo y
después de obtener un éxito inicial con el líder local Juan Bautista Arismendi
preparó la campaña para liberar el continente.
El 16 de julio de 1816 Bolívar desembarcó en Ocumare de la Costa y emitió una proclama en la que cambiaba su decreto a muerte. En la misma declaraba que los «españoles europeos» no serían matados salvo que estuvieran combatiendo. Allí declaraba que su armada iba a liberar a toda Venezuela. Contaba con 650 soldados, de los que 300 jamás había estado en combate. Bolívar consiguió alistar a unos doscientos negros, pero la mayoría de la población huyó. Entonces procedió a marchar en dirección a Valencia con el fin de establecer desde allí una conexión con los combatientes que se hallaban en los Llanos.
Las fuerzas bajo Morales se dirigieron a Valencia y de allí hacia los
cerros que llevaban a Ocumare. Después de una corta escaramuza, huyó Bolívar
hacia Ocumare y de allí a Bonaire. Al llegar Brión a Bonaire, le recriminó a
Bolívar que hubiera abandonado Ocumare de esa manera y le ordenó ir a Cumaná. Brión
partió a Margarita para reparar varios barcos y Bolívar desembarcó de nuevo en
Cumaná. Allí Santiago Mariño y Manuel Piar le recriminaron igualmente la huida
de Ocumare y lo amenazaron con llevarlo a una corte marcial y fusilarlo. De
acuerdo a Ducoudray Holstein, Bolívar se convirtió en acérrimo enemigo de Piar
desde aquel entonces. Con el fin de evitar más encuentros problemáticos con
oficiales revolucionarios, decidió partir de nuevo hacia Haití.
A medida que pasaba el tiempo Bolívar tuvo que lidiar con
personajes que habían ganado su generalato a través de la acción pero que por
el tipo de guerra que se hacía en ese momento acabaron aceptando la Jefatura
Suprema de Bolívar como un mal necesario para poder derrotar a los españoles
hasta que a la larga su liderazgo fue indiscutido.
A partir de 1817 se desarrolló un conflicto de poder entre Manuel Piar, que había liderado la conquista de Guayana, y Simón Bolívar. Piar había derrotado a Morales en El Juncal a finales de 1816 y había tomado Angostura en abril de 1817. Simón Bolívar realizó un consejo de guerra 24 de julio de 1817para que se reconociese su liderazgo.
Bolívar escribió un pronunciamiento contra Piar en agosto. Sedeño fue mandado a aprehenderlo. Acusado de querer eliminar a Bolívar y establecer una pardocracia, Piar fue fusilado el 16 de octubre de 1817. Con ello, Bolívar quedó claramente como jefe de las fuerzas independentistas en Venezuela.
La consolidación del liderazgo supremo facilitó el control
del oriente venezolano y la instalación de Bolívar en Angostura (hoy Ciudad
Bolívar), que trajo consigo el inevitable y largo enfrentamiento con las
fuerzas expedicionarias del general español Pablo Morillo y la organización de
los mecanismos elementales para que el gobierno pudiese funcionar.
Para entonces el Ejército español ya se encontraba muy
desgastado después de la larga campaña de reconquista realizada en Colombia y
Venezuela y aunque el general Morillo era un comandante militar muy capaz que
intentó por todos los medios paliar la situación no pudo evitar que sus tropas
iniciaran un lento pero inevitable declive debido a la falta de recursos y de
refuerzos para cubrir las bajas que sufrían.
Ya en 1818, la situación del ejército español en Venezuela se
hizo insostenible y Morillo se vio obligado a retirar algunas de sus fuerzas de
la Nueva Granada para intentar contener a Bolívar. Para entonces la situación
política y militar era lo bastante buena como para pensar en la organización de
un Estado y así fue como se instaló hacia 1819 el Supremo Congreso de la
República en Angostura.
Campaña libertadora en la Nueva Granada
Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Antonio Nariño
en el Congreso de Colombia en octubre de 1821.
Independencia de Colombia
A partir de 1813 la situación se decantó definitivamente a
favor de los patriotas y desde entonces prácticamente su avance por el
continente se hizo imparable, lo que permitió que Bolívar desde Venezuela y
Francisco de Paula Santander desde Nueva Granada empezaran a coordinar acciones
conjuntas desde sus áreas de influencia que fomentaran una unidad militar.
En la Batalla de Cúcuta se dio inicio a la Campaña
Admirable,4445 con la cual se liberó el occidente de Venezuela. Este fue un
enfrentamiento bélico entre Simón Bolívar y las tropas españolas, con el cual
se logró la independencia de la ciudad colombiana de Cúcuta.
