viernes, 20 de octubre de 2023



 Militarismo y modernización de Uruguay

 

Reforma Vareliana y Militarismo (Uruguay).

 

La Modernización es un concepto que engloba el período de militarismo que comienza en 1876, acontece en el marco internacional de la Segunda Revolución Industrial y Primera globalización y en el marco local tras un caos político presidido por la Revolución de las Lanzas de Timoteo Aparicio, y finaliza en el siglo XX con las reformas impulsadas por José Batlle y Ordóñez.

 


Lorenzo Latorre hacia 1875.

 

El 10 de marzo de 1876 se efectuó una amplia reunión de comerciantes, hacendados y extranjeros residentes que ante la acefalia en el poder y las graves crisis que enfrentaba el país, debido en gran parte a la inoperancia de los gobiernos democráticos decidieron ofrecerle el poder al Ministro de Guerra Coronel Lorenzo Latorre. Este aceptó y tomó el poder como "gobernador provisorio".

 

Los objetivos principales del régimen latorrista fueron el logro de la paz interna, el orden (en la campaña, sobre todo) y la afirmación del derecho a la propiedad privada.

 

El militarismo significó desde el ángulo político, la sustitución de las banderías tradicionales (blancos y colorados), por el gobierno de los grupos de presión más fuertes en lo económico, aliados al grupo de presión más fuerte en el poder real y coactivo: el ejército.

 

La inoperancia, la debilidad y el tono artificial que había asumido paulatinamente la superestructura política de la República, se tradujo pues en una asunción del poder casi directa por parte del alto comercio, la clase alta rural y los inversionistas extranjeros. Latorre se basó en los progresos técnicos de la época, para consolidar la estabilidad política del país.

 

Los fusiles Mauser y Remington le dieron al ejército un poder incontrastable e inalcanzable para los revolucionarios por su costo. La importancia del telégrafo radica en la velocidad para transmitir información hasta los lugares más alejados de la capital. El ferrocarril permitió el rápido traslado de tropas, para sofocar las revoluciones.

 

También se produjo una modernización del aparato jurídico sustituyendo a los alcaldes por jueces letrados departamentales. Simultáneamente se aprobaron los Códigos de Procedimiento Civil e Instrucción Criminal en 1878, así como el Código Rural y la creación del Registro de Embargos e Interdicciones.

 

En 1879 se aprobó la Ley de Registro de Estado Civil, con la cual pasó a manos del Estado una función realizada hasta el momento por la Iglesia. Los juzgados de Paz, comenzaron a llevar cuatro registros: de nacimientos, de defunciones, de matrimonios y de reconocimientos y legitimaciones.

 

En materia económica y para mejorar las condiciones del campo, Latorre se cercioró de la consolidación del derecho de propiedad privada (Latifundios) mediante el Código Rural de 1879, que establecía la medianería obligatoria, lo que le dio un enorme impulso al cercamiento de los campos.

 

Estableció la Oficina General de Marcas y Señales en la que debía solicitarse las marcas de ganado para evitar repeticiones y fraudes y asegurar la propiedad del ganado. Otra medida que se implantó como ayuda para consolidar el orden interno en la campaña, fue la autorización dada a los grandes propietarios para establecer policía particular a cargo del comisario.

 

El alambre consolidó el régimen vigente de la propiedad de la tierra. En segundo término, eliminó al minifundista ganadero y provocó la primera desocupación en el país al eliminar el trabajo de muchos peones, agregados y puesteros. Esto provocó su concentración en los suburbios de los poblados, de ciudades del interior y en Montevideo, dando origen a lo que se empezó a conocer como «rancheríos».

 



José Pedro Varela.

 

Una de las reformas más importantes durante el gobierno del Coronel Latorre fue la educativa, impulsada por José Pedro Varela quien se encontraba a la vanguardia en materia de las nuevas corrientes pedagógicas.

 

Latorre abrió cauce a la efectivización de los proyectos varelianos, una situación que señala el historiador Enrique Méndez Vives en «El Uruguay de la Modernización» como paradojal, habida cuenta de las características del régimen. Varela entendió que lo importante era llevar a cabo la reforma educativa, que contribuiría a la eliminación de gobiernos semejantes en el futuro.

