El reformismo militar radical y el cuarto militarismo
(1968-1980)
Juan Velasco Alvarado, dirigió y ejecutó el golpe de Estado
del 3 de octubre de 1968 que derrocó a Fernando Belaúnde y le permitió ejercer
el poder absoluto hasta 1975 durante el llamado Gobierno Revolucionario de la
Fuerza Armada.
El autodenominado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas
Armadas se instaló el 3 de octubre de 1968, tras el Golpe de Estado de 1968
contra el presidente Belaúnde, quien fue sacado a la fuerza del Palacio de Gobierno
y desterrado a Argentina. Se dividió en dos fases: la primera, encabezada por
el general Juan Velasco Alvarado (1968-1975) y la segunda, por el general
Francisco Morales Bermúdez (1975-1980).
Junta Militar en la Plaza Mayor de Lima (1968).
El gobierno de Juan Velasco Alvarado era definido como nacionalista
y antiimperialista (especialmente antiestadounidense) y anti oligarca, claramente orientado hacia la izquierda, lo que lo diferenciaba del resto de
las dictaduras latinoamericanas.
Su plan de gobierno lo expuso en el llamado Plan Inca. Su
primera acción fue ordenar la toma de las instalaciones de la IPC en Talara, la
misma que la realizaron las fuerzas de la Primera Región Militar con sede en
Piura, al mando del general Fermín Málaga.
Este hecho tuvo un impacto favorable en el país y ayudó al
gobierno a consolidarse en el poder. Emprendió luego una ambiciosa reforma
agraria, una masiva nacionalización de bancos y empresas y tomó medidas para
fomentar una gran industria estatal.
De otro lado, controló la radio y la televisión y confiscó la
prensa escrita. Pero los problemas del reformismo militar evidenciaron pronto ineficiencia,
endeudaron al Estado y lo lanzaron a una aguda crisis económica.
Sello postal de la reforma agraria promovida por el gobierno
de Velasco.
En efecto, las grandes reformas emprendidas con el propósito
de cambiar la fisonomía del país agravaron la situación económica, debido a sus
costos enormes. Se multiplicaron las empresas estatales, con un número crecido
de empleados, que por corrupción o ineficiencia, produjeron enormes pérdidas.
Pero fue el atropello a la libertad de prensa lo que originó que por primera
vez surgieran en las calles de Lima manifestaciones populares contra la
dictadura.
Los días 28 a 30 de julio de 1974 la juventud del distrito de Miraflores se apoderó de las calles y plazas, alzando su voz de protesta. Más de 400 manifestantes fueron detenidos.
En febrero de 1975 se inició en Lima una huelga de policías, quienes se quejaban de maltratos y exigían aumento de sus sueldos. Los policías se acuartelaron pacíficamente en Radio Patrulla, en la avenida 28 de julio del centro de Lima. En la medianoche del 4 al 5 de febrero, fueron despiadadamente atacados por la tropa y las unidades blindadas del ejército. Muchos policías huyeron; otros se rindieron. Se produjo también un número indeterminado de muertos y heridos.
En la mañana del 5 de febrero estalló la más grave protesta popular, el llamado Limazo. Grupos de revoltosos recorrieron la ciudad e incendiaron el Casino Militar de la Plaza San Martín, el local del diario Correo y las oficinas de SINAMOS (entidad estatal que oficiaba como base política del régimen).
El ejército salió a la calle, y en el transcurso de la tarde
y la noche de ese mismo día, restableció el orden e hizo un número
indeterminado de víctimas. El gobierno suspendió las garantías constitucionales
e impuso el toque de queda. El saldo oficial fue de 86 muertos, 155 heridos, 1,012
detenidos y 53 policías enjuiciados. Velasco acusó a la CIA y al Partido
Aprista de alentar los disturbios. Pero su régimen ya estaba herido de muerte.
El gobierno de Francisco Morales Bermúdez, conocido también
como segunda fase del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada del Perú,
inició el 29 de agosto de 1975 con el llamado Tacnazo, un incruento golpe de
Estado contra el presidente de facto Juan Velasco Alvarado, y culminó el 28 de
julio de 1980. El gobierno convocó a elecciones generales para la conformación
de una Asamblea Constituyente no solo por la presión de las marchas y huelgas
de la población, sino porque el plan Túpac Amaru elaborado por él fijaba un fin
del Gobierno Revolucionario de las F.F.A.A, a diferencia del anterior plan Inca.
