Militarismo y modernización de Uruguay
Reforma Vareliana y Militarismo (Uruguay).
La Modernización es un concepto que engloba el período de
militarismo que comienza en 1876, acontece en el marco internacional de la
Segunda Revolución Industrial y Primera globalización y en el marco local tras
un caos político presidido por la Revolución de las Lanzas de Timoteo Aparicio,
y finaliza en el siglo XX con las reformas impulsadas por José Batlle y
Ordóñez.
Lorenzo Latorre hacia 1875.
El 10 de marzo de 1876 se efectuó una amplia reunión de
comerciantes, hacendados y extranjeros residentes que ante la acefalia en el
poder y las graves crisis que enfrentaba el país, debido en gran parte a la
inoperancia de los gobiernos democráticos decidieron ofrecerle el poder al
Ministro de Guerra Coronel Lorenzo Latorre. Este aceptó y tomó el poder como
"gobernador provisorio".
Los objetivos principales del régimen latorrista fueron el
logro de la paz interna, el orden (en la campaña, sobre todo) y la afirmación
del derecho a la propiedad privada.
El militarismo significó desde el ángulo político, la
sustitución de las banderías tradicionales (blancos y colorados), por el gobierno
de los grupos de presión más fuertes en lo económico, aliados al grupo de
presión más fuerte en el poder real y coactivo: el ejército.
La inoperancia, la debilidad y el tono artificial que había
asumido paulatinamente la superestructura política de la República, se tradujo
pues en una asunción del poder casi directa por parte del alto comercio, la
clase alta rural y los inversionistas extranjeros. Latorre se basó en los
progresos técnicos de la época, para consolidar la estabilidad política del
país.
Los fusiles Mauser y Remington le dieron al ejército un poder
incontrastable e inalcanzable para los revolucionarios por su costo. La
importancia del telégrafo radica en la velocidad para transmitir información
hasta los lugares más alejados de la capital. El ferrocarril permitió el rápido
traslado de tropas, para sofocar las revoluciones.
También se produjo una modernización del aparato jurídico
sustituyendo a los alcaldes por jueces letrados departamentales.
Simultáneamente se aprobaron los Códigos de Procedimiento Civil e Instrucción
Criminal en 1878, así como el Código Rural y la creación del Registro de
Embargos e Interdicciones.
En 1879 se aprobó la Ley de Registro de Estado Civil, con la
cual pasó a manos del Estado una función realizada hasta el momento por la
Iglesia. Los juzgados de Paz, comenzaron a llevar cuatro registros: de nacimientos,
de defunciones, de matrimonios y de reconocimientos y legitimaciones.
En materia económica y para mejorar las condiciones del
campo, Latorre se cercioró de la consolidación del derecho de propiedad privada
(Latifundios) mediante el Código Rural de 1879, que establecía la medianería
obligatoria, lo que le dio un enorme impulso al cercamiento de los campos.
Estableció la Oficina General de Marcas y Señales en la que
debía solicitarse las marcas de ganado para evitar repeticiones y fraudes y
asegurar la propiedad del ganado. Otra medida que se implantó como ayuda para
consolidar el orden interno en la campaña, fue la autorización dada a los
grandes propietarios para establecer policía particular a cargo del comisario.
El alambre consolidó el régimen vigente de la propiedad de la
tierra. En segundo término, eliminó al minifundista ganadero y provocó la
primera desocupación en el país al eliminar el trabajo de muchos peones,
agregados y puesteros. Esto provocó su concentración en los suburbios de los poblados,
de ciudades del interior y en Montevideo, dando origen a lo que se empezó a
conocer como «rancheríos».
José Pedro Varela.
Una de las reformas más importantes durante el gobierno del
Coronel Latorre fue la educativa, impulsada por José Pedro Varela quien se
encontraba a la vanguardia en materia de las nuevas corrientes pedagógicas.
Latorre abrió cauce a la efectivización de los proyectos
varelianos, una situación que señala el historiador Enrique Méndez Vives en «El
Uruguay de la Modernización» como paradojal, habida cuenta de las
características del régimen. Varela entendió que lo importante era llevar a
cabo la reforma educativa, que contribuiría a la eliminación de gobiernos
semejantes en el futuro.