 

La escuela es la base de la República; la educación, la condición indispensable de la ciudadanía. Todas las grandes necesidades de la democracia, todas las exigencias de la República, sólo tienen un medio posible de realización: educar; educar; siempre educar....

 

El decreto ley de la Enseñanza Común fue aprobado el 24 de agosto de 1877. Estableció tres principios básicos, que hasta hoy siguen presentes. La educación ha de ser: gratuita, obligatoria y laica. Los dos primeros principios pudieron ser llevados a cabo sin grandes dificultades. El freno estuvo en el aspecto de la laicidad. Entonces Varela propuso, como transición, que el catolicismo fuera enseñado a los alumnos cuyos padres así lo solicitaran.

 

Más que reformar, Varela creó un sistema educativo. Dio contenidos científicos a los programas de estudio; seleccionó personal docente dando amplia participación a la mujer; implantó la descentralización administrativa, procurando participación popular en el mejoramiento de la escuela pública.

 

Latorre no desarrolló un gobierno a favor de la clase militar, pero tuvo importantes cantidades de autoritarismo lo que ayudó para forjar un Poder Central capaz de encarrilar al país en las normas necesarias para el desarrollo de una economía moderna. Defensa de la propiedad privada de la tierra y del ganado, establecimiento del patrón oro, reanudación del pago de la deuda pública; pero también, modernización técnica y administrativa del Estado.

 

La Suiza de América

 

Batllismo

  


 

José Batlle y Ordóñez hacia 1900.

 

A finales del siglo XIX el país había completado su organización y durante la etapa batllista consolidó su democracia y alcanzó altos niveles de bienestar, equiparables a los europeos. Debido a esto, Uruguay comenzó a ser conocido como «la Suiza de América».

 

La mayor parte del esfuerzo del primer mandato de José Batlle y Ordóñez se destinó en asuntos políticos que incluyeron los levantamientos de 1903 y 1904, protagonizados por Aparicio Saravia y el Partido Nacional.

 

De esta manera se pudo consolidar definitivamente la autoridad del poder central en toda la República. Poco, fue el tiempo que quedó para la realización de la obra económica y social.

 

En el plano económico se destaca: la erogación de 3 millones de pesos, con destino a la construcción y mejora de caminos de la campaña. Se intentó favorecer el surgimiento de la industria nacional y disminuir la dependencia del exterior por la importación de azúcares a través de una ley en la que se otorgaban varias primas anuales y semillas seleccionadas. Se ampliaron también, las obras de la usina de Luz Eléctrica.

 

En el plano financiero, existió el deseo por parte del Ejecutivo de lograr una paulatina independencia del financiamiento británico. En el plano educativo, en 1903 se creó la Facultad de Comercio (futura de Ciencias Económicas) y en marzo de 1907 la Facultad de Veterinaria y Agronomía.

 

Se trataba de tecnificar el comercio y el agro desviando a los hijos de estancieros de las tradicionales carreras de abogado y médico. Se proyectó la instalación de diez liceos departamentales, procurando otorgar en el interior de la República elementos de cultura superior a la de la enseñanza primaria.

 

En el plano político, la tarea fue absorbida por los levantamientos armados producidos por la política exclusivista de partido desarrollada por Batlle y la negativa del Partido Nacional a seguir aceptando su continua marginación del gobierno. Firmada en 1904 la Paz de Aceguá, las consecuencias de la revuelta fueron: A) La consolidación de la unidad del Estado. El triunfo colorado implicó la finalización de la política de coparticipación en los gobiernos departamentales. B) Gobierno excluyente de partido y C) La Reforma Electoral.



 

Con la asunción de Claudio Williman se continuó con un gobierno batllista.

 

El 25 de agosto de 1909 se produjo la inauguración del puerto de Montevideo que estaría al servicio público y el Estado se reservaba la administración portuaria. El país contaba desde este momento con un medio que le permitiría competir con Buenos Aires en relación con el tráfico de ultramar.

