-
ECUADOR
un país soberano y plurinacional, ubicado en la región noroccidental de América del Sur. La capital y ciudad más poblada del país es Quito.
Es miembro de la Comunidad Andina y está organizado en veinticuatro provincias. -
COLOMBIA
Un país soberano situado en la región noroccidental de América del Sur. Se constituye en un estado unitario, social y democrático de derecho cuya forma de gobierno es presidencialista.
Es una república organizada políticamente en 32 departamentos descentralizados y el Distrito Capital de Bogotá, sede del Gobierno Nacional. -
CHILE
Un país soberano, ubicado en el extremo sur de América del Sur. Adopta la forma de gobierno republicana, democrática, presidencialista y unitaria
Su capital es la ciudad de Santiago. -
BOLIVIA
Un país soberano sin litoral situado en la región centrooccidental de América del Sur, miembro de la Comunidad Andina, constituido políticamente como un estado plurinacional, descentralizado y con autonomías.
El país está organizado en nueve departamentos, su capital constitucional e histórica es Sucre, que alberga al órgano judicial; mientras que su Sede de Gobierno es la ciudad de La Paz, que alberga a los órganos ejecutivo, legislativo y electoral. -
BRASIL
Es el país más grande de América Latina. Con una superficie estimada en más de 8,5 millones de km²,3 es el quinto país más grande del mundo en área total (equivalente a 47 % del territorio sudamericano).13 Delimitado por el océano Atlántico al este, Brasil tiene una línea costera de 7491 km.3
-
ARGENTINA
Un país soberano de América del Sur, ubicado en el extremo sur y sudeste de dicho subcontinente. Adopta la forma de gobierno republicana, democrática, representativa y federal.
jueves, 28 de noviembre de 2024
domingo, 25 de agosto de 2024
viernes, 23 de agosto de 2024
José Gregorio Hernández
José Gregorio Hernández se le ha descrito como un hombre
excepcional que decidió compartir la mayor parte de su vida terrenal con los
más desposeídos hasta de la gracia de Dios. La vida, las buenas acciones y los
milagros de José Gregorio Hernández han trascendido a lo largo de los años,
generación tras generación. Historias y relatos del doctor dan muestra de que
fue “el médico del pueblo”, pero también el de todos.
Su beatificación ha sido recibida con enorme júbilo por la
comunidad católica venezolana, una amplísima mayoría en el país.
Lee aquí: José Gregorio Hernández: su Historia
José Gregorio Hernández
José Gregorio Hernández Cisneros, OFS (Isnotú, 26 de octubre
de 1864 - Caracas, 29 de junio de 1919), fue un médico, científico, profesor,
filántropo de vocación católica, y franciscano seglar venezolano, 3 declarado
beato por la Iglesia católica.
Ha sido venerado por hispanohablantes alrededor del mundo. Su
canonización está en marcha.
En 1949, la Iglesia católica comenzó el proceso de
canonización para declararlo santo. En 1986, el papa Juan Pablo II reconoció
sus virtudes heroicas y lo declaró "venerable". El proceso se renovó
el 18 de enero de 2021, luego de un milagro atribuido por la Iglesia católica a
Hernández en San Fernando de Apure, en el que una niña se habría recuperado de
una herida de bala gracias a su intercesión. El papa Francisco autorizó la misa
de beatificación de José Gregorio Hernández, realizada el 30 de abril de 2021,
siendo asignada su celebración litúrgica el día 26 de octubre.
Biografía
Infancia
José Gregorio Hernández adolescente cuando se graduó de
bachiller.
José Gregorio Hernández Cisneros nació el 26 de octubre de
1864 en Isnotú, una localidad que por aquel entonces era capital del Municipio
Libertad del Distrito Betijoque del Estado Trujillo en Venezuela. Fue el
primero de seis hermanos, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa
Antonia Cisneros Mansilla.