La escuela es la base de la República; la educación, la
condición indispensable de la ciudadanía. Todas las grandes necesidades de la
democracia, todas las exigencias de la República, sólo tienen un medio posible
de realización: educar; educar; siempre educar....
El decreto ley de la Enseñanza Común fue aprobado el 24 de
agosto de 1877. Estableció tres principios básicos, que hasta hoy siguen
presentes. La educación ha de ser: gratuita, obligatoria y laica. Los dos
primeros principios pudieron ser llevados a cabo sin grandes dificultades. El
freno estuvo en el aspecto de la laicidad. Entonces Varela propuso, como
transición, que el catolicismo fuera enseñado a los alumnos cuyos padres así lo
solicitaran.
Más que reformar, Varela creó un sistema educativo. Dio
contenidos científicos a los programas de estudio; seleccionó personal docente
dando amplia participación a la mujer; implantó la descentralización
administrativa, procurando participación popular en el mejoramiento de la
escuela pública.
Latorre no desarrolló un gobierno a favor de la clase militar,
pero tuvo importantes cantidades de autoritarismo lo que ayudó para forjar un
Poder Central capaz de encarrilar al país en las normas necesarias para el
desarrollo de una economía moderna. Defensa de la propiedad privada de la
tierra y del ganado, establecimiento del patrón oro, reanudación del pago de la
deuda pública; pero también, modernización técnica y administrativa del Estado.
La Suiza de América
Batllismo
José Batlle y Ordóñez hacia 1900.
A finales del siglo XIX el país había completado su
organización y durante la etapa batllista consolidó su democracia y alcanzó
altos niveles de bienestar, equiparables a los europeos. Debido a esto, Uruguay
comenzó a ser conocido como «la Suiza de América».
La mayor parte del esfuerzo del primer mandato de José Batlle
y Ordóñez se destinó en asuntos políticos que incluyeron los levantamientos de
1903 y 1904, protagonizados por Aparicio Saravia y el Partido Nacional.
De esta manera se pudo consolidar definitivamente la
autoridad del poder central en toda la República. Poco, fue el tiempo que quedó
para la realización de la obra económica y social.
En el plano económico se destaca: la erogación de 3 millones
de pesos, con destino a la construcción y mejora de caminos de la campaña. Se
intentó favorecer el surgimiento de la industria nacional y disminuir la
dependencia del exterior por la importación de azúcares a través de una ley en
la que se otorgaban varias primas anuales y semillas seleccionadas. Se ampliaron
también, las obras de la usina de Luz Eléctrica.
En el plano financiero, existió el deseo por parte del
Ejecutivo de lograr una paulatina independencia del financiamiento británico.
En el plano educativo, en 1903 se creó la Facultad de Comercio (futura de
Ciencias Económicas) y en marzo de 1907 la Facultad de Veterinaria y Agronomía.
Se trataba de tecnificar el comercio y el agro desviando a
los hijos de estancieros de las tradicionales carreras de abogado y médico. Se
proyectó la instalación de diez liceos departamentales, procurando otorgar en
el interior de la República elementos de cultura superior a la de la enseñanza
primaria.
En el plano político, la tarea fue absorbida por los
levantamientos armados producidos por la política exclusivista de partido
desarrollada por Batlle y la negativa del Partido Nacional a seguir aceptando
su continua marginación del gobierno. Firmada en 1904 la Paz de Aceguá, las
consecuencias de la revuelta fueron: A) La consolidación de la unidad del
Estado. El triunfo colorado implicó la finalización de la política de
coparticipación en los gobiernos departamentales. B) Gobierno excluyente de
partido y C) La Reforma Electoral.
Con la asunción de Claudio Williman se continuó con un
gobierno batllista.
El 25 de agosto de 1909 se produjo la inauguración del puerto
de Montevideo que estaría al servicio público y el Estado se reservaba la
administración portuaria. El país contaba desde este momento con un medio que
le permitiría competir con Buenos Aires en relación con el tráfico de ultramar.