 

Durante la segunda presidencia de Batlle y Ordóñez hubo importantes aportes a los derechos laborales de los trabajadores. Se prohibía el trabajo de menores de 13 años, se restringía la jornada a los menores de 19; la mujer dispondría de 40 días de descanso en el período de embarazo, el descanso obligatorio era de un día cada siete y un máximo de 48 horas semanales de trabajo. Se estableció la jornada de trabajo en 8 horas. También se creó una ley de pago de indemnizaciones por accidentes de trabajo. Se aprobó una pensión a la vejez que podían utilizar todas las personas mayores de 65 años y de cualquier edad en caso de invalidez absoluta, que se encontrara en la indigencia. Se estableció la indemnización por despido que dependía de la cantidad de años trabajados.

 

En lo que se refiere a la actividad económica del Estado (estatización y nacionalización). El principio ideológico era que los servicios públicos esenciales debían estar en manos del Estado, puesto que éste era el organismo representativo de la sociedad, es decir, de todas las clases sociales, y estaba por encima de sus disputas; el Estado debía intervenir allí, donde el capital privado fuera indeciso o temiera perder dinero, porque no estaba guiado por el afán de lucro sino de servicio público; el Estado debía sustituir a las empresas extranjeras que se llevaban la ganancia fuera de fronteras debilitando así el país.

 

Fue así que se produjo la estatización del Banco de la República Oriental del Uruguay, 1911 y 1913, la del Banco Hipotecario del Uruguay, en 1912, y la de los seguros, que pasaron de manos privadas a manos estatales con la creación en 1911 del Banco de Seguros del Estado. Se creó a su vez, en 1915 la Administración de Ferrocarriles del Estado y se produjo la secularización de actos públicos.

 

Como jefe del ejecutivo aseguró la unidad nacional acabando con diversas rebeliones departamentales, estableció la jornada laboral de ocho horas, la indemnización laboral y promulgó la primera ley del divorcio en Latinoamérica, que reconocía los derechos de las mujeres; también creó institutos de enseñanza media en todas las ciudades departamentales. Durante su presidencia, se crearon empresas públicas que competían con las privadas, proporcionando servicios más baratos.

 

Durante su segundo mandato, sentó las bases para la futura reforma constitucional. Es decir, que produjo en todos los ámbitos la modernización del Estado. Su filosofía, aún sigue presente en la mentalidad de los uruguayos, independientemente de partidos políticos.

 

A finales del siglo XIX, el motor del crecimiento de Uruguay, como de muchos otros países de América Latina, fueron las exportaciones. La diferencia fundamental de Uruguay con los demás, es que no depende excesivamente de un único país comprador.

 

Entorno al cambio de siglo (1900) los principales bienes que exportaba Uruguay fueron la lana con un 42% del porcentaje total y en segundo lugar la carne congelada con un 24 %. Sólo con estos dos bienes Uruguay alcanzaba el 66 % de las exportaciones, dándole especial importancia al sector agrícola.

 

Estos productos se dirigieron especialmente a tres mercados que fueron Bélgica, Francia y Argentina. Al concentrar en ellos el 70 % de la exportación total. Con la Primera Guerra Mundial las exportaciones a estos tres países bajaron y cogieron más peso los denominados otros países. Cabe destacar que en el año 1912 las exportaciones respecto a otros países eran de 30 % y al cabo de 5 años pasan a ser de 70 %.

 

Primera dictadura del siglo XX



 

Dictadura de Gabriel Terra

 

Gabriel Terra, presidente el 1 de marzo de 1931, se opuso desde un principio a la constitución de 1917. El 31 de marzo de 1933, con apoyo de la Policía, dirigida por su cuñado, Alfredo Baldomir y el sector mayoritario del Partido Nacional, dirigido por Luis Alberto de Herrera, dio un golpe de Estado, conocido como Dictadura de Terra, por el que se disolvió el Parlamento y se censuró la prensa. El Ejército, por su parte, no intervino en la ejecución del golpe, manteniendo su neutralidad, a pesar de que acató el ordenamiento del presidente Terra.

 

Instauró un gobierno de carácter conservador, autoritario y antiliberal al que se opusieron el batllismo, nacionalistas (sector del Partido Nacional), socialistas y comunistas. En 1934 hizo promulgar una nueva constitución de carácter presidencialista que tuvo vigencia plena hasta 1942. Fue elegido presidente nuevamente en aquel año, y desempeñó el mando hasta el 19 de junio de 1938.