De sus hermanos, en mayo de 1863, nació María Isolina, quien
falleció a los 7 meses, seguida de José Gregorio; luego, nació María Isolina
del Carmen, en mayo de 1866. En septiembre de 1867, nació María Sofía, seguida
por César Benigno, en agosto de 1869. En septiembre de 1870 nació José Benjamín
Benigno, y finalmente su hermana, Josefa Antonia nació en agosto de 1872.
Por línea materna, descendía del cardenal Francisco Jiménez
de Cisneros, quien fuera confesor de Isabel la Católica, fundador de la
Universidad de Alcalá; y por vía paterna, a través de la rama de un tío
bisabuelo, se emparentaba con el Santo Hermano Miguel, quien era educador y
escritor, miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, y correspondiente de
la Real Academia Española.
Durante su infancia vivió en su pueblo natal, su madre se
dedicaba a labores del hogar propias de la época y su padre era comerciante y
dueño de un almacén de mercancías secas, víveres y farmacia. Recibió el
sacramento del Bautismo el 30 de enero de 1865 en el Templo Colonial de
Escuque, hoy Santuario Diocesano del Niño Jesús de Escuque.
Sus padrinos fueron Tomás Lobo y Perpetua Enríquez. El
sacramento de la Confirmación se efectuó el 6 de diciembre de 1867 en la
iglesia de San Juan Bautista de Betijoque, por el señor Juan Bonet, Obispo de
Mérida.
Su madre falleció en 1872 cuando él contaba con ocho años de
edad. Su primer maestro fue Pedro Celestino Sánchez, representante de una
escuela privada en Isnotú. Durante sus años de estudios envió una recomendación
al padre del pequeño José Gregorio para que lo encomendara a estudiar a la
capital del país.
A los trece años de edad, José Gregorio manifestó a su padre
su deseo de estudiar la carrera de derecho. Sin embargo, su padre le convenció
para que estudiara medicina. A partir de ese momento, tomó la medicina como su
propia vocación.
En 1878, cuando contaba con trece años y medio, bajó de la
sierra trujillana hasta Caracas, siguiendo una travesía: Isnotú, Betijoque,
Sabana de Mendoza, Santa Apolonia y La Ceiba en mula; por el lago hasta
Maracaibo, y después por mar a Curazao, Puerto Cabello y La Guaira, y por tren,
desde este puerto a la ciudad capital.
Estudios en Caracas
Medalla de graduación de José Gregorio Hernández como médico.
Al llegar a la capital de Venezuela, inició sus estudios en
el Colegio Villegas, dirigido a la sazón por el doctor Guillermo Tell Villegas.
Durante su estancia en el colegio, el joven José Gregorio entabló amistad con
el director y su esposa Pepita Perozo de Villegas.
Según el doctor Villegas, "José Gregorio era poco dado a
jugar con sus compañeros y prefería pasar el tiempo libre en compañía de
libros". Durante sus años en el Colegio Villegas, José Gregorio obtuvo
buenas notas. Llegó a fungir como profesor de aritmética para los alumnos del
primer curso.
Entre 1878 y 1882 José Gregorio cursó preparatoria y
filosofía, graduándose de Bachiller en Filosofía en ese último año.
A la edad de 17 años ingresa a la Universidad Central de
Venezuela (UCV) para iniciar sus estudios de medicina. Según las
certificaciones de los estudios universitarios de José Gregorio Hernández —en
las que se evaluaban estos aspectos: aplicación, aprovechamiento, buena
conducta y asistencia—, en gran parte de las materias de los seis años de
estudio logró la calificación de sobresaliente; fue el estudiante más destacado
en la carrera de medicina en la UCV, siguiendo el mismo desempeño mostrado
desde su niñez.
Paralelamente a sus estudios de medicina daba clases
particulares para ayudarse a sí mismo y a sus colegas. Aprendió de un amigo
sastre a confeccionar ropa masculina y sus propios trajes. Estaba convencido de
que: «En el hombre el deber ser es la razón del derecho, de manera que el
hombre tiene deberes, antes que tener derechos».