Durante la segunda presidencia de Batlle y Ordóñez hubo
importantes aportes a los derechos laborales de los trabajadores. Se prohibía
el trabajo de menores de 13 años, se restringía la jornada a los menores de 19;
la mujer dispondría de 40 días de descanso en el período de embarazo, el
descanso obligatorio era de un día cada siete y un máximo de 48 horas semanales
de trabajo. Se estableció la jornada de trabajo en 8 horas. También se creó una
ley de pago de indemnizaciones por accidentes de trabajo. Se aprobó una pensión
a la vejez que podían utilizar todas las personas mayores de 65 años y de
cualquier edad en caso de invalidez absoluta, que se encontrara en la
indigencia. Se estableció la indemnización por despido que dependía de la
cantidad de años trabajados.
En lo que se refiere a la actividad económica del Estado
(estatización y nacionalización). El principio ideológico era que los servicios
públicos esenciales debían estar en manos del Estado, puesto que éste era el
organismo representativo de la sociedad, es decir, de todas las clases
sociales, y estaba por encima de sus disputas; el Estado debía intervenir allí,
donde el capital privado fuera indeciso o temiera perder dinero, porque no
estaba guiado por el afán de lucro sino de servicio público; el Estado debía
sustituir a las empresas extranjeras que se llevaban la ganancia fuera de
fronteras debilitando así el país.
Fue así que se produjo la estatización del Banco de la
República Oriental del Uruguay, 1911 y 1913, la del Banco Hipotecario del
Uruguay, en 1912, y la de los seguros, que pasaron de manos privadas a manos
estatales con la creación en 1911 del Banco de Seguros del Estado. Se creó a su
vez, en 1915 la Administración de Ferrocarriles del Estado y se produjo la secularización
de actos públicos.
Como jefe del ejecutivo aseguró la unidad nacional acabando
con diversas rebeliones departamentales, estableció la jornada laboral de ocho
horas, la indemnización laboral y promulgó la primera ley del divorcio en
Latinoamérica, que reconocía los derechos de las mujeres; también creó
institutos de enseñanza media en todas las ciudades departamentales. Durante su
presidencia, se crearon empresas públicas que competían con las privadas,
proporcionando servicios más baratos.
Durante su segundo mandato, sentó las bases para la futura
reforma constitucional. Es decir, que produjo en todos los ámbitos la
modernización del Estado. Su filosofía, aún sigue presente en la mentalidad de
los uruguayos, independientemente de partidos políticos.
A finales del siglo XIX, el motor del crecimiento de Uruguay, como de muchos otros países de América Latina, fueron las exportaciones. La diferencia fundamental de Uruguay con los demás, es que no depende excesivamente de un único país comprador.
Entorno al cambio de siglo (1900) los principales bienes que
exportaba Uruguay fueron la lana con un 42% del porcentaje total y en segundo
lugar la carne congelada con un 24 %. Sólo con estos dos bienes Uruguay
alcanzaba el 66 % de las exportaciones, dándole especial importancia al sector
agrícola.
Estos productos se dirigieron especialmente a tres mercados
que fueron Bélgica, Francia y Argentina. Al concentrar en ellos el 70 % de la
exportación total. Con la Primera Guerra Mundial las exportaciones a estos tres
países bajaron y cogieron más peso los denominados otros países. Cabe destacar
que en el año 1912 las exportaciones respecto a otros países eran de 30 % y al
cabo de 5 años pasan a ser de 70 %.
Primera dictadura del siglo XX
Dictadura de Gabriel Terra
Gabriel Terra, presidente el 1 de marzo de 1931, se opuso
desde un principio a la constitución de 1917. El 31 de marzo de 1933, con apoyo
de la Policía, dirigida por su cuñado, Alfredo Baldomir y el sector mayoritario
del Partido Nacional, dirigido por Luis Alberto de Herrera, dio un golpe de
Estado, conocido como Dictadura de Terra, por el que se disolvió el Parlamento
y se censuró la prensa. El Ejército, por su parte, no intervino en la ejecución
del golpe, manteniendo su neutralidad, a pesar de que acató el ordenamiento del
presidente Terra.
Instauró un gobierno de carácter conservador, autoritario y
antiliberal al que se opusieron el batllismo, nacionalistas (sector del Partido
Nacional), socialistas y comunistas. En 1934 hizo promulgar una nueva
constitución de carácter presidencialista que tuvo vigencia plena hasta 1942.
Fue elegido presidente nuevamente en aquel año, y desempeñó el mando hasta el
19 de junio de 1938.