Velasco, que desde hacía meses se hallaba enfermo, y se le había incluso amputado una pierna, abandonó pacíficamente Palacio de Gobierno y se retiró a su residencia de Chaclacayo. No volvió a intervenir en política y falleció en 1977.
Morales Bermúdez enfrentó el descontento y presión popular para retornar a la democracia.
En el plano económico continuó la crisis financiera, caracterizada por las continuas devaluaciones de la moneda.
El 19 de julio de 1977, se realizó un paro nacional impulsado por la CGTP, central sindical de tendencia comunista, que reclamaba un aumento general de sueldos y salarios de acuerdo con el alza del costo de vida. Este paro tuvo un masivo apoyo de parte de la ciudadanía. Lima quedó paralizada durante 24 horas de un modo nunca antes visto. Luego vinieron diversas movilizaciones nacionales.
Morales Bermúdez convocó entonces a una Asamblea Constituyente, como un primer paso para el retorno a la legalidad. Dicha Asamblea se instaló el 28 de julio de 1978 y fue presidida por el líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre.
Víctor Raúl Haya de la Torre, líder del APRA, que presidió la Asamblea Constituyente de 1978-1979.
Falleció poco después de firmar la Constitución de 1979.
Tras un año de debates se promulgó una nueva Constitución en 1979, bajo cuya regencia se convocó a las elecciones democráticas de 1980, en las cuales triunfó el líder de Acción Popular y ex presidente Fernando Belaúnde Terry, que volvió así nuevamente al poder, retornando la democracia.
El gobierno militar había durado 12 años en total.
Retorno a la democracia y época del terrorismo (1980-1990)
Después de un interregno de doce años, aproximadamente, el
Perú retornó ayer al sistema democrático al juramentar como presidente de la
República, el arquitecto Fernando Belaúnde Terry, elegido el 18 de mayo pasado
por más del 45 por ciento de la población electoral del país.
Este trascendental hecho coincidió con la conmemoración del
159º aniversario de la proclamación de la independencia nacional y la puesta en
vigencia plena de la nueva Constitución Política del Estado, cuyo texto fue
sancionado por la Asamblea Constituyente el 12 de junio de 1979.
La ceremonia de transmisión del mando supremo fue imponente y
tuvo como sede el hemiciclo de la Cámara de Diputados. El jefe del Estado llegó
a dicho reciento a las 15:50 horas, en medio de aclamaciones y vítores de
numeroso público, de parlamentarios populistas y personalidades extranjeras.
El arquitecto Belaúnde Terry, con la mano en alto y
sonriente, agradeció las muestras de simpatía, en tanto sus partidarios, de
pie, coreaban los lemas: “Belaúnde, presidente”, “Belaúnde juventud”, “Belaúnde
libertad”, entre otros, y en una de las galerías se agitaban banderas con los
colores patrios.
https://elcomercio.pe/bicentenario/1980-l-vuelve-la-democracia-presidente-belaunde-asumio-mando-ayer-en-imponente-ceremonia-l-bicentenario-noticia/
Historia republicana del Perú, Historia del Perú entre 1980 y
2000 y Época del terrorismo en el Perú (1980-2000).
Cartel de Abimael Guzmán durante la época del terrorismo.
Durante la década de 1980, el Perú enfrentó en una fuerte
crisis económica y social, debido al descontrol del gasto fiscal, una
considerable deuda externa y la creciente inflación junto con el conflicto
armado interno, acentuada por la aparición de los grupos terroristas de
inspiración comunista que pretendían instaurar un nuevo Estado mediante la
lucha armada, como Sendero Luminoso primero y el MRTA después.
Inaugurado el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry
(1980-1985), de inmediato se restituyeron a sus propietarios los medios de
comunicación expropiados por la dictadura militar.