Al graduarse con el título de Doctor en Medicina el 29 de
junio de 1888, hablaba inglés, francés, portugués, alemán e italiano y dominaba
el latín y hebreo, era filósofo, músico y teólogo.[cita requerida] Se traslada
a ejercer la medicina en su pueblo natal, instalando un consultorio
provisional, con el cual extiende su carrera como médico.
Regreso a los Andes
En 1888, el rector de la UCV, Dominici ofreció ayudarlo
económicamente para establecer un consultorio en Caracas, gesto que José
Gregorio agradeció con estas palabras: « – ¡Cómo le agradezco su gesto, Dr.
Dominici! Pero debo decirle que mi puesto no está aquí. Debo marcharme a mi
pueblo. En Isnotú no hay médicos y mi puesto está allí, allí donde un día mi
propia madre me pidió que volviera para que aliviara los dolores de las gentes
humildes de nuestra tierra. Ahora que soy médico, me doy cuenta que mi puesto
está allí entre los míos…».
José Gregorio parte para Isnotú en agosto de 1888; desde
Betijoque el 18 de septiembre de 1888, le escribe a su amigo Santos Dominici en
Caracas: «…Mis enfermos todos se me han puestos buenos, aunque es tan difícil
curar a la gente de aquí, porque hay que luchar con las preocupaciones… que
tienen arraigadas: creen… en los remedios que se hacen diciendo palabras
misteriosas: en suma;… La clínica es muy pobre: todo el mundo padece de
disentería y de asma, quedando uno que otro enfermo con tuberculosis o
reumatismo…La botica es pésima...»
Hernández se radicó en Isnotú hasta el 30 de julio de 1889,
luego de ejercer consecutivamente entre los tres estados andinos venezolanos
(Trujillo, Mérida y Táchira), recorriendo las poblaciones con el fin de
establecer un centro para el ejercicio permanente de su profesión. Regresaba de
San Cristóbal y Mérida para consultar sus propósitos con su padre, y se
encontró con una carta de su maestro, Calisto González, donde decía que lo
había recomendado al presidente de la República Juan Pablo Rojas Paúl para que
fuera a París a estudiar ciertas materias experimentales y así contribuir a la
modernización de la medicina venezolana, porque creía que reunía las
condiciones para tal misión, y que debía trasladarse a Caracas y dispuesto a
seguir viaje a Europa.
Estudios en Europa
En noviembre de 1889, José Gregorio Hernández ya se
encontraba cursando estudios en los laboratorios de Charles Robert Richet,
profesor de Fisiología Experimental en la Escuela de Medicina de París y quien
a su vez había sido colaborador de Étienne Jules Marey y discípulo de Claude
Bernard, reconocido de la medicina experimental en Francia. En el laboratorio
de Mathias Duval estudia las áreas de Microbiología, Histología Normal, Patología,
Bacteriología, Embriología y Fisiología Experimental, entre otras.
También participó en su formación Isidor Strauss, que había
sido discípulo de Émile Roux y Charles Chamberland, quienes lo fueron a la vez
de Louis Pasteur, todos ellos precursores de la Bacteriología. Posteriormente
se traslada a Berlín para estudiar Histología y Anatomía patológica, a su vez
que inicia un nuevo curso de Bacteriología.
Culminados sus estudios, Hernández regresa a Venezuela a fin
de ingresar como profesor en la Universidad Central de Venezuela en Caracas;
además, aprovecha para traer de Europa equipos médicos al Hospital Vargas, por
instrucciones del gobierno venezolano. A él se debe la introducción del
microscopio en Venezuela.[cita requerida]
En 1891, Hernández regresa de Europa y, en el mes de
noviembre de ese año, comienza su actividad como docente en las cátedras de
Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología de la
Universidad Central de Venezuela (UCV), convirtiéndose en el fundador de ambas.