Durante su mandato se desarrolló una política industrializadora
de sustitución de importaciones y se realizaron obras públicas de importancia
como la represa de Rincón del Bonete, inaugurada en 1937. Rompió relaciones
diplomáticas con la Unión Soviética en 1935 y reconoció al gobierno de
Francisco Franco en 1936.
Salió airoso de un atentado contra su vida en junio de 1935 y
pudo igualmente sofocar un levantamiento armado contra su gobierno, ocurrido en
el mismo año.
Durante el período entre 1940-1944 que fue el año en que
Uruguay entró en la Segunda Guerra Mundial, las Fuerzas Armadas uruguayas se
insertaron en la estrategia militar norteamericana de defensa hemisférica
durante la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, la guerra llevó al gobierno
uruguayo a aprobar un conjunto de legislaciones para garantizar su defensa y, a
la vez, comprometer a la ciudadanía, que al final cuando el enemigo pareció
distante boicoteó el proyecto del Servicio Militar Obligatorio.
La economía dependía excesivamente del capital extranjero.
Uno de los problemas de Uruguay fue que dependía en un 100 % de la energía que
provenía del exterior y por ello la mayor parte de los beneficios que se
obtenían volvían a salir sin dar beneficio alguno al país. Por ello, el
crecimiento y la evolución de Uruguay se vieron muy mermados, ya que la salida
del capital no ayudaba a la inversión nacional.
Recibimiento de la Selección uruguaya de fútbol luego de
obtener el Campeonato Mundial en Brasil. Avenida 18 de Julio, Montevideo. 17 de
julio de 1950.
El período 1947-1958 es denominado por gran parte de la
historiografía uruguaya como neobatllismo, movimiento político que se
caracterizó, según el historiador Benjamín Nahúm, “por un nuevo empuje y por la
aplicación de algunas ideas centrales de la ideología batllista a las
realidades distintas de la segunda posguerra mundial.” Esta surgió en los
primeros años del siglo XX, se auto identificó como “reformismo” y la
historiografía uruguaya lo llamó “batllismo” o “primer batllismo” en
reconocimiento al liderazgo ejercido por José Batlle y Ordóñez, tío de Luis
Batlle Berres, quien será el líder del “segundo batllismo” o “neobatllismo”.
Hacia 1955, producto de un desarrollo económico inarmónico y altamente dependiente, basado en el beneficio de un reducido grupo social que detentaba los resortes de la producción (básicamente ganadería extensiva y latifundista), la distribución (el complejo frigorífico) y una escasa y poco especializada industria que se basaba en la explotación de amplios sectores de obreros y asalariados, se inició una crisis económica que afectó también a las instituciones públicas.
La depreciación de la moneda nacional, la dependencia de los
precios internacionales, el pobre desarrollo del mercado interno, el
clientelismo político y el peso de una burocracia político-estatal
entremezclada y comprometida con los grupos dominantes, terminó con la
"Suiza de América" que fue producto de una situación circunstancial
en la que el país sobrevivió sobre el ingreso de divisas provenientes de la
exportación de comestibles durante el período de la segunda guerra y los años
sub-siguientes.
Las Fuerzas Armadas, alentadas por el discurso y la acción propagandística y aún legislativa de algunos sectores de los partidos tradicionales, que profundizaron el enfrentamiento del modelo conservador contra las propuestas populares y ya desarrollada la primera unidad del movimiento popular (CNT Convención Nacional del Trabajadores) y de la izquierda política (Frente Amplio) promovidas por la propuesta de los más tradicionales partidos de la izquierda y algunos sectores progresistas de los partidos tradicionales fueron asumiendo gradualmente un nuevo protagonismo. Como respuesta ante la crisis social, económica y política que vivía el país, y el vaciamiento autopromovido de la institucionalidad, se dio un Golpe de Estado cívico-militar, encabezado por el presidente de la República, Juan María Bordaberry y apoyados por los Estados Unidos.
Los gobiernos blancos
Las elecciones de 1958
En 1958, el Partido Nacional ganó las elecciones, despojando
del poder al Partido Colorado, que gobernaba desde hacía 93 años.