Se convocaron también a elecciones municipales, restaurándose
así el origen democrático de los gobiernos locales. En el aspecto
internacional, enfrentó con el Ecuador el llamado conflicto del Falso Paquisha
y apoyó a la Argentina durante la guerra de las Malvinas.
Pero en el aspecto interno, tuvo que enfrentar los efectos
desastrosos del Fenómeno del Niño, el surgimiento del accionar de los ya
mencionados grupos terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA, y el agravamiento
de la crisis económica que ocasionó una oleada de huelgas y paros laborales,
que se prolongaría durante toda la década. Pese a tener mayoría parlamentaria
(a diferencia de su primer mandato), este segundo gobierno belaundista no colmó
las expectativas de la ciudadanía.
No obstante, Fernando Belaúnde Terry llevó adelante una política de obras públicas,
especialmente en lo referente a la educación, vivienda y carreteras.
El desgaste sufrido por la derecha peruana durante los primeros años de la década aseguraron el triunfo del Partido Aprista en elecciones generales de 1985, cuyo líder, el diputado Alan García Pérez, se convirtió así en el primer presidente aprista de la historia (1985-1990), contando con un masivo apoyo popular en los inicios de su gobierno. Sin embargo, tampoco pudo acabar con los problemas económicos del país: la crisis económica alcanzó su peor nivel, con una hiperinflación galopante (producto de la emisión masiva de moneda sin respaldo) y escasez de alimentos, en medio del aumento de la actividad terrorista.
Muy dado a las poses grandilocuentes y al discurso efectista,
García rompió con los organismos internacionales de crédito y emprendió una
fallida estatización de la banca.
Esta última acción generó la protesta de la sociedad civil
liderada por el escritor Mario Vargas Llosa, quien, al frente del llamado
Movimiento Libertad (neoliberal y pro empresa), encabezó una coalición de
fuerzas de centro derecha, denominada Frente Democrático (Fredemo), con miras a
las elecciones generales de 1990.
El discurso de Vargas Llosa propició que el pensamiento
liberal, hasta entonces excluido del debate político (dominado por la derecha
conservadora y la izquierda radical), fuera ganando terreno, especialmente
entre la clase media.
Para 1990, la situación del Perú era la de un país en quiebra
económica, ignorado por los inversionistas y con un nivel de inflación jamás
antes vivido por la población; y con un Estado ineficiente que no podía
responder a los problemas del país. Los principales candidatos presidenciales
en ese año fueron el escritor Mario Vargas Llosa, por el Fredemo, y Luis Alva
Castro, candidato oficialista del Partido Aprista y exministro de economía.
Sin embargo, faltando pocas semanas para las elecciones,
surgió una figura hasta entonces desconocido en política, el ingeniero agrónomo
y ex rector de la Universidad Nacional Agraria, Alberto Fujimori, que encabezaba
un improvisado partido llamado Cambio 90.
En las elecciones del 8 de abril de 1990 Fujimori quedó en
segundo lugar detrás de Vargas Llosa, forzando así a una segunda vuelta
electoral. Esta se realizó el 10 de junio de 1990 y su resultado fue el triunfo
de Fujimori con un 62 % de los votos, frente al 38 % que obtuvo Vargas Llosa.
El Fujimorato (1990-2000)
Alberto Fujimori, presidente del Perú (1990-2000).
El gobierno de Fujimori inició el 28 de julio de 1990, en
medio de la expectativa general. Para enfrentar la crisis económica y la
hiperinflación, Fujimori aplicó el llamado fujishock, siguiendo las directivas
del Fondo Monetario Internacional.
En el aspecto político, desarrolló un discurso contra los
partidos políticos llamados “tradicionales”, a los que culpó de la calamitosa
situación del país. Utilizando aquello como pretexto y en medio de denuncias de
corrupción contra miembros de los parientes presidenciales, el 5 de abril de
1992, encabezó un golpe de Estado denominado el autogolpe de 1992 con apoyo de
las Fuerzas Armadas, mediante el cual disolvió ambas cámaras del Congreso e
intervino al Poder Judicial. Luego de ello convocó a un Congreso constituyente,
que promulgó la Constitución de 1993, la misma que está actualmente vigente.