Además, al concluir sus estudios de postgrado en París y Berlín, le fue delegada
la responsabilidad de adquirir, con recursos del estado venezolano, los
materiales necesarios para instalar el Laboratorio de Fisiología Experimental
de Caracas, así como la adquisición de la bibliografía que fuera necesaria para
la apertura de las cátedras mencionadas en la UCV.
Por otra parte, a Hernández se debe la introducción del
microscopio en Venezuela, del que además enseñó su uso y manejo. También
introdujo otros instrumentos científicos [¿cuál?] que trajo de Francia, como
atestigua su compañero, el doctor Augusto Pi Suñer.
El 14 de septiembre de 1909 es nombrado profesor de la
cátedra de Anatomía Patológica Práctica, la cual funcionó anexa al Laboratorio
del Hospital Vargas, y de la cual se encargó hasta la creación de la cátedra de
Anatomía Patológica de la Universidad Central, con asiento en el Instituto
Anatómico, y que fue regentada por el doctor Felipe Guevara Rojas, en 1911.
Por otra parte, fue el fundador de la cátedra de
Bacteriología, la primera de esta disciplina en América, y la primera persona
en Venezuela en publicar un trabajo de dicha disciplina (Elementos de
Bacteriología, 1906). También escribió sobre la angina de pecho de naturaleza
paludosa junto a Nicanor Guardia, y en 1893 publicó en varios números de la
Gaceta Médica.
Además de 11 trabajos publicados y dos que quedaron inéditos
en el campo científico, escribió cinco obras literarias. Una de ellas, La
verdadera enfermedad de Santa Teresa de Jesús escrita en 1907, quedó
inconclusa; las demás, El Sr. Nicanor Guardia (1893), Visión de arte (1912), En
un vagón (1912) y Los maitines (1912), fueron publicadas en el Cojo Ilustrado.
Es considerado el impulsor y pionero de la docencia científica y pedagógica en Venezuela, basada en lecciones explicativas, con observación de los fenómenos vitales, la experimentación sistematizada, prácticas de vivisección y pruebas de laboratorio. También coloreó y cultivó microbios e hizo conocer la teoría celular de Virchow. Por otra parte, es destacada su faceta como fisiólogo y biólogo, conociendo a fondo la física, la química y las matemáticas, ciencias básicas y trípode fundamental sobre la que reposa toda la dinámica animal.
Su labor docente fue interrumpida en dos ocasiones. La
primera, cuando decide hacerse religioso y entrar en el monasterio de la orden
de San Bruno en la Cartuja de Farneta, a la cual llegó el 16 de julio de 1908,
y de la que regresó el 21 de abril de 1909, reincorporándose en mayo de ese
mismo año a sus actividades académicas en la Universidad.
La segunda vez que interrumpió sus actividades docentes fue a
partir del 1 de octubre de 1912, cuando el gobierno dictatorial del general
Juan Vicente Gómez decreta el cierre de la Universidad, ya que esta se había
situado en contra de su régimen. Sin embargo, restablece su actividad docente
en enero de 1916, tras la fundación de la Escuela de Medicina Oficial, que
funcionó en el Instituto Anatómico.
Hubo otra corta interrupción, pero esta vez sin apartarse del
ámbito académico, ya que en 1917 viaja a las ciudades de Nueva York y Madrid
para realizar estudios, quedando provisionalmente a cargo de sus cátedras el
doctor Domingo Luciani. Reinicia su actividad docente el 30 de enero de 1918,
hasta su muerte.
Durante la pandemia de gripe de 1918 en Venezuela, José
Gregorio Hernández visita a los enfermos en Caracas.
Fallecimiento
El 29 de junio de 1919 en horas de la tarde, José Gregorio
Hernández salió a la esquina de Cardones a atender a una enferma, pero no pudo
llegar porque fue atropellado por Fernando Bustamante un joven mecánico de 28
años de edad, dueño de un Essex en la esquina de Amadores, La Pastora, Caracas,
Venezuela.