 

Durante su mandato se desarrolló una política industrializadora de sustitución de importaciones y se realizaron obras públicas de importancia como la represa de Rincón del Bonete, inaugurada en 1937. Rompió relaciones diplomáticas con la Unión Soviética en 1935 y reconoció al gobierno de Francisco Franco en 1936.

 

Salió airoso de un atentado contra su vida en junio de 1935 y pudo igualmente sofocar un levantamiento armado contra su gobierno, ocurrido en el mismo año.

 

Durante el período entre 1940-1944 que fue el año en que Uruguay entró en la Segunda Guerra Mundial, las Fuerzas Armadas uruguayas se insertaron en la estrategia militar norteamericana de defensa hemisférica durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, la guerra llevó al gobierno uruguayo a aprobar un conjunto de legislaciones para garantizar su defensa y, a la vez, comprometer a la ciudadanía, que al final cuando el enemigo pareció distante boicoteó el proyecto del Servicio Militar Obligatorio.

 

La economía dependía excesivamente del capital extranjero. Uno de los problemas de Uruguay fue que dependía en un 100 % de la energía que provenía del exterior y por ello la mayor parte de los beneficios que se obtenían volvían a salir sin dar beneficio alguno al país. Por ello, el crecimiento y la evolución de Uruguay se vieron muy mermados, ya que la salida del capital no ayudaba a la inversión nacional.


 


Recibimiento de la Selección uruguaya de fútbol luego de obtener el Campeonato Mundial en Brasil. Avenida 18 de Julio, Montevideo. 17 de julio de 1950.

 

El período 1947-1958 es denominado por gran parte de la historiografía uruguaya como neobatllismo, movimiento político que se caracterizó, según el historiador Benjamín Nahúm, “por un nuevo empuje y por la aplicación de algunas ideas centrales de la ideología batllista a las realidades distintas de la segunda posguerra mundial.” Esta surgió en los primeros años del siglo XX, se auto identificó como “reformismo” y la historiografía uruguaya lo llamó “batllismo” o “primer batllismo” en reconocimiento al liderazgo ejercido por José Batlle y Ordóñez, tío de Luis Batlle Berres, quien será el líder del “segundo batllismo” o “neobatllismo”.

 

Hacia 1955, producto de un desarrollo económico inarmónico y altamente dependiente, basado en el beneficio de un reducido grupo social que detentaba los resortes de la producción (básicamente ganadería extensiva y latifundista), la distribución (el complejo frigorífico) y una escasa y poco especializada industria que se basaba en la explotación de amplios sectores de obreros y asalariados, se inició una crisis económica que afectó también a las instituciones públicas.

 

La depreciación de la moneda nacional, la dependencia de los precios internacionales, el pobre desarrollo del mercado interno, el clientelismo político y el peso de una burocracia político-estatal entremezclada y comprometida con los grupos dominantes, terminó con la "Suiza de América" que fue producto de una situación circunstancial en la que el país sobrevivió sobre el ingreso de divisas provenientes de la exportación de comestibles durante el período de la segunda guerra y los años sub-siguientes.

 

Las Fuerzas Armadas, alentadas por el discurso y la acción propagandística y aún legislativa de algunos sectores de los partidos tradicionales, que profundizaron el enfrentamiento del modelo conservador contra las propuestas populares y ya desarrollada la primera unidad del movimiento popular (CNT Convención Nacional del Trabajadores) y de la izquierda política (Frente Amplio) promovidas por la propuesta de los más tradicionales partidos de la izquierda y algunos sectores progresistas de los partidos tradicionales fueron asumiendo gradualmente un nuevo protagonismo. Como respuesta ante la crisis social, económica y política que vivía el país, y el vaciamiento autopromovido de la institucionalidad, se dio un Golpe de Estado cívico-militar, encabezado por el presidente de la República, Juan María Bordaberry y apoyados por los Estados Unidos.

 

Los gobiernos blancos



 

Las elecciones de 1958

 

En 1958, el Partido Nacional ganó las elecciones, despojando del poder al Partido Colorado, que gobernaba desde hacía 93 años.