En su gobierno se realiza la captura del líder senderista
Abimael Guzmán, ocurrida el 12 de septiembre de 1992, resultado de una
excelente labor de seguimiento realizada por Dirección Nacional contra el
Terrorismo.
Además, Fujimori aplicó reformas liberales en la economía que
plantaron los cimientos necesarios para la recuperación de la maltrecha
economía peruana y su ulterior despegue.
Los años noventa significaron así la definitiva cancelación
del modelo económico dirigido por el Estado que regía el Perú desde la época
del reformismo militar de los años 70.
Fue entonces cuando se redujo el tamaño del Estado, se abrió
la economía al mercado internacional, y se privatizaron una serie de empresas
estatales, muchas de las cuales habían sido utilizadas como botines políticos
por los partidos políticos en el poder.
Gozando de popularidad por su victoria sobre el terrorismo y
sus aciertos en el plano económico, Fujimori fue reelegido presidente en 1995,
derrotando en las elecciones generales de 1995 a la candidatura del embajador
Javier Pérez de Cuéllar, sin necesidad de ir a segunda vuelta.
En este segundo gobierno, logró terminar la delimitación de
la frontera norte con la República del Ecuador, después del conflicto del
Cenepa, según el Protocolo de Río de Janeiro de 1942 y la Declaración de Paz de
Itamaraty de 1995.
De otro lado, enfrentó la crisis de los rehenes de la
residencia del embajador japonés, tomada por un comando del MRTA, crisis que
fue superada en abril de 1997, cuando en una acción militar sorpresiva, fueron
liberados 71 de los 72 rehenes que todavía se mantenían cautivos.
Sin embargo, el autoritarismo y la red de corrupción que
tejió su principal asesor, Vladimiro Montesinos, jefe de facto del Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN), acabaron por socavar el régimen. Ya desde 1996,
Fujimori inició maniobras para legalizar su poder y postular por tercera vez
consecutiva como candidato a la presidencia en el 2000, pese a que la
Constitución de 1993 permitía solamente una segunda reelección consecutiva.
Para hacer viable tal proyecto, se dio la ley denominada de Interpretación
Auténtica de la Constitución, por la cual no se tomaba en cuenta su primera
elección de 1990, sino solo la del 1995, aduciendo que la norma constitucional
se aplicaba a partir de 1993.
La república empresarial y transición a la democracia
(2000-2016)
Alejandro Toledo, presidente del Perú (2001-2006).
En las elecciones generales del 2000, Fujimori se presentó
por tercera vez consecutiva como candidato presidencial, con la ventaja que le
reportaba ejercer la presidencia, en desmedro de los demás candidatos. En la
primera vuelta realizada el 9 de abril, Fujimori obtuvo el 49.8 % de los votos
frente al 40.3 % alcanzado por el economista Alejandro Toledo (con estudios y
carrera labrados en los Estados Unidos), por el partido Perú Posible. Para la
mayoría, estas elecciones estaban manipuladas desde Palacio de Gobierno, y por
ello, Toledo decidió no ir a la segunda vuelta (aunque sin presentar nunca su
renuncia oficial ante el Jurado Nacional de Elecciones), llamando a la
población a votar en blanco.
El 28 de mayo, Fujimori se presentó en solitario en la
segunda vuelta, y antes de ser proclamado por el JNE, fue reconocido por los
comandantes generales de las Fuerzas Armadas y el director general de la
Policía, lo cual constituía una irregularidad.
De ese modo, tras unas cuestionadas elecciones, Fujimori
logró un tercer mandato. La oposición, conformada por los diversos partidos
políticos y organizaciones civiles de diversa índole, intentó evitar la
juramentación de Fujimori el día 28 de julio del 2000, pero no logró su
objetivo.
Durante la protesta, ocurrió el incendio de una sede del
Banco de la Nación en Lima, en el cual murieron seis empleados, hecho que se
atribuyó a elementos contratados por el gobierno para culpar a los
manifestantes.
Seis semanas después, el 14 de septiembre, el Canal N
difundió un video donde se mostraba a Montesinos entregando dinero al
congresista de la oposición Alberto Kouri, para que se pasara a las filas del
fujimorismo. Se supo también de la existencia de más videos de otros
congresistas de oposición y empresarios sobornados para que favorecieran al
Gobierno.