El Doctor Hernández cayó golpeándose la cabeza contra el filo
de la acera, lo que ocasionó una fractura en el cráneo. De inmediato
Bustamante, lo recogió y lo llevó al Hospital Vargas. En ese momento, que
llegaron al centro de salud, no se encontraba ningún médico, entonces fue a
buscar a Luis Razetti.
Cuando llegaron al hospital, se encuentran al sacerdote
capellán Tomás García Pompa quien le informó que Hernández había fallecido, a
sus 54 años de edad. Razetti firmó el acta de defunción, dicha acta puntaba que
además de la fractura de la base del cráneo certificada, tenía una ligera
herida en la sien derecha, y un morado en la misma sien.
Así mismo, las señales del golpe contra el poste de hierro
era el brote de sangre por la nariz y la boca, más arriba de las rodillas tenía
un franja de morada en ambas piernas.-. Una vez examinado y amortajado el
cuerpo, fue trasladado a la casa de sus hermanos César Benigno y Sofía
Hernández, que poseía el número 57, ubicada en la Avenida Norte, entre Tienda
Honda y Puente de la Trinidad.
Cabe resaltar que, una de las actuales beatas de Venezuela,
Candelaria de San José, oriunda de Altagracia de Orituco, estado Guárico,
estaba hospitalizada en el Hospital Vargas tras salir de una operación, aunque
se encontraba recuperada. La monja se dio cuenta de la noticia del
arrollamiento de José Gregorio Hernández. El presbítero García Pompa le impuso
los santos oleos a Hernández en el lugar donde se había sido internado y Madre
Candelaria se encontraba allí orando por salud del doctor.[cita requerida]
A las 10:00 a. m. del día 30 de junio de 1919, en medio de
una multitud, se inició el traslado del féretro de José Gregorio Hernández
Cisneros al Paraninfo Universitario de la UCV encima de los hombros de sus
estudiantes y discípulos, luego fue llevado y enterrado en el Cementerio
General del Sur.
El 23 de octubre de 1975, luego de un incendio provocado por
las llamas de las velas sobre su tumba, y también debido al inicio del proceso
de beatificación, y por solicitud del Vaticano, se realizó la exhumación de sus
restos mortales para luego ser trasladados hasta el baptisterio de la Iglesia
de Nuestra Señora de la Candelaria ubicada en el centro de la ciudad de
Caracas, sitio donde reposan actualmente. En 2020, la Arquidiócesis de Caracas
anunció que el cadáver sería trasladado a una aula especial de dicho templo,
ante la aprobación de la Santa Sede de su beatificación.
Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria
Esta iglesia fue fundada por canarios en honor a su patrona,
la Virgen de Candelaria. Precisamente por los lazos históricos que existen
entre las Islas Canarias y Venezuela, en este archipiélago existe una popular
veneración por José Gregorio Hernández, devoción que se ve acrecentada por la
gran colonia venezolana residente allí. Conviene recordar que el propio doctor Hernández
era de origen canario por parte de madre.
Vida privada
Personalidad y legado
Era conocido como un profesor culto (hablaba español,
francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín, era músico y filósofo
[cita requerida]) y exigente, y se caracterizaba por la puntualidad en el
cumplimiento de sus deberes profesorales. Formó una escuela de investigadores,
quienes desempeñaron un papel en la medicina venezolana. Discípulos de
Hernández fueron, entre otros, el doctor Jesús Rafael Risquez, quien fue su
sucesor en la cátedra de Bacteriología y Parasitología, y Rafael Rangel,
considerado como el fundador de la parasitología nacional.
En cuanto a sus creencias, era católico, condición que nunca
entró en conflicto con su labor científica, como apunta el doctor Juan José
Puigbó: «Su faceta religiosa con todo lo encomiable que sea considerada en el
plano místico, no debe opacar el inmenso aporte que realizó a la ciencia médica
venezolana».