 


 

Luis Batlle Berres

 

Así llegaba a su fin el denominado neobatllismo, o sea, un segundo batllismo, cuya principal figura era Luis Batlle Berres, líder colorado sobrino de José Batlle y Ordóñez, y que había intentado impulsar la industria nacional.

 

En esta primera victoria del Partido Nacional el sector más votado dentro de este partido fue el herrero-ruralismo, cuyos dirigentes eran Luis Alberto de Herrera (caudillo blanco y una de las principales figuras políticas del S. XX) y Benito Nardone, dirigente ruralista que, apodado como Chico-Tazo, se había hecho muy popular en el Interior del país con sus alocuciones radiales de corte populista, y que decidido a entrar en la política, se había aliado con los blancos.

 

El otro sector (que triunfaría cuatro años después) era la UBD (Unión Blanca Democrática), que representaba lo urbano. De esta forma el Consejo Nacional de Gobierno (recordar que desde 1952 el Uruguay adoptó un Poder Ejecutivo colegiado, donde el poder era ejercido por un consejo de nueve personas, seis del lema más votado, tres del que lo seguía) quedó integrado por Martín R. Echegoyen, Eduardo Víctor Haedo, Justo Alonso (herreristas), Benito Nardone, Faustino Harrison, Pedro Zabalza Arrospide (ruralistas), y los colorados César Batlle Pacheco, Ledo Arroyo Torres y Manuel Rodríguez Correa.

 

En estas elecciones, los blancos triunfaron con el 49.7 por ciento de los votos, lo que representa 499, 425 ciudadanos, y los colorados obtuvieron un 37.7 por ciento, lo que equivale a 379, 062 sufragios.

 

Sin embargo, el cambio de mando de un partido político a otro estuvo signado por la intranquilidad. Como ejemplo se puede hablar del relato de Líber Seregni, líder político que por ese entonces era coronel, al periodista Alfonso Lessa, en el que cuenta que algún militar colorado le propuso a Luis Batlle Berres no entregar el poder, y este respondió echándolo «a patadas en el culo» (así se expresó el testigo).

 

Primer gobierno blanco

 

El primer año de gobierno blanco fue bastante complicado.

 

En abril de 1959 se desataron graves inundaciones en los departamentos del litoral y del centro del país. El gobierno aplicó Medidas Prontas de Seguridad entre el 15 de abril y el 23 de junio.

 

Tuvo que racionarse el consumo de energía, se creó una Comisión Pro-Damnificados, para obtener recursos se lanzó un Empréstito Patriótico y se modificaron los horarios laborales. Las consecuencias fueron catastróficas: se calcularon 41,000 personas desplazadas, además de pérdidas económicas y materiales millonarias. Además, en poco tiempo la alianza entre el herrerismo y el ruralismo se quebró, y comenzaron los ataques entre un sector y otro. El 8 de abril de 1959 falleció Luis Alberto de Herrera.

 

Los blancos habían llegado al poder con la promesa de desmantelar el modelo neobatllista, caracterizado por la intervención del Estado y numerosos subsidios, además del tipo de cambio múltiple (esto significaba que el dólar tenía distinto valor dependiendo de la actividad de quien comprara o vendiera). En este sentido, los blancos implementaron una política económica que apuntaba a liberar la economía.

 

En materia de política internacional, Uruguay confirmó ser un país influenciado por Estados Unidos. Por ejemplo, en Punta del Este se llevaron a cabo las reuniones que crearon la Alianza para el Progreso, y en 1961 Uruguay declaró personas no gratas al embajador cubano y al primer secretario de la embajada de la URSS, y el año siguiente, nuevamente en Punta del Este, se realizó la VIII Reunión de Consulta de Cancilleres, en la cual se decidió la expulsión de Cuba de la OEA.

 

De este primer gobierno blanco también datan las primeras cartas de intención firmadas con el FMI. Aunque también se debe destacar la visita de Fidel Castro en 1959 (antes de que se declarara marxista-leninista) y del Che Guevara en 1961. Este último personaje dio un discurso en el Paraninfo de la Universidad, en el que desconcertó a todos los uruguayos, al afirmar que la fuerza era la última herramienta y que sólo debía ser usada contra el que la ejerce indiscriminadamente, además resaltar las condiciones democráticas del Uruguay.