Luis Batlle Berres
Así llegaba a su fin el denominado neobatllismo, o sea, un segundo batllismo, cuya principal figura era Luis Batlle Berres, líder colorado sobrino de José Batlle y Ordóñez, y que había intentado impulsar la industria nacional.
En esta primera victoria del Partido Nacional el sector más
votado dentro de este partido fue el herrero-ruralismo, cuyos dirigentes eran
Luis Alberto de Herrera (caudillo blanco y una de las principales figuras
políticas del S. XX) y Benito Nardone, dirigente ruralista que, apodado como
Chico-Tazo, se había hecho muy popular en el Interior del país con sus
alocuciones radiales de corte populista, y que decidido a entrar en la
política, se había aliado con los blancos.
El otro sector (que triunfaría cuatro años después) era la
UBD (Unión Blanca Democrática), que representaba lo urbano. De esta forma el
Consejo Nacional de Gobierno (recordar que desde 1952 el Uruguay adoptó un
Poder Ejecutivo colegiado, donde el poder era ejercido por un consejo de nueve
personas, seis del lema más votado, tres del que lo seguía) quedó integrado por
Martín R. Echegoyen, Eduardo Víctor Haedo, Justo Alonso (herreristas), Benito
Nardone, Faustino Harrison, Pedro Zabalza Arrospide (ruralistas), y los
colorados César Batlle Pacheco, Ledo Arroyo Torres y Manuel Rodríguez Correa.
En estas elecciones, los blancos triunfaron con el 49.7 por
ciento de los votos, lo que representa 499, 425 ciudadanos, y los colorados
obtuvieron un 37.7 por ciento, lo que equivale a 379, 062 sufragios.
Sin embargo, el cambio de mando de un partido político a otro
estuvo signado por la intranquilidad. Como ejemplo se puede hablar del relato
de Líber Seregni, líder político que por ese entonces era coronel, al
periodista Alfonso Lessa, en el que cuenta que algún militar colorado le
propuso a Luis Batlle Berres no entregar el poder, y este respondió echándolo
«a patadas en el culo» (así se expresó el testigo).
Primer gobierno blanco
El primer año de gobierno blanco fue bastante complicado.
En abril de 1959 se desataron graves inundaciones en los
departamentos del litoral y del centro del país. El gobierno aplicó Medidas
Prontas de Seguridad entre el 15 de abril y el 23 de junio.
Tuvo que racionarse el consumo de energía, se creó una
Comisión Pro-Damnificados, para obtener recursos se lanzó un Empréstito
Patriótico y se modificaron los horarios laborales. Las consecuencias fueron
catastróficas: se calcularon 41,000 personas desplazadas, además de pérdidas
económicas y materiales millonarias. Además, en poco tiempo la alianza entre el
herrerismo y el ruralismo se quebró, y comenzaron los ataques entre un sector y
otro. El 8 de abril de 1959 falleció Luis Alberto de Herrera.
Los blancos habían llegado al poder con la promesa de
desmantelar el modelo neobatllista, caracterizado por la intervención del
Estado y numerosos subsidios, además del tipo de cambio múltiple (esto
significaba que el dólar tenía distinto valor dependiendo de la actividad de
quien comprara o vendiera). En este sentido, los blancos implementaron una
política económica que apuntaba a liberar la economía.
En materia de política internacional, Uruguay confirmó ser un
país influenciado por Estados Unidos. Por ejemplo, en Punta del Este se
llevaron a cabo las reuniones que crearon la Alianza para el Progreso, y en
1961 Uruguay declaró personas no gratas al embajador cubano y al primer
secretario de la embajada de la URSS, y el año siguiente, nuevamente en Punta
del Este, se realizó la VIII Reunión de Consulta de Cancilleres, en la cual se
decidió la expulsión de Cuba de la OEA.
De este primer gobierno blanco también datan las primeras
cartas de intención firmadas con el FMI. Aunque también se debe destacar la
visita de Fidel Castro en 1959 (antes de que se declarara marxista-leninista) y
del Che Guevara en 1961. Este último personaje dio un discurso en el Paraninfo
de la Universidad, en el que desconcertó a todos los uruguayos, al afirmar que
la fuerza era la última herramienta y que sólo debía ser usada contra el que la
ejerce indiscriminadamente, además resaltar las condiciones democráticas del
Uruguay.