Vida religiosa
A pesar de no ocupar ningún cargo dentro del clero de la Iglesia católica, José Gregorio era un creyente del catolicismo.
En 1907, decidió abocarse a la vida religiosa y, luego de
discutir el caso con el arzobispo de Caracas, monseñor Juan Bautista Castro,
envía una carta al prior de la Orden de San Bruno en la Cartuja de Farneta.
cerca de Lucca (Italia). Por su parte, monseñor Juan Bautista
Castro también envía una carta de recomendación al prior, en donde le solicita
la admisión de José Gregorio a la orden.
En 1908, es admitido en el monasterio de clausura, tomando el
nombre de Hermano Marcelo. Sin embargo, nueve meses después de su ingreso,
enferma de tal manera que el Padre Superior dispone su regreso a Venezuela para
su recuperación.
Estatua de José Gregorio Hernández en el Santuario Niño Jesús, Isnotú, Trujillo.
Llega a Caracas en abril de 1909, y ese mismo mes recibe
permiso para ingresar en el Seminario Santa Rosa de Lima (hoy Universidad
Católica Santa Rosa), aunque durante mucho tiempo sigue anhelando la vida
monacal. Transcurridos tres años, decide intentarlo de nuevo y, esta vez, se
embarca para Roma con su hermana Isolina. Ingresó en los cursos de Teología en
el Pontificio Colegio Pio Latino Americano, pensando así prepararse para el
monasterio. Pero una vez más sus planes se vieron frustrados por la enfermedad:
una afección pulmonar que le forzó a retornar a Venezuela.
Perteneció a la Orden Franciscana Seglar de Venezuela (OFS),
en la fraternidad de la Merced de Caracas, en la Iglesia Nuestra Señora de la
Merced de los Frailes Capuchinos, realizó su profesión como franciscano seglar.
De ahí se desprende esa sensibilidad y amor por los más necesitados, vivió el
carisma y la vida de San Francisco de Asís, reconociendo en el pobre a la
persona de Cristo sufriente, a quien sirvió a través de sus pacientes. Vivió el
Evangelio como San Francisco de Asís y lo hizo suyo. Su profesión en la OFS La
merced la realizó el día 7 de diciembre de 1899 como consta en el libro de
actas de la fraternidad (copia fiel).
Valoración de su obra
Hernández, siendo un reputado médico e investigador científico fue autor de trece ensayos científicos sobre diversas disciplinas médicas, siendo reconocidos por la Academia Nacional de la Medicina de Venezuela, de la cual fue uno de sus miembros fundadores.
Su trabajo reviste importancia por su capacidad como clínico
de someterse al rigor del método anatomoclínico que la escuela francesa había
llevado hasta el cénit en su aplicación (como en los casos presentados por
Hernández sobre tuberculosis, neumonía y fiebre amarilla).
También se le reconoce por su capacidad de manejar los
recursos derivados de las técnicas complementarias de diagnóstico (los datos de
la histología patológica, de la bacteriología, de la parasitología y de la
fisiología) para lograr una cabal interpretación de los procesos patológicos
presentes en el paciente y por su capacidad para crear hipótesis novedosas (los
datos de hematimetría en los sujetos de nuestro medio, la descripción de una
nueva forma de angor pectoris de origen palúdico, etc).
Proceso de canonización
Apertura del proceso
Constatando su fama entre algunos creyentes, la Iglesia
católica en Venezuela inició en 1949 el proceso de canonización de Hernández,
siendo conducido por el arzobispo de Caracas, Lucas Guillermo Castillo en el
Vaticano, ante el entonces papa Pío XII.
En 1972, la Santa Sede reconoció que José Gregorio Hernández
vivió una vida virtuosa y ejemplar para los católicos y en consecuencia el papa
Pablo VI le concedió el título de Siervo de Dios, primer paso para su
canonización. Luego de iniciar el proceso, y comprobados los primeros casos de
sanación atribuidos a su intercesión, Hernández fue declarado Venerable, el 16
de enero de 1986 por el papa Juan Pablo II.