Este destape precipitó la caída del régimen. El asesor
Montesinos huyó del país, yendo a Panamá y finalmente a Venezuela, donde
posteriormente sería capturado y traído al Perú, hallándose desde entonces en
prisión. Por su parte, Fujimori abandonó el país solicitando permiso para
asistir a la cumbre de la APEC en Brunéi, pero luego se dirigió al Japón, país
del cual era ciudadano y desde el cual renunció por fax, refugiándose allí.
El Congreso no aceptó la renuncia y lo destituyó, inhabilitándolo para ejercer todo cargo político, por diez años. El entonces Presidente del Congreso, Valentín Paniagua, fue investido como nuevo Presidente de la República ante la renuncia de los dos vicepresidentes, el 22 de noviembre del 2000, iniciándose así un periodo de transición.
El gobierno de transición (que contó con la colaboración del
ilustre embajador Javier Pérez de Cuellar, como primer ministro), se orientó a
la organización de nuevas elecciones y a una profunda campaña de moralización
del aparato público y las fuerzas militares que habían caído bajo la influencia
del sistema. Paniagua firmó contratos de explotación de los yacimientos de gas
de Camisea, y convocó a una polémica Comisión de la Verdad para investigar la
lucha contra el terrorismo de los últimos años.
Para las elecciones generales del 2001, los principales candidatos fueron: el economista Alejandro Toledo Manrique, nuevamente por el partido Perú Posible; el ex presidente Alan García, que retornó de su exilio y encabezó el Partido Aprista, al que revitalizó; y Lourdes Flores, por Unidad Nacional.
En la primera vuelta realizada el 8 de abril de 2001,
encabezó Toledo la preferencia de la ciudadanía con 36.51 % de los votos,
quedando en un sorprende segundo lugar García, con 25.7 % de los sufragios. En
la segunda vuelta triunfó Toledo con el 53.08 % de los votos, mientras que
García obtuvo 46.92%. El 28 de julio del 2001 juró Toledo como Presidente de la
República, para el periodo 2001-2006.
La paradoja de su gobierno fue que gozó de baja popularidad,
envuelto en acusaciones de corrupción de la más variada índole, mientras la
economía peruana logró superar la recesión y tuvo un gran crecimiento
especialmente en la capital, la sierra central y la costa norte.
En este período se inició la negociación de un Tratado de
Libre Comercio con los Estados Unidos el cual en su momento no fue visto con
buenos ojos por los campesinos del país porque temían que tuviera un efecto
negativo sobre sus economías.
A los logros macroeconómicos de Toledo, habría que agregar a
su favor el respeto al orden constitucional y a todas las libertades,
principalmente la de prensa. De otro lado, durante su periodo se produjo la
llegada a Chile de Alberto Fujimori, procedente del Japón.
Se iniciaron los trámites de extradición del expresidente,
sobre quien pesaban gravísimas acusaciones de violación a los derechos humanos.
Dicha extradición finalmente se concretaría en el 2007.
La protesta social más grave fue el llamado Arequipazo,
ocurrido en la ciudad de Arequipa en junio del 2002, que provocó la caída del
primer gabinete ministerial de Toledo.
También ocurrió una revuelta en Ilave (Puno), donde una turba
enfurecida linchó a su alcalde, en abril del 2004; y el llamado Andahuaylazo,
que fue una asonada de etnocaceristas dirigida por el mayor del Ejército
Peruano Antauro Humala (presuntamente por órdenes de su hermano Ollanta
Humala), quien capturó la comisaría de Andahuaylas (Apurímac) y provocó la
muerte de cuatro policías, en los primeros días del año 2005.
En las elecciones generales del 2006, los principales
candidatos a la presidencia de la República fueron el oficial del Ejército del
Perú en situación de retiro Ollanta Humala Tasso, por Unión por el Perú; el
expresidente Alan García, por el Partido Aprista; y Lourdes Flores, por Unidad
Nacional.