 

Arbelio Ramírez

 

Al salir del Paraninfo, Guevara ingresó en un auto en medio de la muchedumbre, y en una esquina, desde el Gimnasio Universitario, partieron varios disparos. Cuando se disipó la multitud, se pudo constatar que el profesor de historia Arbelio Ramírez había sido muerto por las balas destinadas a Guevara.

 

En su sepelio se distribuyeron volantes amenazantes firmados por el MEDL (Movimiento Estudiantil por la Defensa de la Libertad), grupo de ultraderecha, aunque hay versiones que dicen que Ramírez fue ultimado por izquierdistas.

 

Durante este primer gobierno blanco también se acabó con el largo litigio mantenido con Argentina sobre los límites fluviales. El 30 de enero de 1961 se firmó una declaración conjunta por la que se estableció el límite exterior del Río de la Plata, en la que se consolidaba la soberanía doble y compartida sobre las aguas, así como se afirmaba que el Plata constituía en todo su curso un río hasta la desembocadura en el océano Atlántico.

 

Meses después, el Gobierno británico presentó una protesta por esta resolución, sosteniendo que las aguas eran un estuario, y que a partir de 6 millas de la costa, eran internacionales.

 

También en este primer colegiado blanco se llevaron a cabo importantes realizaciones en obras públicas. A partir de 1959 se aprobaron sucesivos planes anuales impulsados por el ministro de Obras Públicas, Luis Giannattasio.

 

En estos ocho años se construyeron las rutas 5 (Montevideo-Rivera) y (Paysandú-Melo), con financiación del BID. Además se expandió la Interbalnearia y se comenzaron a construir los puentes sobre el Solís Grande y el Solís Chico, y se iniciaron conversaciones con Argentina para explotar el potencial hidroeléctrico de los ríos.

  

Segundo colegiado blanco

 

El 25 de noviembre de 1962 se llevaron a cabo elecciones, con un paisaje político distinto al de cuatro años antes. El Partido Socialista (dirigido por Vivian Trías, que había desplazado al líder histórico Emilio Frugoni) se alió con escindidos nacionalistas para formar la Unión Popular.

 

El Partido Comunista del Uruguay se presentó como el FIDEL (Frente Izquierda de Liberación), en el que se agrupaba también a sectores que abandonaban los partidos tradicionales. La vieja Unión Cívica del Uruguay se reformuló formando el Partido Demócrata Cristiano. En el Partido Nacional, la UBD se alió con el Herrerismo ortodoxo para disminuir la influencia de Nardone.

 

El resto del Herrerismo continuó aliado al dirigente rural. Dentro del Partido Colorado continuaron las fragmentaciones, destacando la creación de la Lista 99, integrada por elementos de la Lista 15 y de la Lista 14. La recientemente creada lista presentaba un programa renovador que consideraban como una actualización del batllismo. Por otra parte, también en la interna colorada, la Lista 14 se convirtió en la Unión Colorada y Batllista.

 

Las elecciones fueron nuevamente ganadas por los blancos, aunque el margen entre estos y los colorados se redujo: de 120,000 votos hacía cuatro años, pasaron a 23,000 sufragios de diferencia.

  



Daniel Fernández Crespo

 

El nuevo Consejo Nacional de Gobierno fue integrado por Daniel Fernández Crespo, Washington Beltrán, Carlos María Penadés, Héctor Lorenzo y Losada (UBD), Luis Giannattasio, Alberto Héber Usher (Herrerismo ortodoxo), Alberto Abdala, Amílcar Vasconcellos y Óscar Gestido (Partido Colorado).

 

Este segundo gobierno blanco fue pronto víctima de las enemistades internas. La alianza entre la UBD y el Herrerismo ortodoxo pronto sucumbió, y los ministros blancos comenzaron a ser interpelados por los senadores de su propio partido.

 

La situación económica internacional fue adversa a Uruguay, puesto que la Comunidad Europea comenzó a subsidiar a sus productores y aumentó los aranceles, la URSS lanzó un programa para aumentar la producción de carne y de leche, al tiempo que países como Australia y Nueva Zelanda aumentaron su productividad.