Beatificación
El 27 de abril de 2020 la arquidiócesis de Caracas anunció
que la Comisión Teológica de la Ciudad del Vaticano aprobó el milagro del
venerable en la curación de Yaxury Solórzano Ortega, una niña de 10 años que
fue impactada en su cabeza con un proyectil de arma de fuego, durante un asalto
a su padre, el 10 de marzo de 2017, cuando unos asaltantes intentaron despojarla
de su moto.
El 18 de junio de 2020, el papa Francisco aprobó el decreto
que reconoció el milagro atribuido por su intercesión, por lo que se aprobó la
ceremonia para su beatificación.38 Días antes de la beatificación el Papa
afirmó que estaba expectante de que la beatificación de Hernández fuera un
"símbolo de reconciliación" para los habitantes de Venezuela.
La ceremonia se celebró en Caracas y contó con la
participación de familiares de Hernández, el nuncio apostólico de Venezuela
Aldo Giordano (en representación del papa Francisco), el titular de la sede de
Caracas, el obispo emérito de Caracas, algunos obispos del país, y médicos
venezolanos, en medio de las medidas de bioseguridad por la pandemia del
COVID-19.
Así mismo se oficializó su culto para el 26 de octubre.
El Vaticano publicó en su página oficial al respecto sobre su
beatificación:
"Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina
era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba
medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se
las daba"
Con su beatificación, José Gregorio Hernández se convierte en
el cuarto beato de Venezuela, y en el primer hombre y el primer laico en llegar
a ser reconocido como tal por la Iglesia católica.
Culto público
Devotos frente a la anterior tumba de José Gregorio Hernández
en la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria, Caracas.
Hernández es objeto de amplio culto en Latinoamérica y es considerado como un santo popular, pese a que la Iglesia católica no lo reconocía como tal hasta el 2021. Su fiesta se celebra, ahora de manera oficial, el 26 de octubre.
En su natal Isnotú su santuario oficializado desde 2021 es el
Santuario del Niño Jesús, donde además reposan sus restos. En dicho templo,
además de varias imágenes y placas puestas por personas que agradecen sus
curaciones por su intervención, existe también un vitral donde se le ve
arrodillado, orando a la Virgen María y un pequeño Niño Jesús.
En la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caracas,
reposan los restos del médico, lo cual genera que el templo sea sede de
nutridas peregreniación de fieles de todo el mundo que agradecen sus
"favores".
José Gregorio Hernández también está presente en las artes
visuales en Venezuela y es objeto recurrente del trabajo de un grupo numeroso
de artistas, incluyendo a Patricia Benfele, Evelyn Pérez de Fontana, Raiza
Carreño, Pedro León Carrillo, Carola de Karam, José Luis Rizzo, Genoveffa
Savella, Benjamín Ortega, Gloria Melí Blancato, Mirna Pineda, Mariano Álvarez,
Rosa Márquez, Misael Carpio, Juana Flores, Alejandra Colina, Amarilis Hannot,
Miguel Mar San, Mirla Soto, Francisco Corso, Francisco Marín, Enrique Flores,
Laura Rizzo, María Elena Azpúrua, Peggy Chacón, Hebe Apitz Sardi, Aura Moreno,
Yenny Gallardo, Francisco Rada, y Eduardo Sanabria (EDO).
Algunas exposiciones artísticas se han dedicado
exclusivamente a José Gregorio Hernández, una de ellas en la Galería de Arte
Nacional: “El Venerable… El milagro está hecho” curada por Mirla Soto (octubre
2020)
Sincretismo
Vitral del templo del Santuario Niño Jesús, Isnotú, Trujillo.