El más novel de estos candidatos, Humala, se había hecho
conocido por una asonada que encabezó en las postrimerías del gobierno de
Fujimori, el llamado levantamiento de Locumba.
En la primera vuelta realizada el 9 de abril del 2006, Humala
quedó arriba, con el 30.62 % de las preferencias, y García quedó en segundo
lugar, con el 24,33 %, superando de manera ajustada a Lourdes Flores,
considerada como la candidata de la derecha. La campaña por la segunda vuelta
entre Humala y García planteó un dilema a miles de peruanos.
A García, pese a un discurso y perfil más moderado, se le
recordaba su desastrosa gestión presidencial de 1985-1990; y a Humala, con su
mensaje radical orientado hacia la izquierda, se le identificaba con el autoritarismo
al estilo del presidente venezolano Hugo Chávez, quien incluso intervino
groseramente a su favor, algo inédito en el marco de las relaciones
internacionales.
Para diversos analistas, esta intromisión del chavismo
favoreció a la candidatura de García. La segunda vuelta, realizada el 4 de
junio de 2006, en medio de un ambiente de incertidumbre por el futuro de la
democracia, dio por triunfador a García, con el 52.6 % de los votos, mientras
que Humala quedó con 47.3 % de los mismos.
Alan García Pérez, presidente del Perú (1985-1990 y
2006-2011).
El segundo gobierno de Alan García Pérez se caracterizó por
su marcado interés en favorecer la inversión extranjera, por el deseo de
acelerar la integración del Perú con los grandes mercados mundiales y de
alentar al empresariado a inyectar sus capitales en el país. En definitiva,
siguió los lineamientos de la política económica trazada desde 1990 (es decir
tras el fin de su primer gobierno). Entre otros acuerdos, logró finiquitar el
TLC con los Estados Unidos, y acuerdos similares con China, Tailandia, Chile,
Canadá, Corea del Sur y México. De otro lado, la inflación llegó a su nivel más
bajo en décadas (2 %), contrastando así con el primer gobierno de García que
había concluido con la mayor hiperinflación de la historia republicana.
Las reservas internacionales llegaron también a un récord
histórico y se mantuvo el crecimiento sostenido del país. Gracias a un adecuado
manejo de la economía, el Perú pudo superar sin mayores sobresaltos la recesión
mundial que golpeó a los principales compradores: Estados Unidos, China, etc.
Otro hecho importante fue la demanda presentada por el Estado
peruano ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para solucionar la
Controversia de delimitación marítima entre Chile y el Perú sobre la soberanía
de una zona marítima de aproximadamente 37, 900 km² en el océano Pacífico.
El 16 de enero de 2009, el embajador peruano Allan Wagner
Tizón entregó en la sede de la Corte la demanda y el 13 de marzo presentó la
memoria que sustentaba la posición peruana; mientras que Chile presentó su contra
memoria el 9 de marzo del 2010.
La réplica peruana se dio el 9 de noviembre del 2010 y la
dúplica chilena el 11 de julio el 2011. La Corte, luego de analizar las
posiciones de los dos países, dio su fallo el 27 de enero de 2014, ya bajo el
gobierno de Ollanta Humala. Por este fallo el Perú recobró 50, 000 km² de mar.
No obstante, el gobierno de García debió soportar, al igual
que el anterior de Toledo, protestas sociales en diversas localidades, siendo
el episodio más sombrío la llamada masacre de Bagua, el 5 de junio del 2009,
donde, un enfrentamiento entre los nativos y las fuerzas del orden ocasionó la
muerte de decenas de personas, entre ellos 24 policías. Otro aspecto negativo
fue el llamado escándalo Petrogate, que consistió en la difusión de audios
entre funcionarios del gobierno negociando la entrega de lotes petroleros a una
empresa extranjera. Ello provocó una crisis ministerial.
En las elecciones generales del 2011, se presentó por segunda
vez como candidato a la presidencia el ex comandante Ollanta Humala Tasso, por
la alianza electoral Gana Perú, a la que se sumaron diversos partidos de
izquierda.
También postularon Keiko Fujimori, hija del expresidente
Alberto Fujimori, por Fuerza 2011; y Pedro Pablo Kuczynski, economista y
candidato liberal, por la Alianza por el Gran Cambio.