Arbelio Ramírez
Al salir del Paraninfo, Guevara ingresó en un auto en medio
de la muchedumbre, y en una esquina, desde el Gimnasio Universitario, partieron
varios disparos. Cuando se disipó la multitud, se pudo constatar que el
profesor de historia Arbelio Ramírez había sido muerto por las balas destinadas
a Guevara.
En su sepelio se distribuyeron volantes amenazantes firmados
por el MEDL (Movimiento Estudiantil por la Defensa de la Libertad), grupo de
ultraderecha, aunque hay versiones que dicen que Ramírez fue ultimado por
izquierdistas.
Durante este primer gobierno blanco también se acabó con el
largo litigio mantenido con Argentina sobre los límites fluviales. El 30 de
enero de 1961 se firmó una declaración conjunta por la que se estableció el
límite exterior del Río de la Plata, en la que se consolidaba la soberanía
doble y compartida sobre las aguas, así como se afirmaba que el Plata
constituía en todo su curso un río hasta la desembocadura en el océano
Atlántico.
Meses después, el Gobierno británico presentó una protesta
por esta resolución, sosteniendo que las aguas eran un estuario, y que a partir
de 6 millas de la costa, eran internacionales.
También en este primer colegiado blanco se llevaron a cabo
importantes realizaciones en obras públicas. A partir de 1959 se aprobaron
sucesivos planes anuales impulsados por el ministro de Obras Públicas, Luis
Giannattasio.
En estos ocho años se construyeron las rutas 5 (Montevideo-Rivera)
y (Paysandú-Melo), con financiación del BID. Además se expandió la
Interbalnearia y se comenzaron a construir los puentes sobre el Solís Grande y
el Solís Chico, y se iniciaron conversaciones con Argentina para explotar el
potencial hidroeléctrico de los ríos.
Segundo colegiado blanco
El 25 de noviembre de 1962 se llevaron a cabo elecciones, con
un paisaje político distinto al de cuatro años antes. El Partido Socialista
(dirigido por Vivian Trías, que había desplazado al líder histórico Emilio
Frugoni) se alió con escindidos nacionalistas para formar la Unión Popular.
El Partido Comunista del Uruguay se presentó como el FIDEL
(Frente Izquierda de Liberación), en el que se agrupaba también a sectores que
abandonaban los partidos tradicionales. La vieja Unión Cívica del Uruguay se
reformuló formando el Partido Demócrata Cristiano. En el Partido Nacional, la
UBD se alió con el Herrerismo ortodoxo para disminuir la influencia de Nardone.
El resto del Herrerismo continuó aliado al dirigente rural.
Dentro del Partido Colorado continuaron las fragmentaciones, destacando la
creación de la Lista 99, integrada por elementos de la Lista 15 y de la Lista
14. La recientemente creada lista presentaba un programa renovador que
consideraban como una actualización del batllismo. Por otra parte, también en
la interna colorada, la Lista 14 se convirtió en la Unión Colorada y Batllista.
Las elecciones fueron nuevamente ganadas por los blancos,
aunque el margen entre estos y los colorados se redujo: de 120,000 votos hacía
cuatro años, pasaron a 23,000 sufragios de diferencia.
Daniel Fernández Crespo
El nuevo Consejo Nacional de Gobierno fue integrado por
Daniel Fernández Crespo, Washington Beltrán, Carlos María Penadés, Héctor
Lorenzo y Losada (UBD), Luis Giannattasio, Alberto Héber Usher (Herrerismo
ortodoxo), Alberto Abdala, Amílcar Vasconcellos y Óscar Gestido (Partido
Colorado).
Este segundo gobierno blanco fue pronto víctima de las
enemistades internas. La alianza entre la UBD y el Herrerismo ortodoxo pronto
sucumbió, y los ministros blancos comenzaron a ser interpelados por los
senadores de su propio partido.
La situación económica internacional fue adversa a Uruguay,
puesto que la Comunidad Europea comenzó a subsidiar a sus productores y aumentó
los aranceles, la URSS lanzó un programa para aumentar la producción de carne y
de leche, al tiempo que países como Australia y Nueva Zelanda aumentaron su
productividad.