Para entonces existía en Nueva Granada un importante foco de
resistencia revolucionaria contra las tropas de Morillo en los llanos de
Casanare, zona contigua a los llanos de Apure y del Arauca, donde algunos de
los revolucionarios neogranadinos más comprometidos se retiraron para resistir,
como baluarte patriota al mando de Santander, la violencia de la
Contrarrevolución del comandante militar Juan de Sámano. Bolívar ascendió a
Santander al grado de brigadier y lo nombró Comandante militar de la División
de vanguardia.
Santander y Bolívar habían elaborado un plan en el que Santander debía preparar la provincia de Casanare, unificar a los guerrilleros del sur y dar informes a Bolívar sobre las tropas españolas para iniciar la invasión de la Nueva Granada. Además de los preparativos militares también se realizaban acciones políticas importantes.
El 21 de enero de 1819 llegaron a Angostura dos
buques británicos, el Perseverance y el Tartare con un cuerpo de voluntarios
que fue conocido como la Legión Británica para apoyar a Bolívar, quien reunió
el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819, acontecimiento en el que
pronunció una de sus mejores composiciones políticas, el Discurso de Angostura,
en el que hacía un análisis crítico de la situación, exponía el rumbo a seguir
para fundar la república y anunciaba la Ley Fundamental de la República de la
Gran Colombia (que sería ratificada en Villa del Rosario en el Congreso Constituyente
como la Constitución de 1821).
Monumento Nacional Templo Histórico, donde se desarrolló el
Congreso de 1821. En su interior hay una estatua de Bolívar.
Mientras tanto, Bolívar seguía preparando la invasión militar
de Nueva Granada tratando de mantener los detalles de la campaña en secreto por
lo que su duración, características, fecha de inicio y alcance eran datos
desconocidos, lo cual contribuía a aumentar el factor sorpresa y la
imprevisibilidad del ataque.
Pablo Morillo estaba al corriente de la llegada de la Legión
Británica a Angostura bajo el mando de James Rooke e intuyó que el siguiente
paso lógico de Bolívar sería unir fuerzas con José Antonio Páez, destacado
líder rebelde de los Llanos, por lo que tras analizar la situación decidió
atacar el principal reducto rebelde neogranadino en Casanare con tropas al
mando del coronel José María Barreiro que fueron hostigadas constantemente por
las tropas del general Santander mediante tácticas de guerrilla que fueron
desgastando a las fuerzas de la Tercera División española.
La llegada de la época de lluvias hizo los caminos
intransitables y las operaciones militares difíciles por lo que los españoles
decidieron replegarse ante la lógica de que el enemigo haría lo mismo.
Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos hacían
presentir lo peor al general Morillo ya que su Ejército expedicionario,
exhausto y sin recibir refuerzos desde hacía mucho tiempo, estaba combatiendo
contra fuerzas militares eficaces de las que se desconocía su capacidad real.
Paso del ejército patriota por el páramo de Pisba.
Es entonces cuando Bolívar realizó una de sus hazañas
militares más destacadas, el Paso de los Andes, que realizó en una estación
poco propicia y que se consideraba imposible con los medios de la época. El
difícil avance de las tropas patriotas se produjo a través del páramo de Pisba,
hasta dar alcance a los realistas el 25 de julio de 1819 en la batalla del
Pantano de Vargas, en la cual la tropa realista finalmente huyó, situación que
le permitió a los patriotas llegar a la ciudad de Tunja el día 4 de agosto.
Allí se reúne con las tropas patriotas que estaban bajo el
mando de Santander en la población de Tame, en donde comienza la campaña
libertadora de la Nueva Granada.
Batalla de Boyacá.
El ataque de Bolívar logró sorprender a los españoles que,
ante el desastre, intentaron tomar medidas. Barreiro todavía pensaba que podía
controlar la situación pero el estado de sus tropas le obligaba a estar a la
defensiva por lo que decidió replegarse hacia Bogotá donde las condiciones le
serían mucho más favorables.
El enfrentamiento decisivo con los realistas se produjo en la
batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, por medio de la cual se pretendía
detener el avance de las tropas leales comandadas por Barreiro hacia la ciudad
de Bogotá y que resultó en una gran victoria para Bolívar y el ejército
revolucionario.
Cuando el virrey Sámano, quien conocía como los demás
realistas el Decreto de Guerra a Muerte, se enteró de la derrota, huyó
inmediatamente de Bogotá y de esta forma, el ejército libertador entró
triunfante a la capital el día 10 de agosto.
Congreso de 1821
Congreso Constituyente de 1821
Placa conmemorativa del Congreso de 1821.
El resultado de este Congreso fue el nacimiento oficial de la
República de Colombia, conocida como la Gran Colombia, mediante la promulgación
de la Ley Fundamental de Colombia y cuya extensión abarcó en ese momento los
territorios de la Nueva Granada y Venezuela que se dividen políticamente en
tres departamentos: Cundinamarca (Bogotá), Venezuela (Caracas) y Quito (Quito).