En la primera vuelta, realizada el 10 de abril, Humala obtuvo
la más alta votación (31.69 %), aunque sin llegar al 50 % más uno de los votos
requeridos por la Constitución. En segundo lugar quedó Keiko Fujimori, que
superó con un margen de 5 puntos a Kuczynski.
Ollanta y Keiko pasaron así a la segunda vuelta, lo que
alarmó a un sector de la ciudadanía, ya que ambos aparentemente se
identificaban con autoritarismo antidemocrático: el fujimorismo, en el caso de
Keiko, y el modelo chavista de Venezuela, en el caso de Humala, considerado
antidemocráticos para algunos sectores conservadores de la política peruana.
Sin embargo, Humala se esforzó en demostrar sus distanciamiento del chavismo,
modificando su plan de gobierno original y jurando un "compromiso en
defensa de la democracia" ante la presencia de varios destacados
intelectuales, profesionales y artistas peruanos, quienes le brindaron su
apoyo.
Finalmente, en las elecciones de segunda vuelta realizadas el
5 de junio del 2011, Humala resultó triunfador con el 51.45 %, con un margen de
3 % de ventaja sobre su competidora Keiko.
Ollanta Humala, presidente del Perú (2011-2016).
El inicio del gobierno de Ollanta Humala generó expectativa
no solo en el Perú, sino a nivel internacional, pues se creyó que acabaría con
el predominio de la derecha neoliberal en su país y que se aliaría con los gobiernos
de izquierda del continente. Ni lo uno ni lo otro se cumplió. La llamada «Gran
Transformación» que anunciaba en su programa de gobierno original, que
implicaba un cambio del modelo económico, no se aplicó, lo que llevó a que
varios de sus congresistas abandonaran su partido, acusándolo de traición.
De 47 congresistas que conformaban su bancada, se quedó con
31 al final de su gobierno. Además, tuvo 7 gabinetes ministeriales. El
quinquenio (2011-2016) se caracterizó por el protagonismo de la esposa del
presidente, Nadine Heredia, a tal punto que se habló de una posible usurpación
de funciones. En las postrimerías del gobierno, Heredia, se vio involucrada en
el caso de las agendas, empezando a ser investigada por lavado de activos.
El primer y más grave conflicto social que tuvo que enfrentar
Humala fue el originado por la oposición de la población al proyecto Conga de
la minera Yanacocha (Cajamarca), que dejó varios muertos y obligó a la
suspensión de operaciones. Algo similar ocurrió con el proyecto Tía María
(Moquegua). En total, fueron más de 200 conflictos sociales los que tuvo que
enfrentar el gobierno. También se incrementó la inseguridad ciudadana y
recrudeció la delincuencia.
Entre los logros del gobierno de Humala está la asignación
del PBI para el sector de Educación del 2.4 % al 4 %, la creación del programa
Beca 18,310 que benefició a más de 60,000 jóvenes; el impulso a la aprobación
de la nueva Ley Universitaria; la promulgación de la Ley de Servicio Civil
basada en la meritocracia del empleado público.
Se creó el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social del
Perú, se impulsó grandes programas sociales como Pensión 65, Qali Warma, Cuna
Más. Se subió el sueldo mínimo de S/ 650 a S/ 850. La inversión en grandes
obras públicas también fue muy importante: destacan el inicio de la
construcción del Aeropuerto Internacional de Chinchero, la carretera
longitudinal de la Sierra Tramo 2, la Línea 2 del Metro de Lima, la
modernización de la refinería de Talara, la inauguración del proyecto de irrigación
Olmos, el incremento de la infraestructura vial (más de 19.000 km), etc.
Si bien Humala recibió un país creciendo a tasas de 6 %
anual, durante este periodo solo se creció en un promedio de 2.8 % anual, lo
que se atribuyó a factores coyunturales externos.
La pobreza disminuyó en dos puntos porcentuales.
https://tiempodepolitica.com/c-peru/alan-garcia/
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_Per%C3%BA
Para el próximo lunes 3 de abril de 2023 continuamos
publicando la historia resumida del Perú
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