 

Los precios internacionales cayeron. En 1963 el Banco República debió devaluar la moneda, y el dólar pasó a valer 16,50 pesos. La conflictivdad aumentó, y las huelgas, paros u ocupaciones se hicieron comunes entre enero de 1964 hasta marzo de 1965 se contabilizaron 650 movilizaciones.

 

En 1964 se formó la Convención Nacional de Trabajadores, organismo de coordinación entre los sindicatos dentro de la Central de Trabajadores del Uruguay (CTU) y los sindicatos no afiliados a ella (por ejemplo, los bancarios o los trabajadores de la carne).

 

El año 1965 fue devastador. Se inició con una intensa sequía que afectó al país durante el verano y perduró hasta otoño, con las consiguientes pérdidas económicas en la actividad agropecuaria y la producción de energía. Además, ese mismo año quebró el Banco Transatlántico, arrastrando tras sí al sistema bancario nacional (Banco Atlántico, Banco Uruguayo de Administración y Crédito, Banco de Producción y Consumo, etc.).

 

Con la crisis salieron a luz varias prácticas fraudulentas, como, por ejemplo, la textil CUOPAR, que tenía vinculaciones dolosas con el Departamento de Negocios con el Exterior del Banco de la República, o "las bolsas negras", que eran créditos especiales concedidos a varias personalidades políticas. El Gobierno debió soportar un sismo político al tiempo que la Asociación de Bancarios del Uruguay declaraba la huelga general. El Gobierno continuó con su política liberal, pero la economía no logró ser controlada, y en 1966 la deuda aumentó producto del año electoral (como había sucedido en 1962), al igual que la inflación (entre diciembre de 1964 y mismo mes de 1965 los precios aumentaron 88%).

 

También contribuyó a empeorar la situación la muerte, en 1964, de los principales líderes políticos del país: Benito Nardone, Luis Batlle Berres, Javier Barrios Amorín, Daniel Fernández Crespo (todas muertes acaecidas en un período de tres meses) y el retiro de la política de César Batlle Pacheco, que moriría en 1966.

 

Por otra parte, la movilización obrera provocó la implementación en varias ocasiones de las Medidas Prontas de Seguridad por parte del Gobierno (por ejemplo, en febrero de 1963, a raíz de la huelga de los trabajadores de UTE, o en octubre de 1965, ante la presión ejercida por los gremios para aumentar los salarios).

 

Durante el segundo colegiado blanco fue tomando forma el movimiento obrero, y a la creación en 1964 de la ya mencionada CNT le siguió la realización del Congreso del Pueblo en 1965, donde se proponían las salidas a la crisis, lo que desembocaría con el establecimiento, en 1966, de la CNT como central única de trabajadores.

 

En este segundo gobierno blanco tomaron lugar robos que luego se sabría eran obra de la guerrilla urbana tupamara.

Se puede señalar el robo de armas del Club de Tiro Suizo de Nueva Helvecia (considerado el primer acto de los tupamaros), el bombardeo de la embajada de Brasil después del golpe de Estado en dicho país, atentados con bombas a domicilios de integrantes del Consejo Nacional de Gobierno y a sucursales de bancos estadounidenses, etc.

 

Además, por estos años se llevaron a cabo las marchas cañeras, manifestaciones de trabajadores de la caña de azúcar de Artigas, que reclamaron en Montevideo por los despidos masivos. Estos trabajadores eran dirigidos por Raúl Sendic Antonaccio, al punto de que la consigna de la movilización era "por la tierra y con Sendic".

https://es.educaplay.com/recursos-educativos/4024983-el_gobierno_de_latorre.html

 

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/carballo/2020/10/10/claudio-williman-abogado-fisico-presidente-uruguay-1907-natural-caion/0003_202010C10C6991.htm

 

https://www.xn--lamaana-7za.uy/cultura/por-una-cabeza-elecciones-de-1958/

 

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/batlle_berres.htm

 

http://memoriaviva5.blogspot.com/2008/05/falleci-esposa-de-arbelio-ramrez.html

 

https://www.ecured.cu/Daniel_Fern%C3%A1ndez_Crespo

ttps://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-71942018000100011

 

https://journals.openedition.org/nuevomundo/72965




Próxima publicación el jueves 19 de octubre de 2023, historia resumida La reforma de 1966.


octubre 20, 2023   Posted by Los Mina Digital with No comments

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