En diciembre de 1821, el Congreso proclamó a Bolívar
presidente de la República y a Francisco de Paula Santander vicepresidente de
forma que «las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día
reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia».
Campañas finales
Batalla de Ayacucho.
Durante los próximos años la oposición realista fue
completamente eliminada. El 24 de junio de 1821 en la batalla de Carabobo,
campo cercano a la ciudad de Valencia, se obtuvo una victoria decisiva sobre el
ejército español que fue completada con la batalla naval del Lago de Maracaibo
el 24 de julio de 1823 y se liberó definitivamente Venezuela.
Durante su permanencia en Bogotá se dieron otros procesos
libertarios como el de Guayaquil el 9 de octubre de 1820 que se llevó a cabo
sin la participación de Bolívar, lo cual incidió para que posteriormente este
optara por ocupar aquella provincia que se había declarado independiente bajo
la presidencia de José Joaquín de Olmedo. Recién dos años después Simón Bolívar
llega a Guayaquil con su ejército, destituye a la Junta de Gobierno y la anexa
a la Gran Colombia.
Después de la victoria de Antonio José de Sucre sobre las
fuerzas españolas en la batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 el norte de
Sudamérica fue liberada. Con esa gran victoria Bolívar se preparó para marchar
con su ejército y cruzar los Andes y liberar definitivamente Perú que ya había
declarado su independencia el 28 de julio de 1821 luego del desembarco del
general José de San Martín en Paracas y la toma de Lima el 12 de julio.
Simón Bolívar arribó a la Provincia Libre de Guayaquil el 11
de julio, argumentando ciertas leyes de derechos territoriales sobre Guayaquil,
el Libertador desconoció a la Junta de Gobierno y dio un golpe militar, asumió
el mando político de Jefe Supremo y militar de la provincia el 13 de julio de
1822, proclamándose Dictador de Guayaquil, y quedando el territorio, de facto,
anexionada a la Gran Colombia (más de un millar de soldados tuvieron
presencia). El presidente del gobierno de Guayaquil, José Joaquín de Olmedo,
abandonó la ciudad dirigiéndose al Perú.
El 26 de julio de 1822 Bolívar tuvo una conferencia con San
Martín en Guayaquil para discutir la estrategia de liberación del resto de
Perú. Nadie sabe qué ocurrió en la secreta reunión entre los dos héroes
sudamericanos, pero San Martín volvió a Argentina, mientras Bolívar se preparó
para la lucha contra los últimos reductos españoles en Sudamérica, en la sierra
y el Alto Perú, aunque en este no logró pisar el territorio en toda la época de
emancipación.
En 1823 Bolívar fue autorizado por el Congreso de la Gran
Colombia para tomar el mando y en septiembre llegó a Lima cuyo gobierno le pedía
que dirigiera la guerra y se reunió con Sucre para planificar el ataque. El
Congreso peruano le nombró dictador el 10 de febrero de 1824, y a partir de
entonces logró controlar las intrigas de la nueva república.
El 6 de agosto de 1824 Bolívar y Sucre juntos derrotaron el
ejército español en la batalla de Junín. A raíz de esta victoria; el poeta
guayaquileño José Joaquín de Olmedo le escribió el poema épico «Victoria de
Junín. Canto a Bolívar», verdadera obra maestra de la poesía de las nacientes naciones
suramericanas y de la gran patria ecuatoriana, y en ella, no solo se describe
la batalla; sino también Olmedo pone en boca de Huayna Cápac los destinos de la
América Libre del yugo español.
El 9 de diciembre de 1824 Sucre destrozó el último baluarte
del Ejército español en la batalla de Ayacucho, acabando con el dominio español
en Sudamérica.
Bolívar como estratega militar
Militarmente, las guerras dirigidas por Bolívar no implicaron
a un número importante de efectivos, y en total el ejército expedicionario
español nunca sobrepasó tampoco la décima parte de la cifra de los realistas.
Sin embargo, Bolívar no era un militar profesional en el sentido literal de la
palabra, y mucho menos un teórico de la estrategia. Su formación militar fue
básica, y su instrucción teórica no pasó los límites de las nociones de
disciplina y jerarquía. Su paso por las formaciones militares coloniales de
Venezuela fue breve, y se ha comprobado que nunca estuvo en L'École de Sorèze,
ni en ningún otro instituto militar de ninguna clase.
Sin embargo, la forma en que desarrolló sus diversas campañas
militares y la terminología utilizada en su correspondencia sugieren que sus
éxitos no pudieron deberse a casualidades afortunadas, y que poseía
conocimientos de estrategia militar más avanzados [cita requerida] de los que
debía tener por su formación.