Los precios internacionales cayeron. En 1963 el Banco
República debió devaluar la moneda, y el dólar pasó a valer 16,50 pesos. La
conflictivdad aumentó, y las huelgas, paros u ocupaciones se hicieron comunes entre
enero de 1964 hasta marzo de 1965 se contabilizaron 650 movilizaciones.
En 1964 se formó la Convención Nacional de Trabajadores,
organismo de coordinación entre los sindicatos dentro de la Central de
Trabajadores del Uruguay (CTU) y los sindicatos no afiliados a ella (por
ejemplo, los bancarios o los trabajadores de la carne).
El año 1965 fue devastador. Se inició con una intensa sequía
que afectó al país durante el verano y perduró hasta otoño, con las
consiguientes pérdidas económicas en la actividad agropecuaria y la producción
de energía. Además, ese mismo año quebró el Banco Transatlántico, arrastrando
tras sí al sistema bancario nacional (Banco Atlántico, Banco Uruguayo de
Administración y Crédito, Banco de Producción y Consumo, etc.).
Con la crisis salieron a luz varias prácticas fraudulentas,
como, por ejemplo, la textil CUOPAR, que tenía vinculaciones dolosas con el
Departamento de Negocios con el Exterior del Banco de la República, o "las
bolsas negras", que eran créditos especiales concedidos a varias
personalidades políticas. El Gobierno debió soportar un sismo político al
tiempo que la Asociación de Bancarios del Uruguay declaraba la huelga general.
El Gobierno continuó con su política liberal, pero la economía no logró ser
controlada, y en 1966 la deuda aumentó producto del año electoral (como había
sucedido en 1962), al igual que la inflación (entre diciembre de 1964 y mismo
mes de 1965 los precios aumentaron 88%).
También contribuyó a empeorar la situación la muerte, en
1964, de los principales líderes políticos del país: Benito Nardone, Luis
Batlle Berres, Javier Barrios Amorín, Daniel Fernández Crespo (todas muertes
acaecidas en un período de tres meses) y el retiro de la política de César
Batlle Pacheco, que moriría en 1966.
Por otra parte, la movilización obrera provocó la
implementación en varias ocasiones de las Medidas Prontas de Seguridad por
parte del Gobierno (por ejemplo, en febrero de 1963, a raíz de la huelga de los
trabajadores de UTE, o en octubre de 1965, ante la presión ejercida por los
gremios para aumentar los salarios).
Durante el segundo colegiado blanco fue tomando forma el
movimiento obrero, y a la creación en 1964 de la ya mencionada CNT le siguió la
realización del Congreso del Pueblo en 1965, donde se proponían las salidas a
la crisis, lo que desembocaría con el establecimiento, en 1966, de la CNT como
central única de trabajadores.
En este segundo gobierno blanco tomaron lugar robos que luego
se sabría eran obra de la guerrilla urbana tupamara.
Se puede señalar el robo de armas del Club de Tiro Suizo de
Nueva Helvecia (considerado el primer acto de los tupamaros), el bombardeo de
la embajada de Brasil después del golpe de Estado en dicho país, atentados con
bombas a domicilios de integrantes del Consejo Nacional de Gobierno y a
sucursales de bancos estadounidenses, etc.
Además, por estos años se llevaron a cabo las marchas
cañeras, manifestaciones de trabajadores de la caña de azúcar de Artigas, que
reclamaron en Montevideo por los despidos masivos. Estos trabajadores eran
dirigidos por Raúl Sendic Antonaccio, al punto de que la consigna de la
movilización era "por la tierra y con Sendic".
https://es.educaplay.com/recursos-educativos/4024983-el_gobierno_de_latorre.html
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/carballo/2020/10/10/claudio-williman-abogado-fisico-presidente-uruguay-1907-natural-caion/0003_202010C10C6991.htm
https://www.xn--lamaana-7za.uy/cultura/por-una-cabeza-elecciones-de-1958/
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/batlle_berres.htm
http://memoriaviva5.blogspot.com/2008/05/falleci-esposa-de-arbelio-ramrez.html
https://www.ecured.cu/Daniel_Fern%C3%A1ndez_Crespo
ttps://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-71942018000100011
https://journals.openedition.org/nuevomundo/72965
Próxima publicación el jueves 19 de octubre de 2023, historia resumida La reforma de 1966.
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