Además del culto católico no oficial hasta 2021 y la profunda
veneración popular que despierta, José Gregorio Hernández también es figura
clave del sincretismo religioso o paganismo esotérico, puesto que precisamente
se le atribuyen curaciones milagrosas. Si bien la mayoría de los que lo veneran
son católicos, un porcentaje minoritario no se considera practicante de ninguna
religión.
Ferrándiz, citado por Guerra Niño (2017) indica que su culto
católico y veneración como figura curativa se iniciaron por igual frente a su
tumba en los primeros años después de su muerte y precisamente por el apoyo que
el médico dio a pacientes en medio de la Gripe Española durante 1918 y 1919.
También existe la creencia popular que el médico se aparece en sueños a los
pacientes que lo veneran y los interviene en éstos lapsos, quedando curados al
despertar.
Algunos defensores de su causa como persona de veneración
católica indican que el fervor popular que despertaba en sus inicios era tan
fuerte, que practicantes del esoterismo lo convirtieron en un ídolo curativo y
éxito comercial; y es que por ejemplo, en Colombia son populares los centros
esotéricos fundados en honor a Hernández, a quien llaman como Hermano José
Gregorio y a ellos mismos como gregorianos; la variedad de rituales y oraciones
que practican es amplia.
Fue precisamente la conexión de Hernández con el esoterismo
lo que retrasó la aprobación del culto por parte de la Iglesia Católica. De
hecho, se indica que es precisamente esa la razón por la que el Vaticano
decició aprobar su culto público, para "descontaminar" el culto hacia
Hernández "minado" por esoterismo y prácticas presuntamente mágicas,
asociadas con frecuencia con el espiritismo y la brujería.
Homenajes
Busto de José Gregorio Hernández en Isnotú, Estado Trujillo.
Varios lugares dentro de Venezuela han sido nombrados en su
honor destacan el Hospital General Dr. José Gregorio Hernández y la Universidad
José Gregorio Hernández.
Publicaciones
1893 – Sobre el número de glóbulos rojos. Gaceta Médica de
Caracas.
1894 – Sobre angina de pecho de naturaleza paludosa. Gaceta
Médica de Caracas.
1910 – Lecciones de bacteriología. Gaceta Médica de Caracas.
1910 – Lesiones anatomo–patológicas de la pulmonía simple o
crupal. Gaceta Médica de Caracas.
1910 – De la nefritis a la fiebre amarilla. Gaceta Médica de
Caracas.
1912 – Elementos de filosofía. Caracas, Empresa El Cojo.
Segunda edición: 1912. Tercera edición: 1959.
1913 – Renuncia ante la Academia Nacional de Medicina. Gaceta
Médica de Caracas.
1918 – Nota preliminar acerca del tratamiento de la
tuberculosis por el aceite de Chaulmoogra. Gaceta Médica de Caracas.
1922 – Elementos de bacteriología. 2.ª edición: Caracas. El
Cojo.
1968 – Obras completas. Caracas. Universidad Central de
Venezuela. Edición del doctor Fermín Vélez Boza.
1995 – Sobre Arte y Estética (selección de Elementos de
filosofía más el artículo Visión de Arte, publicado originalmente en la revista
El Cojo Ilustrado, N.º 491, 1 de junio de 1912). Maracay, La Liebre Libre,
1995. Prólogo de Juan Carlos Chirinos.
Cine y televisión
En 1964, fue encarnado por el actor Américo Montero, llegó a
hacer para RCTV varios programas y una serie, así como una película en
coproducción con España.
En 1990 se produjeron en Venezuela dos telefilmes sobre su
vida:
El Venerable de RCTV, siendo interpretado por Flavio
Caballero.
José Gregorio Hernández, el siervo de Dios de Venevisión,
encarnado por Mariano Álvarez.
La médium del venerable, película de 2019.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Gregorio_Hern%C3%A1ndez
Para el próximo Lunes 2 de septiembre de 2024 publicaré la historia de Surinam.