Mediante el análisis de sus acciones bélicas se aprecia que
Bolívar utilizaba los fundamentos de la planificación y estrategia para
elaborar sus operaciones.
Dentro de la literatura militar se sabe que Bolívar leyó
Historias de Polibio y la Guerra de las Galias de Julio César pero además
existen indicios suficientes para creer que manejó los textos militares de
Mauricio de Sajonia y del conde de Guibert. Sin embargo, se sabe casi con
seguridad que no conoció las obras de Montecuccoli hasta 1824, ni los estudios
sobre Napoleón hasta cuando casi terminó sus campañas militares.
Dictador del Perú
Llegada al Perú
La batalla de Junín.
Simón Bolívar a caballo por Arturo Michelena.
Bolívar desembarcó en el puerto del Callao el 1 de septiembre
de 1823 en el bergantín Chimborazo luego de que una comitiva enviada por el
Congreso de la República del Perú encabezada por José Faustino Sánchez Carrión
le enviara una invitación mientras estaba en Guayaquil, provincia cuya anexión
a la Gran Colombia dispuso en julio de 1822. A dicho recibimiento asistió el
presidente José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, y su gabinete
ministerial en Pleno. Al día siguiente de su llegada, el Congreso lo nombra
«suprema autoridad» y poco después le
encarga la dirección de la lucha contra el ejército realista disponiendo que el
mismo Torre Tagle debiera rendirle cuentas de sus acciones.
La primera acción de Bolívar fue eliminar las fuerzas de José
de la Riva Agüero, quien fue presidente del Perú antes que Torre Tagle y se
oponía a la llegada de Bolívar, en Trujillo. Riva Agüero fue apresado en
noviembre de ese año pero logró escapar y se fue a Inglaterra. Mientras tanto,
el primer Congreso Constituyente que estaba próximo a proclamar la primera
Constitución política del Perú emite una resolución señalando que entrarán en
suspenso las disposiciones de esa carta magna que sean contrarias a las
disposiciones y deseos de Simón Bolívar. La Constitución fue jurada el 11 de
noviembre de ese año pero nunca entró en vigencia.
El ejército realista tenía el control de la sierra central y
el sur del país (actuales departamentos de Junín, Ayacucho, Cusco y Arequipa).
Por su parte, luego de la derrota de Riva Agüero, las fuerzas del ejército
unificado tenían posesión de la costa central y norte, y de la sierra norte
(actuales departamentos de Piura, La Libertad, Áncash, Lima y Cajamarca). Ante
ello, siendo factible la posibilidad de que Lima fuera invadida por fuerzas
realistas (como en efecto lo fue tras el motín del Callao), Bolívar decidió
mudar su cuartel general al pueblo de Pativilca, 200 kilómetros al norte de
Lima.
Bolívar instruye a Torre Tagle que se acerque a los mandos
españoles acantonados en Jauja para lograr una negociación con la finalidad de
ganar tiempo para lograr aumentar su ejército y ser capaz de vencer al realista
(que en el manifiesto tras la batalla de Junín, Bolívar se jactaba de derrotar
tras 14 años de triunfos contra los independentistas). Torre Tagle cumple ese
encargo pero, paralelamente, es acusado por Bolívar de negociar con el Virrey
La Serna la expulsión de Bolívar y obtener así la plenitud de su mandato.
Al margen de esas intrigas, el 5 de febrero de 1824, las
tropas rioplatenses de las fortalezas del Callao pertenecientes a la expedición
libertadora de San Martín, acaudilladas al mando de un sargento de apellido
Moyano, se levantan en motín del Callao argumentando falta de pago a los
soldados. Esa sublevación liberó a los presos españoles que estaban recluidos
en la fortaleza del Real Felipe y les entregó las instalaciones y las defensas
del puerto. Las fuerzas realistas ocuparon Lima el 29 de febrero, para más
tarde replegar su fuerza principal a la sierra central y sostener una guarnición
en el Callao, cuyas defensas quedaron bajo el mando del militar español de José
Ramón Rodil, en las que se le refugiaron varias facciones patriotas, inclusive
el mismo Torre Tagle que se quedaría en la Fortaleza del Real Felipe donde
murió al año siguiente en el sitio del Callao.
Ante la falta de respuesta del presidente Torre Tagle, el Congreso lo depone el 10 de febrero y entrega a Bolívar todo el poder político y militar. Acto seguido, el Congreso se inmola y entra en receso hasta que Bolívar lo convoque. Bolívar se convirtió en la única y máxima autoridad en el Perú, nombrando como único ministro general a José Faustino Sánchez Carrión. Bolívar nombrado jefe supremo, volvió a Pativilca y ordenó el repliegue generalizado del ejército unido a Trujillo y Huamachuco.
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